La extraña y triste historia de una chica y su poltergeist

Este artículo se publicó originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

En 1984, Joan Resch estaba preocupada por Tina, su hija de 14 años. La adolescente estaba tan afligida que sus problemas se empezaron a manifestar como objetos voladores. Los teléfonos volaban por toda la casa, los retratos de la familia se sacudían y sea caían de la pared. Todos los objetos del hogar de clase media se habían transformado en armas letales. Como Joan no sabía qué pasaba con Tina, en vez de buscar ayuda por medios más tradicionales, llamó a Mike Harden, el reportero del periódico Columbus Dispatch.

Joan ya había trabajado con el reportero. Años antes, Harden hizo un perfil sobre ella y su esposo John. La pareja era famosa en la comunidad por haber adoptado a muchos de niños y Tina se acababa de incorporar a la familia. La familia Resch estaba muy familiarizada con los cambios de la adolescencia –con esa necesidad constante de rebeldía– pero había algo extraño en Tina, algo en la forma en que su presencia parecía invocar la furia de objetos inanimados, que los asustaba. Cuando la lámpara de la sala se cayó al piso, Joan la recogió una y otra vez. La cuarta vez que la lámpara se cayó, Joan la dejó en el piso y llamó a Harden llena de miedo y frustración.

La primera vez que habló con Joan, Harden se sentía escéptico. Pero como creía en sus buenas intenciones y en su honestidad, decidió ir a su casa a investigar. Llevó a Fred Shannon, el fotógrafo de Columbus Dispatch. Se sentaron con Tina en la sala de Resch y esperaron horas con la esperanza de que los atacara algún objeto.

Hasta que al fin vieron lo que tanto esperaban. Tina estaba sentada en un sillón individual y el teléfono que estaba junto a ella se levantó de la mesa y la bovina voló hacia ella. Aunque Shannon estaba viendo hacia otro lado, su cámara estaba apuntando hacia Tina. De los 36 negativos que tomó, uno logró capturar la sorpresa en el rostro de Tina con la boca abierta mientras el teléfono volaba frente a ella. La fotografía parecía confirmar lo que tanto sospechaban Harden y la familia Resch: había un poltergeist atormentando a Tina.

Los poltergeists, del alemán "fantasma ruidoso", son tan viejos como la escritura. Los informes de estos fantasmitas golpeando en las paredes y volteando muebles datan desde el siglo uno. Sin embargo, los poltergeists no tenían nombre hasta 1838. Antes de su siniestro apodo alemán, se les conocía como muchas cosas, entre estas brujería, posesión y apariciones. Es difícil saber por qué en 1838 los poltergeist exigieron un nombre propio –tal vez les molestaba que los asociaran con simples fantasmas o tal vez fue el interés victoriano en el espiritismo y la telequinesis– pero después de ser bautizados, los fantasmas ruidosos aparecieron por todas partes.

En 1877, en una aldea descolorida en Derrygonnelly, Irlanda, una chica de 20 años de edad llamada Maggie se convirtió en el centro del tumulto en todo su hogar. Se escuchaban golpes en las paredes y, según un escritor, "empezaron a caer piedras y salían velas y botas, disparadas de la casa". Un año después y a miles de kilómetros en Nueva Escocia, Esther Cox de 18 años de edad tenía a su familia aterrorizada. El fantasma de Cox la cacheteaba y quemaba casas. El comportamiento de su poltergeist empeoró cuando un doctor le receto sedantes y quemó aún más casas. En el siglo 19 hubo otros cientos de informes de fantasmas que atormentaban y torturaban a mujeres jóvenes y niñas con el único propósito de molestar. Y aún así, los poltergeists se negaron a pasar a la historia como una reliquia victoriana y siguieron apareciendo en pleno siglo XXI.

A finales de la década de los sesentas, Annemarie Schaberl, de 19 años de edad, aceptó un trabajo como secretaria en un despacho de abogados en Rosenheim, Alemana. Sin saberlo, la joven llevó el caos a la firma de abogados: las lámparas que colgaban se columpiaban y explotaban, los muebles se movían y había un fluido que escurría de la copiadora. Los abogados podrían haber adjudicado el líquido en la copiadora y la explosión de las bombillas a una oficina mal cuidada pero no, estaban seguros de que había un poltergeist atormentando a Schaberl. Llamaron a un especialista, un parasicólogo llamado Hans Bender, quien filmó las apariciones. Después de una extensa investigación del fantasma, Bender determinó que el poltergeist de Schaberl era simplemente la manifestación telequinética de su tristeza profunda y melancólica. Es sorprendente que la depresión de una joven sea lo suficientemente potente como para mover los muebles.

