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Viajes

Los adolescentes chinos también están obsesionados con Justin Bieber

El cabrón hizo que sus groupies lo cargaran por la Muralla China.

Fotos por Marc Ressang.

Justo ahora, Justin Bieber está en medio del segmento asiático de su gira mundial Believe. Además de dar algunos shows, no perdió la oportunidad de hacer que sus groupies lo cargaran por la Gran Muralla China ni de patinar por Beijing mientras sus sudorosos guardaespaldas lo seguían. Dispuesto a no perderme esta unión de imperialismo cultural occidental con adolescentes gritonas orientales, me dirigí a la arena Mercedes-Benz en el distrito de Pudong, en Shanghái para conocer a las Beliebers locales.

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Los chinos parecen ser maestros del culto a la personalidad y en amar a la gente famosa incluso más que los occidentales. Cuando David Beckham estuvo en Shanghái en junio, por ejemplo, hubo una verdadera estampida en su conferencia de prensa y siete personas fueron hospitalizadas. ¿Cuándo fue la última vez que a TI le importó tanto un extraño como para llenarte de sangre por ellos? Si se estaban matando unos a otros por un mediocampista inglés retirado, ¿qué harían por el niño más famoso del mundo?

Las primeras personas que conocí fueron Crystal (izquierda) y Amy. Mientras Crystal encendía su accesorio Belieber de baterías, Amy me dijo que le gusta Justin porque "tiene un sueño". Sin embargo, también me advirtió que "no te tiene que gustar todo de alguien —no me gustan sus tatuajes y se portó un poco flojo en la Muralla China".

A diferencia de muchas de sus contrapartes occidentales, Amy nunca quiso que desapareciera Selena Gómez, la ex de Justin. "Me gusta su música", explica. "Y de cualquier modo, Justin no se va a enamorar de mí, tiene 19". Amy tiene bien atornillada su cabeza. Cuando me persiguió por la calle cinco minutos después para rogarme que le consiguiera el autógrafo de Justin, deseé haberla podido ayudar.

Si no eres creativa como Crystal, puedes comprar toneladas de mercancía de imitación de Bieber y otras cosas. Como calendarios de Justin Bieber, para que cada que quieras saber la fecha recuerdes la cara de Justin Bieber.

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Y los mouse pads de Justin Bieber, para que cada que se descomponga tu mouse de mierda puedas mirar y ser confrontado con la dulce manera en la que Justin Bieber sostiene su gorra de béisbol.

También binoculares, para que puedas ver a Justin Bieber muy muy cerca en vida real. Este hombre hacía trueques. Me dijo que no tiene una canción favorita de Justin Bieber porque, a diferencia de todos los demás en el mundo, no sabe quién es Justin Bieber. "Alguien me dijo que un cantante famoso de 19 años iba a tocar aquí en la noche", me dijo encogiendo los hombros.

Era justo. No es como que ese hombre calvo con una chamarra puffa a quien le compraste la playera de Vaccines afuera del Foro Kentish Town en alguna ocasión escuchara "Post Break-up Sex" en la ducha cada noche, ¿o sí?

Esta es Candy. Es la jefa de Club de Fans de Justin Bieber de China, que suena a más un grupo de apoyo sicológico para Biliebers que un club de fans normal, pero da igual. Como parte de sus funciones, organiza reuniones una vez al año el primero de marzo, el cumpleaños de Justin, donde se reúnen y cantan en junto al Justin del karaoke. Candy tiene 24 años y recientemente se graduó de la Universidad de Brunel en Londres.

No parece ser el estigma caduco ligado a los rabiosos fanáticos pop en sus veintes que solía ser. Tal vez es porque todos los fans de Justin se visten como la gente de la ATP hace tres años.

Justin ha buscado cubrir su hotel y sus gastos cuando está de gira vendiendo algunos cientos de boletos VIP, que incluyen conocerlo, por más o menos 1,200 dólares. Para los fans con las habilidades para fastidiar más impresionantes, es el santo grial. Algunas de estas personas están entre los pocos afortunados.

