Una fosa común fue descubierta en el oriente de Siria donde fueron enterrados los cuerpos de más de 230 personas que se consideran víctimas del Estado Islámico (ISIS), han informado activistas.Los muertos son supuestamente miembros de la tribu al-Shaitaat, que luchó contra el grupo yihadista durante el pasado mes de julio, según lo advierten los investigadores del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos en el Reino Unido.
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El descubrimiento podría coincidir con un informe de las Naciones Unidas publicado el mes pasado que dijo que los investigadores habían encontrado evidencia de una masacre en la misma zona de la provincia de Deir Ezzor, en agosto de 2014.El informe afirma que la masacre fue perpetrada en una lucha por el control de los recursos petroleros cerca de la ciudad de Mohassan, y las víctimas fueron jóvenes.Se cita a un sobreviviente que describió haber visto "muchas cabezas colgando de las paredes, mientras que mi familia y yo escapábamos".Las personas que viven en la zona también dijeron haber visto fosas recién cavadas.
El líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdad, según consta, emitió una declaración el 6 de noviembre, que otorga permiso a los miembros de la tribu para regresar a sus hogares después de que "declararon su arrepentimiento ". Al-Baghdadi también presentó otra lista de prohibiciones que incluían la prohibición de congregarse. La tribu recibió la orden de entregar todas las armas, toque de queda entre las 8:00 p.m y 5:00 a.m, advirtió que todos los "traidores" serían asesinados, y se les instruyó para informar sobre todos los "apóstatas" en el grupo - definido como cualquier persona que luche contra ISIS.El Observatorio Sirio estima que 900 miembros de la tribu al-Shaitaat han sido asesinados por ISIS hasta la fecha.
El informe de la ONU también contiene otros detalles escalofriantes sobre los castigos infligidos a personas o grupos de personas que se perciben como una amenaza para el liderazgo de ISIS."ISIS emplea la práctica del takfir, declarando que alguien sea un hereje, a fin de justificar los ataques contra cualquier persona o grupo que se percibe como un desafío a su dominio", afirma."Los cuerpos mutilados de las víctimas masculinas a menudo se exhiben, como una advertencia a la población local de las consecuencias a la falta de sumisión a la autoridad del grupo armado".
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