Por lo visto, los poltergeists pueden viajar en el tiempo. Y queda claro que los fantasmas prefieren pueblos pequeños y habitaciones donde los objetos están ansiosos por que los volteen y los destruyan. Y lo más importante es que los poltergeists prefieren mujeres jóvenes. En casi todos los casos de poltergeists que se han informado, los fantasmas parecen haber escogido a una mujer y las más vulnerables son las que acaban de entrar a la edad adulta. Si algo aprendimos de todos los poltergeists que aterrorizaron a las comunidades de siglo 19 desde Irlanda hasta Ohio, es que, el origen de todo el alboroto eran mujeres jóvenes.

Las apariciones siempre han sido el campo de la mujer. La idea de que el cuerpo femenino era el receptáculo favorito para albergar a un fantasma se originó de la creencia medieval de que el Diablo podía penetrar con más facilidad los cuerpos suaves de las mujeres y vivir ahí. Es un concepto que perduró por mucho tiempo: en Nueva Inglaterra, el predicador puritano y cazador de brujas Cotton Mather solía golpear a su hija porque creía que una mano honesta podía sacar los pecados de su cuerpo perverso por naturaleza. Mather sugirió la práctica a sus compañeros colonos y la adoptaron con gusto por el problema que tenían con las brujas.

Aunque la ideología religiosa sustenta la creencia de que las criaturas fantasmales se sienten atraídas por los cuerpos maleables de las mujeres, la medicina buscó razones lógicas para el fenómeno. Los anales de la primera literatura médica moderna están llenos de intentos de encontrar explicaciones científicas de por qué demonios y fantasmas prefieren a las mujeres. Sin embargo, los hombres racionales de la ciencia no pudieron ofrecer mucho consuelo a los poseídos; los resultados de la investigación médica en esa época resultaron ser muy similares a las conclusiones sexistas creadas por hombres de Dios.

En el siglo 17, el doctor francés Barthelemy Pardoux afirmó que la posesión demoniaca se daba tanto en las mujeres y en los niños por su condición "frágil y poco firme". Incluso en el siglo 20, los doctores especialistas en histeria –una enfermedad exclusiva de las mujeres– creían que los paroxismos físicos típicos de este trastorno eran apenas poco más que espíritus malignos tratando de salir del cuerpo. La medicina confirmó las creencias culturales que formaban la base de los poltergeists: como las mujeres son seres primitivos e infantiles, están destinadas a sufrir por posesiones de estos fantasmas ruidosos y sus semejantes.

Las adolescentes parecen ser las mejores amigas de los poltergeists porque están atrapada en los años gloriosos de transición, suspendidas entre la niñez y la edad adulta. Si la infancia es una tangente a la edad adulta, entonces los adolescentes ocupan un estado de transición.En la narrativa tradicional de lo sobrenatural, los niños poseen poderes de médium gracias a su inocencia. "Veo gente muerta", dice Haley Joel Osment en la película Sexto sentido. La inocencia del niño le permite ver a los muertos y a los otros, creer en sus poderes macabros.

Sin embargo, a las adolescentes les queda poco de esa magia de la niñez. Y como su preciada infancia les fue arrebatada, son sumamente irritantes y poseen una sexualidad tensa. Tal vez es por eso que los poltergeists prefiere la compañía de las adolescentes –son muy similares–. Lógicamente, cuando la chicas maduran y se convierten en mujeres adultas, los poltergeists las dejan, se van tan rápido como llegan a buscar otro cuerpo.

Tina Resch era el sueño de todo poltergeist. Llenaba todos los requisitos para una posesión telequinética: era joven, mujer y estaba muy afligida. Además, Tina acababa de ver la película Poltergeist de 1982. Esta película estaba fuertemente basada en teorías antiguas de posesión demoniaca y dramatizaba el desarrollo de la maldad en una niña rubia de aspecto angelical.

