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La mayoría de la gente torturaría a un extraño si se lo ordenaran

Investigadores polacos, demuestran a través de un experimento infame, que los seres humanos siguen siendo una porquería.

El experimento de Milgram es uno de los estudios más controversiales y con frecuencia usados en la psicología social. Iniciado en 1961 por el psicólogo de Yale, Stanley Milgram, la serie de pruebas fue diseñada para investigar la obediencia de un sujeto a la autoridad. Milgram le dio más peso al estudio al sugerir que quería responder a la pregunta de si millones de nazis podían ser vistos como que "sólo seguían órdenes" durante el Holocausto. Afirmó encontrar un número muy elevado de personas dispuestas a actuar en contra de su conciencia, si una autoridad les ordenaba hacerlo. Recientemente, los psicólogos en Polonia replicaron el estudio, y encontraron resultados similares.

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El experimento en sí es simple: los sujetos son invitados por el investigador a darle descargas eléctricas a otra persona. Poco a poco las descargas aumentan, muchas veces acompañadas de gritos de dolor de la víctima a la que no pueden ver. Las descargas no son reales, aunque el participante no lo sabe; si él o ella intenta parar el experimento, la figura de la autoridad lo presiona para continuar. La prueba puede continuar incluso después de la supuesta muerte de la víctima.


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Milgram afirmó que esto demostraba hasta qué punto cada persona podía ser susceptible a la autoridad, incluso a ser presionada más allá de los límites de la conciencia. Su experimento atrajo la controversia no sólo por sus resultados, sino por la ética de sus métodos (sujetos involuntarios forzados en una experiencia potencialmente traumatizante). Otros han estado en desacuerdo con su conclusión, sugiriendo que el estudio no puede ser transferido a la experiencia del mundo real, o que no tiene nada que ver con medir la "obediencia" en absoluto.

A pesar del debate, el experimento Milgram ha adquirido vida propia, pasando del mundo de la investigación a la cultura pop. (Incluso hay una dramatización de televisión protagonizada por William Shatner y John Travolta). Aunque los investigadores pueden estar en desacuerdo sobre cómo interpretar los hallazgos, también han sido capaces de replicarlos, al menos de forma parcial, en diferentes entornos.

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Los autores del último estudio querían ver si los resultados de Milgram podían duplicarse en Polonia. "Se debe enfatizar que las pruebas en el paradigma Milgram nunca se han realizado en Europa Central", escriben. "La historia única de los países de la región hizo que el tema de la obediencia hacia la autoridad nos pareciera excepcionalmente interesante".


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Las cuestiones éticas les impidieron seguir exactamente los procedimientos de Milgram; utilizaron una configuración similar con niveles de descargas más bajos, reclutando a 40 hombres y 40 mujeres, con edades comprendidas entre 18 y 69 años. Se les pidió que presionaran hasta diez botones, cada uno con una descarga más alta.

Según los investigadores, el 90 por ciento estuvieron dispuestos a dar la descarga más alta. También señalan que el número de personas que se negaron a dar la descarga fue tres veces mayor si la víctima era una mujer, pero debido al tamaño de la muestra, se niegan a sacar conclusiones de eso.

Al igual que el experimento original de Milgram, estos resultados están abiertos a la interpretación. Pero sugieren que, más de 50 años después, todavía hay algo cautivador en la pregunta de si los seres humanos se electrocutarían unos a otros porque estaban "siguiendo órdenes".