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Así se investigan los delitos en el mundo del arte

Hablamos con unos detectives para saber cómo investigan los delitos de falsificación y robo de obras de arte.
Foto de Kelsea Kosko

Todos los días en algún lugar del planeta tiene lugar un delito relacionado con el mundo del arte, desde la desaparición misteriosa de la pared de un vestíbulo de la pintura Blue Checker de Harmony Korine, hasta el saqueo de antigüedades históricas en Palmyra por parte de ISIS. Estas obras de arte pasan de mano en mano mientras que nuestra percepción de los delitos en el mundo del arte se limita a lo que vemos en las películas: asaltos a museos y pandas de falsificadores.

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¿Pero son estos delitos tan peliculeros y secretos?

Decidimos ponernos en contacto con dos detectives que investigan estos delitos en el mundo real para conocer cómo es realmente la parte más codiciosa y vulnerable del mundo del arte. The Creators Project entrevistó a Jordan Arnold y Mark Fishstein de K2 Intelligence en su sede de Nueva York. K2 Intelligence ofrece "asesoramiento sobre los riesgos en el arte" a sus clientes, que van desde herederos de arte hasta los propios artistas, instituciones culturales y comerciantes. Los detectives llevan a cabo un importante trabajo para mantener regulado el valor de las obras maestras y proteger la reputación internacional de los artistas. Tanto si se trata de una codiciada colección de cartas de béisbol como de un lienzo de varios millones de euros, estos profesionales de la ley se toman muy en serio todos sus casos, e intentan hacer un poco más justo este mercado donde la regulación brilla por su ausencia.

Los detectives Arnold y Fishstein investigan toda forma de robo y fraude relacionados con el arte. Lo que más abunda ahora mismo en el mercado son las falsificaciones vendidas en eBay y la creación de documentos de autenticidad falsos que intentan probar que estas obras o antigüedades son reales. Arnold asegura que el avance de la tecnología podría ser el precursor principal de estos delitos relacionados con el arte. “Los falsificadores nunca antes habían tenido tantas herramientas a su disposición como ahora", explica. "La tecnología ha hecho mucho más fácil la creación de obras falsas y documentos de origen que las apoyan. Los estafadores cuentan con mecanismos increíblemente sofisticados y directamente fabrican obras de arte que parecen claramente auténticas. Si pensamos en las herramientas de las que dispone un diseñador gráfico de hoy en día y las ponemos en las manos de un estafador, lo vemos claro, la tecnología hace que copiar y falsificar sea más fácil".

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Foto de Kelsea Kosko

Los detectives privados trabajan en una gran variedad de casos, como buscar pruebas contra un comerciante de arte que cometió un fraude multimillonario, encontrar testigos en los EE.UU., el Caribe y Europa en relación con un litigio relacionado con el arte e investigar el robo de una foto valorada en un millón de dólares. A menudo trabajan en casos durante años, van de incógnito y utilizan las redes sociales para perseguir a los delinquentes.

Aunque tanto Arnold como Fishstein fueron anteriormente funcionarios, ambos explican que su interés y pasión por la historia del arte les viene de familia. Arnold fue ayudante del fiscal del distrito del condado de Nueva York y ahora trabaja como director gerente de la oficina de K2 intelligence. Nunca estudió arte formalmente en la universidad, pero descubrió que tenía un gran interés por resolver delitos relacionados con el arte. A medida que fue creciendo, recibió la influencia de su abuelo escultor y artista. Fishstein, por su parte, trabajó como detective para la policía de Nueva York durante décadas antes de pasar a ser el investigador principal de su nueva empresa. Su padre era artista gráfico y Fishstein pronto empezó a desarrollar un gusto epecial por resolver delitos relacionados con el arte. Según dice: “Pasé 22 años trabajando en el departamento de la policía de Nueva York y, básicamente, era responsable de los casos de robos de obras artísticas, pero también tenía otros casos como secuestros y saqueos, lo típico. Sin embargo, el arte era mi especialidad y lo que más disfrutaba haciendo”.

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Antes de unirse a K2 Intelligence, Arnold y Fishstein trabajaron juntos en un caso de falsificación de Damien Hirst en el 2013, donde el principal sospechoso estaba acusado de intentar vender falsificaciones de las clásicas pinturas girantes y de puntos por miles de dólares. El acusado era un diseñador gráfico que utilizaba sus destrezas técnicas en combinación con la tecnología para crear escrituras de compraventa, facturas y obras falsas muy creíbles.

Imagen cortesía de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan Cyrus R. Vance Jr

Según el comunicado de prensa oficial de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan Cyrus R. Vance Jr: “En diciembre del 2012, [el acusado] presentó una pintura girante supuestamente de Damien Hirst a Sotheby’s, una casa de subastas de Manhattan, donde debería ser considerada para su venta en marzo del 2013. También supuestamente informó a Sotheby’s de que tenía una segunda pintura girante de Hirst. En enero del 2013, Science Ltd., el estudio de Damien Hirst en Londres, determinó que la primera pintura era una falsificación y seguidamente se puso en contacto con la oficina del fiscal de distrito de Manhattan”.

A continuación, “Sotheby’s notificó [al acusado] que un experto había determinado que la obra no era auténtica y que por consiguiente no sería incluida en la subasta. El mismo día, [el acusado] supuestamente ofreció vender dos pinturas girantes de Hirst al detective que trabajaba de incógnito, además de tres impresiones de puntos de Hirst de edición limitada, tituladas Valium, OpiumLSD. El acusado aseguró al detective la autenticidad de las obras y le sugirió que las pinturas girantes estaban valoradas entre 110.0000 y 130.000 euros. Tras varias negociaciones, [ekl acusado] acordó vender al detective ambas obras girantes y las tres impresiones de puntos por 165.000 euros”.

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Imagen cortesía de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan Cyrus R. Vance Jr

Arnold advierte a los compradores de arte que duden ante una oferta que parece demasiado buena para ser real. Dice que todo comprador tiende a buscar una ganga —desde los viejos coleccionistas hasta los más novatos— y deberían considerar siempre tanto la obra que desean comprar como su vendedor. Los compradores deberían prescindir de páginas como eBay que intentan hacernos realizar una transacción fuera de ella. “Si quieres comprar una obra en Ebay y los comerciantes de arte intentan sacarte de la página para ahorrarse las tasas, lo que nos están demostrando es que están intentando sacarnos de la protección que como compradores tenemos en este mercado”, dice Arnold.

Únicamente en Nueva York, la oficina del fiscal del distrito investiga un gran número de delitos relacionados con el mundo del arte, desde arte moderno, hasta obras maestras del impresionismo y antigüedades de la Grecia clásica. Los delitos relacionados con el arte son difíciles de clasificar bajo un mismo marco, pues cada caso es diferente y las leyes vulneradas también lo son, desde un hurto hasta la tenencia ilegal de arte robado en cuarto grado. La ley no clasifica la diferencia entre robar un Miró y robar un coche, aunque los investigadores de este tipo de delitos sí lo hacen e intentan proteger los compradores y vendedores de arte, aunque Arnold y Fishstein esperan que sus esfuerzos sirvan para algo más que proteger las transacciones.

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Según dice Arnold, “Uno de los principales resultados de nuestro trabajo es que podemos ayudar a proteger la integridad de la obra de un artista y asegurarnos que no se vea dañada por delincuentes que intentan falsificarla”. Al igual que con la propia creación de arte, es un trabajo que lleva mucho esfuerzo.

Aquí encontrarás más información sobre K2 Intelligence y su trabajo.

Traducción de Rosa Gregori.

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