Sin embargo, la película fue un hito cultural. No solo dejó boquiabierta a la generación de los 80, sino que se estrenó en una época en la que gran parte del mundo en verdad creía en la omnipresencia de seres siniestros sobrenaturales. El poltergeist de Tina apareció justo cuando se desató la histeria por el caso de abuso sexual en una guardería en EU. Toda la población estaba convencida de que el Diablo merodeaba por las guarderías esperando para atacar inocentes y, por ende, estaba dispuesta a creer la historia de la adolescente poseída.

Después de que el periódico Columbus Dispatch publicó la fotografía que capturaba el poltergeist de Tina que se manifestó ante la cámara como un teléfono volador, Tina se volvió una celebridad de forma instantánea. La fotografía fue utilizada por la AP (Prensa Asociada), publicada en periódicos en todo EU y se transmitió en casi todos los noticieros nocturnos, entre ellos el de Misterios sin resolver.

La historia de Tina era perfecta para los medios: una huérfana abandonada, adoptada por una pareja de buen corazón que lo único que querían era tener una vida normal. Pero en vez de eso, el poltegeist creó caos y confusión en su hogar.

Mike Harden, aún escéptico, hizo lo que cualquier buen periodista habría hecho: llamó a William Roll, el director del Centro de Investigación Psíquica en Chapel Hill. La década de los 80 fue próspera para Roll. Era el experto al que todos acudían cuando había actividad telequinética inexplicable y sus múltiples apariciones en Misterios sin resolver reafirmó su pericia y su reputación. Tras la invitación de Harden, tomó un avión a Ohio; tras la invitación de Joan Resch, se mudó a la casa de la familia Resch.

En la casa de la familia Resch, Roll creyó haber visto "evidencia tentativa de telequinesis espontánea recurrente". En Unleashed: Of Poltergeists and Murder, The Curious Story of Tina Resch, un recuento del tiempo que pasó con la Familia Resch publicado en 2004, Roll escribió: "electrodomésticos … que se prendían solos de vez en cuando, y la botellas y vasos que volaban y se estrellaban sin causa aparente".

Pero el recuento de Roll no logró evitar las críticas. Su archienemigo, James Randi, lo cuestionó públicamente. Por mucho tiempo, Randi fue miembro del Comité de investigación Científica de Afirmaciones de lo Paranormal, un grupo de escépticos con sede en Buffalo, Nueva York. Cuando escuchó sobre el poltergeist de Tina (y que Roll estaba involucrado), Randi viajó a Ohio con la intención de mudarse a la casa de la familia Resch.

Sin embargo, Joan no permitió que Randi entrara a su casa porque, según ella, iba a hacer que el caso se volviera un "escándalo". Probablemente Joan tenía razón; además de su pasatiempo como escéptico, Randi era mago y era conocido como "El asombroso Randi". Pero Randi no se iba a rendir. En una conferencia de prensa cerca del hogar de la familia Resch, el mago reveló que era posible que un poltergeist estuviera atormentando a Tina."El material disponible indica que se han empleado medios fraudulentos o métodos perfectamente explicables para proporcionar a los medios de comunicación los detalles sensacionalistas sobre un asunto trivial", declaró. "Tina creó un monstruo que nunca va a poder estrangular", añadió ominosamente.

"Tengo que vivir conmigo misma", dijo Joan en respuesta y agregó que los objetos seguían volando por toda la casa y que había al menos 40 testigos. "No tengo por qué satisfacer al asombroso Randi". Pero el asombroso Randi iba a obtener lo que quería de una forma mucho más horrible de lo que Randi y Roll se podían haber imaginado. Para marzo, la casa de la familia Resch se había convertido en un circo. Los medios de comunicación, los magos y los investigadores de telequinesis insistían en probar los poderes de Tina y en ser testigos del misterioso poltergeist. La casa estaba repleta de cámaras encendidas casi las 24 horas, su poltergeist empezó a mostrar señales de fatiga: a fin de mes, un reportero descubrió a Tina empujando una lámpara de la mesa.

"Teníamos la cámara puesta en perspectiva amplia pero ella no sabía que estaba prendida", dijo el reportero a United Press International. "Salimos de la casa con la idea de que habíamos grabado una serie de fenómenos psíquicos pero cuando reprodujimos la cinta en la estación, vimos claramente cómo Tina se paró a agarrar la lámpara". El reportero agregó que aunque la grabación parecía desacreditar a Tina, en su casa sí había algo inexplicable: "Estaba en la mesa de la cocina con Tina y de pronto todas las sillas se movieron hacia atrás … No veo cómo pudo haberlas movido en tres direcciones al mismo tiempo".