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Tristemente, él se lo perdió, aunque pagó cerca de 600 dólares por su boleto, que incluye una bolsa oficial de un tatuaje de Bieber. "Me tardé en comprar el mío, o habría comprado el mejor, así que estoy celoso", suspiró. "Vine de la provincia de Yunnan, a más de tres mil kilómetros. ¿De dónde eres, del Reino Unido? Jaja, la comida de ahí son puras papas. Y algo de carne".

De repente, hubo una cascada de gritos y este tipo con look de Heston Blumenthal con una playera de los Lakers salió de atrás de las puertas de seguridad. No tenía idea de quién era, así que saque mi traductor y le pregunté, resultó ser el editor musical de una página china y ha escrito favorablemente de Justin anteriormente.

"Tengo una buena relación con Universal" le dijo al traductor. "Me gusta estar con todos aquí". Más y más chicas se acercaban a tocarle los hombros, como para absorber cualquier remanente del polvo de Bieber, mientras preguntaban, "¿Lo conociste?".

Mira su cara, claro que lo pinche conoció; él es El Hombre, el Perez Hilton chino, el Lester Bangs de Pudong, y el bloguero comunista favorito de Bieber.

Adentro todo estaba bastante loco. Aunque si fuera, por decir algo, un concierto de One Direction en Londres, ya tendríamos a algunas personas desmayadas.

Fue casi como si no se necesitara en absoluto a este soldado.

La multitud estaba prendida por los bailarines con el torso desnudo en trajes espaciales, como este, que seguían tomando fotos de las adolescentes gritando en sus celulares. Que pro.

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El DJ Tay James proveyó el soundtrack popero mal mezclado para que bailaran, y su trabajo principal parecía ser recordar constantemente a todos los que era: "el DJ oficial de Justin Bieber, Tay James!!!" Debe de conseguir más acción de segunda mano incluso que nuestro amigo el editor musical.

Y miren, el mismísimo capitán. ¿Quién diría que vestirse como esos chicos góticos de 12 años que siempre son golpeados por su dinero en el skatepark podría convertirte en un ícono sexual mundial.

La grabación de video con celular y palos de luz, hacía sentirme que se trata de la misma mierda aburrida de concierto aquí que en cualquier otro lado.

Los smartphones parecen ser mejor aceptados aquí, o al menos los son en la sección de 1,200 dólares.

Extrañamente, todos se pararon en sus sillas el show completo. No es solo una cosa pop que los lugares saquen sillas plegables para los shows aquí. Para la tocada de The Killers esta semana, no había lugar para pararse en el piso, solo asientos. Aunque a propósito había ocho mil lugares menos en el show de esa noche.

Pararme aquí en esta arena gigante, me hizo pensar que tal vez todas las culturas pop del mundo se han homogenizado tanto que la única cosa que nos separa es esta etiqueta de las sillas plegables.

Pero luego Justin se agarró la ingle y me olvidé de eso. Estaba sentado atrás de dos niñas de diez u once años que venían con sus madres; me hizo sentir algo incómodo.

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Justin parecía estar haciendo mímica, al menos en parte (estaba a cinco metros de él y esa cara estilo Britney no era muy fácil de tragar), pero es más o menos por lo que pagas cuando vas a conciertos pop en arenas estos días, así que, ¿a quién le importa? Es Justin Bieber tocando en una arena para los adolescentes en Shanghái, no los Young Marble Giants tocando para bibliotecarios en la Capilla Unión.

He visto suficientes videos de conciertos de Justin Bieber para saber que siempre trae a una fan al escenario y le canta. Que el cielo ayude a esta niña cuando regrese a su asiento. Será un montón de piel desgarrada para cuando enciendan las luces del lugar.

Después de "Baby" (que estuvo brillante) todo terminó, y todos se formaron en una fila de padres esperando a recoger a sus hijos en una escena que parecía el final de El imperio del sol, en la que los papás de Jim lo intentan recoger de una multitud de niños. Este globo que vi antes del show parecía una conmovedora imagen con la cual terminar.

No vi desmayos, pero sí todo el delirio que esperarías de una efervescente multitud popera en una arena. Parece que ser Belieber es realmente un lenguaje universal.