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Los bailes espontáneos en lugares públicos de Suecia han estado prohibidos desde la década de 1970, cuando propietarios de bares, organizadores de festivales y otros responsables de lugares públicos exigieron que para poder llevar a cabo esta actividad era preciso obtener un permiso especial de la policía. No fue una de esas leyes raras que nunca llega a ejercerse: en 2015, los propietarios de dos restaurantes de Uppsala fueron multados por permitir que sus clientes bailaran en sus locales cuando no disponían del permiso correspondiente. Otro caso de baile ilícito se produjo el año pasado en Ockelbo. En esa ocasión, un organizador de mercados fue llevado a juicio porque una de las paradas tenía puesta "música disco que incitaba al baile", según la policía sueca. Sí, música disco que incitaba al baile. Como si hubiera música disco que no incitara al baile y que fuera apropiada para ponerla en una parada de mercado.Los permisos de baile siempre han sido una herramienta con la que la policía sueca ha evitado disturbios, algo que cualquiera que haya visto Footloose sabe que no vale para nada. Finalmente, parece que el Gobierno sueco se ha dado cuenta de que un poco de bailoteo espontáneo no tiene que llevar necesariamente a la anarquía. Los suecos celebrarán este día tomando las calles y moviendo los pies al ritmo de la libertad. ¡Felicidades, Suecia!