A Tina se le declaró como un fraude, como una adolescente ávida de atención y los reporteros se fueron a casa, igual que el increíble Randi. Sin embargo, Roll estaba convencido de que la historia de Tina era cierta y que no cabía duda de que lo que ella llamaba "la fuerza" la estaba persiguiendo. Invitó a Tina a su laboratorio de investigación en Carolina del Norte. "¿Crees que puedas separarte de mamá y papá un tiempo?", le preguntó Roll. Ansiosa por alejarse de sus padres adoptivos y del poltergeist, aceptó la oferta. Pasó unos meses con Roll y se sometió a pruebas de telequinesis antes de regresar a Ohio. Su poltergeist desapareció.

La historia de Tina Resch no terminó con la despedida de su poltergeist. Dos años después de que su poltergeist se negó a entretener a los medios, los padres de Tina, ahora de 16 años de edad, la corrieron de su casa. Sus padres, quienes eran muy abusivos según cuenta la gente, estaban cansados del comportamiento de Tina. Joan reconoció que Tina nunca había recibido orientación y estaba tratando de contactar a su madre biológica. Para 1990, Tina ya estaba casada y acababa de tener una hija. Como se sentía perdida y atrapada en un matrimonio abusivo, contactó a la única persona que le creía: William Roll.

Meses después, Tina y su hija Amber se mudaron a la casa de Roll en Corrollton, Georgia, donde Roll trabajaba como profesor de psicología en la Universidad de West Georgia. En su laboratorio experimental en la universidad, Roll empezó a trabajar con ella otra vez, observándola y documentando sus "habilidades impresionantes". Con Roll, la vida de Tina por fin se volvió un poco normal, a pesar de las platicas constantes sobre sus poderes telequinéticos. Roll dijo que se veía "más feliz". que estaba aprendiendo cómo ser una buena madre y que también estaba en clases de computación y enfermería". Tina empezó a salir con David Herrin, un trailero que, al igual que Tina, estaba divorciado y tenía un hijo pequeño. Todos decían que la pareja era feliz.

En abril de 1992, Amber, la hija de Tina fue hallada muerta. Al parecer, la mataron a golpes. Tina y Herron fueron detenidos a unos días de la muerte de Amber. El periódico Atlanta Journal Constitution la llamó&xcalnumdocs=20&pperpage=10&psort=YMDdate:D&xcal_useweights=no) "La madre telequinesis" y su arresto, al igual que su poltergeist, se convirtió en un circo mediático. La AP informó sobre su pasado y le recordó a todo el mundo la vez que mintió con lo del poltergeist y que se había casado y divorciado dos veces. Describieron la muerte como "brutal" y los residentes del pueblito de Georgia hicieron donaciones para pagar el funeral de Amber. Todo el pueblo asistió al funeral de la niña. Como los medios no daban tregua y todo el pueblo estaba indignado, el juicio se trasladó al condado vecino de Floyd. El abogado de Resch estaba seguro de que ni en Floyd iba a poder ganar el caso. "No había forma de ganar con algo así", dijo su abogado mientras sostenía las fotografías del cuerpo maltratado de la niña. En 1994, Tina se declaró culpable bajo la doctrina Alford y fue sentenciada a cadena perpetua más 20 años en la penitenciaría estatal de Pulaski.

De nuevo, Roll fue el único que creyó en Tina. En su libro, Unleashed, Roll insiste en que era inocente y señaló las inconsistencias del caso. El caso de Tina sigue siendo muy famoso entre la comunidad telequinética, la cual retomó el trabajo de Roll tras su muerte en 2012. Hasta su muerte, Roll seguía convencido de que Tina era poderosa y que su poltergeist era real. "Llevo 20 años trabajando en la historia de Tina", escribió, "y muchas cosas siguen siendo un misterio: sus orígenes, el alcance de sus habilidades y las circunstancias entorno a la muerte de su hija. Pero de lo que sí estoy seguro es de que, por un tiempo, Tina tuvo el poder de afectar el mundo físico. Estoy convencido de que su poder aún se encuentra en los confines de su mente".