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Un aparatito creado por 'millenials' puede salvarnos del calentamiento global

La idea la tuvo Aylín Vazquez Chenlo, una estudiante de Biotecnología de 19 años.

Fotografías por el autor

No haremos largo el preludio: si no detenemos el calentamiento global, para 2040 este planeta va a ser un lugar bastante más complicado para vivir. Punto. Con la locomotora del calentamiento suelta desde la Primera Revolución Industrial, ¿cómo frenar el tren en el último tramo de los rieles? Desde Argentina, un equipo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) diseñó una solución básica, de aplicación masiva e impacto brutal: puede disminuir las emisiones de dióxido de carbono en 194 millones de toneladas y ahorrar 29 mil millones de dólares o 327 teravatios de energía.

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El grupo se llama ITBA Kiri y ganó la categoría "Industria" de la competencia Climate Colab del Massachusetts Institute of Technology (MIT). ¿De qué se trata? Pues de una simple plaquetita que interviene el sistema de los aires acondicionados para que no enfríen más allá de los 25 grados centígrados o 77 grados Farenheit. Tan sencillo que podría habérsele ocurrido a un niño… y casi: la idea la tuvo Aylín Vazquez Chenlo, una estudiante de Biotecnología de 19 años, que se iluminó cuando vio cómo sus padres dormían con el aire a 16º, tapados con mantas…

Los estudiantes ganadores

Aylín vio claro el absurdo con el que convivimos a diario sin ser conscientes del derroche energético que supone, pero desde que su proyecto conquistó el MIT ha tenido que enfrentarse con numerosas críticas, especialmente en redes sociales. "Ha sido muy frustrante comprobar la poca predisposición social a los cambios, las críticas que hemos recibido a meses y meses de trabajo. Hemos tenido que enfrentarnos a todo tipo de comentarios, como 'yo voy a inventar un aire acondicionado que ni se encienda'", explica la estudiante. Pero ella, igual que sus compañeros de proyecto y muchas personas de su generación, considera que el gran cambio, climático y social, empieza por los cambios pequeños. "Nuestro objetivo con esta iniciativa era demostrar que se puede causar un impacto gigante y colaborar con algo que realmente importa a partir de una pequeña decisión individual". Y, a juzgar por el entusiasmo del MIT, lo han conseguido.

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Pero, ¿qué nos dice este pedacito de metal sobre la nueva generación de científicos y sobre las posibilidades que tenemos aún en nuestras manos de evitar el colapso energético? Hablamos con Eduardo Fracassi, el ingeniero que coordinó un proyecto que ya se percibe internacionalmente como una salida al déficit energético.

VICE: A diferencia de otras generaciones, ¿crees que los científicos millenials tienen más conciencia social en relación a temas de medio ambiente?
Fracassi: Por mi experiencia aquí en el ITBA creo que sí. Entre algunas políticas, nosotros hacemos talleres de concienciación medioambiental diseñados por el MIT a los que vienen muchos jóvenes estudiantes. Preferimos hacer eso en lugar de recibir a alguien como un mesías para que venga a dar una clase magistral…. Recuerdo a una chica que había empezado a estudiar ingeniería en petróleo y asistió a uno de los talleres. Salió replanteándose su carrera. Si era realmente útil para el futuro ser ingeniera en petróleo.

Sabemos que en el futuro nuestros estudiantes pueden llegar a puestos de responsabilidad, trabajamos mucho la responsabilidad y estos chicos demostraron que están atentos. Yo estuve en 2015 en la COP, el plenario de estados sobre cambio climático, por impulso de uno de ellos: un dia vino un chico de nuestros talleres dijo "quiero ir a la COP". No lo podía creer. Eso cuesta dinero y nunca habíamos enviado a nadie. Y fuimos. Estamos formando gente más sensible, que entiende cuáles son los problemas reales.

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Mencionaste que una futura ingeniera petrolera se replanteó su carrera. Si yo fuera el CEO de una gran petrolera no estaría muy contento de escuchar cosas como esas, ¿la innovación atenta contra el progreso?
Las empresas no son tontas… Si pueden ahorrarse un 15% de su factura de energía eléctrica lo van a hacer. Y petróleo… unos años más se va a sacar. Mientras que como país no tengas paneles solares ni molinos, tienes que tener petróleo. Pero los fondos de inversión norteamericanos dejan de invertir en combustibles fósiles porque es una inversión arriesgada. Tú pones mil paneles solares en una zona apropiada y tu inversión es mucho más rentable.

¿Y cómo implantar vuestro invento en el mundo?
La realidad es que nadie puede obligar a las personas a usar el aire a un mínimo de 25° a menos que haya una legislación al respecto. ¡Algunos dirían que es un ataque a las libertades individuales! Pero piensa en los edificios públicos. Todos a 25°. Los cines, los bancos, las empresas, los comercios, los lugares de trabajo… Hay un margen enorme de aplicación.

Y con el apoyo del estado, mejor…
A nosotros nos convocó el presidente argentino para conocer nuestra idea tras haber ganado en el MIT. Estuvimos con él y con gente de los Ministerios de Energía y de Ambiente. Nuestra idea es factible porque permitirá evitar cortes de luz y se podrá ahorrar. Argentina no tiene dinero. ¿El estado quiere disminuir su déficit de energía? Bueno… Nosotros somos ingenieros, sólo un eslabón de la cadena. Después hace falta que la gente tome conciencia de que, por ejemplo, hay cortes de electricidad porque el sistema no da abasto. Y también que el estado haga uso de sus facultades.

¿Y si otros estados se interesan en aplicar su innovación?
Estamos dispuestos a charlar. Para nosotros es fundamental tener una masa de gente que acepte que esta temperatura es razonable. Si eso se produce, se reglamenta que todos los nuevos aires acondicionados tengan este aparato desde su fabricación. Y punto.

El MIT recibió 600 propuestas, ¿por qué ganó la suya?
No creo que hayamos ganado porque la nuestra sea una idea absolutamente nueva. La innovación es también hacer que las cosas sucedan. Y en este sentido, la ciencia y la tecnología son herramientas, pero lo más importante es la conciencia colectiva.