FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

Piensa antes de regalarle comida a un vagabundo

Si ves a una persona con pinta de vagabundo comiendo desesperadamente cátsup del dispensador gratuito de McDonald’s, no asumas que es un teporocho hambriento.

No le preguntes a una mujer si está embarazada. No le ofrezcas un descuento de la tercera edad a alguien que piensas que se ve viejo. No hagas una conjetura precipitada sobre el sexo de un bebé. A esta altura de tu vida ya deberías saber que las interacciones sociales en el clima políticamente correcto de hoy pueden ser desconcertantes.

Ahora podemos añadir una nueva regla a la lista anterior: si ves a una persona desaliñada y mal vestida comiendo desenfrenadamente un montón de sobres de cátsup y mayonesa, no asumas que es un vagabundo sin hogar.

Publicidad

Si lo haces, puede que sientas el dolor de Claire Varin, una británica de 33 años que le compró comida de McDonald's a un hombre a quien creyó un borracho necesitado. No lo era. A él simplemente le gustaba mucho comer cátsup (gratuita) mientras esperaba su orden. Ya sabes, un delicioso amuse-bouche sin costo.

Según The Independent, una mujer se quedó "mortificada" después de que se enteró de que había hecho una buena obra de caridad para un cliente perfectamente normal en espera de su comida. El McDonald's al que nos referimos se encuentra en el centro de Halifax. El caballero en cuestión estaba sin afeitar y llevaba una mochila. Y, sí, estaba comiendo cátsup del dispensador comunal, el que tiene los vasitos.

3275416505_70c7e11069_b

La Sra. Varin le compró al compañero aparentemente oprimido una comida como un intento de gesto de amabilidad. Según los informes, mientras colocaba la ofrenda de caridad frente al hombre, un miembro del personal le trajo la comida que ya había ordenado y se disculpó por la espera.

"Sentí que me iba a morir de la vergüenza", dijo. "Para ser honesta, mi imaginación me sobrepasó. '¿Este pobre hombre ha estado fuera en las calles toda la noche? ¿Era éste el único alimento que comería en todo el día?'".

LEER MÁS: El WFP quiere acabar con el hambre mundial en 15 años

Anota esto: ninguna buena acción queda sin castigo.

La Sra. Varin explica además: "Tal vez no tenía dinero y estaba muriendo de hambre. Pensé: Solo la desesperación puede llevar a alguien a comer cátsup".

Publicidad

¿La imaginación de Varin tiene la culpa de su vergüenza? La cátsup es algo rico, pero tendrías que tener una naturaleza particularmente perturbada para comer paquetes de cátsup como un loco cuando puedes pagar una Big Mac.

Ella continúa: "Me sentí muy mal por él. Era una mañana muy fría y pensé: ¿Cómo puedo sentarme aquí con esta comida y dejarlo ahí sentado comiendo solo cátsup?"

Ahora la pobre Sra. Varin tiene miedo de volver a su McD's local: "Me gusta mucho el desayuno de McDonald's, pero creo que no volveré a esta tienda. Nunca".

Imagínate cómo se debe sentir el susodicho comensal adicto a la cátsup.

LEER MÁS: "Las Patronas" alimentan a los migrantes centroamericanos que viajan sobre "La Bestia"

Claro, la historia de la Sra. Varin es vergonzosa en sí misma, pero una vez que llegó a las manos del Internet, la anécdota se elevó a un nuevo nivel. El Daily Mail incluso le ha pedido a sus lectores que escriban y comenten sobre esta pregunta: "¿Acaso Claire intentó comprarte una comida de McDonald's? Manda un correo a news@mailonline.co.uk".

Entonces, he aquí una advertencia para todos ustedes por ahí, y decimos esto con paz y amor, sin querer restringir ningún impulso caritativo que puedas tener: si le haces un regalo a una persona sin hogar, hazte un favor. Asegúrate de que el receptor verdaderamente lo necesite.

Después de todo, al objeto de tus impulsos caritativos simplemente podría ser una persona con gustos raros.