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Desentierran llamas del Imperio inca sepultadas desde hace 500 años

Las llamas probablemente fueron enterradas vivas para dar la bienvenida a nuevas conquistas en el Imperio inca, y se conservaron casi intactas.
Científicos desenterraron 4 llamas incas de sacrificio enterradas durante 500 años
Imagen: L. M. Valdez 

Un buen regalo de bienvenida podría ser una buena botella de vino o un platillo casero, pero el antiguo Imperio inca tenía una idea muy diferente de cómo dar la bienvenida a las nuevas comunidades: sacrificando llamas ornamentadas.

La antigua práctica inca de sacrificar animales, e incluso humanos, para apelar a sus dioses en busca de lluvia, sol o una buena cosecha, está bien estudiada por los arqueólogos. Pero investigadores de la Universidad de Calgary escribieron en un nuevo estudio que algunos restos de estos sacrificios se distinguen del resto no solo como una ofrenda para los dioses incas, sino también para las comunidades recién llegadas al imperio. Estos hallazgos fueron publicados el jueves en la revista Antiquity.

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“A través de estas medidas fue que el Estado inca estableció y extendió su control manipulando paisajes, animales, lugares sagrados (huacas) y, en última instancia, a los habitantes”, escriben los autores en su artículo. “Al hacerlo, los incas crearon nuevos órdenes, nuevos entendimientos y significados que ayudaron a legitimar y justificar sus acciones tanto ante los conquistadores como ante los conquistados”.

Los restos en cuestión son de cuatro llamas momificadas bien conservadas (y parcialmente intactas) que el equipo de investigación descubrió en un sitio en Tambo Viejo, Perú en 2018. Incluso después de aproximadamente 500 años bajo tierra, los investigadores informan que las llamas aún mantienen signos de decoración ornamentada, incluyendo pintura roja en la cara e hilos y plumas de colores en el cuerpo.

Imagen: L.M. Valdez

El descubrimiento de un gran horno en este sitio sugiere que estos sacrificios probablemente eran acompañados de una gran celebración comunitaria.

Los sacrificios de llamas eran comunes en esta antigua civilización y, a veces, mataban a cientos o incluso miles de llamas para apelar a los dioses locales a que terminara la sequía o para tener una buena cosecha. Estos sacrificios a menudo consistían en matar al animal y posteriormente comer su carne.

Pero en esta investigación, ese no fue el caso. Estos restos no solo estaban intactos, sino que tampoco se mostró evidencia de una matanza, lo que podría significar que estas llamas fueron enterradas vivas en sacrificio.

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“Esta nueva evidencia demuestra que la relación entre los incas y la ganadería se extiende más allá de la simple provisión de carne, e indica que los animales domesticados jugaron un papel clave en los rituales incas y en la vida política”, explican los autores en el estudio.

Según los registros españoles, el Imperio inca se expandió rápidamente a principios y mediados de la década de 1400, incluida la incorporación pacífica de Tambo Viejo en el valle de Acari, que según los investigadores se alinea bien con el momento en que se estima que tuvo lugar este sacrificio. Como resultado, creen que esto pudo haber sido un movimiento político de los incas para hacer que la comunidad recién incorporada se sintiera bienvenida, y quizás lo más importante, para asegurar que esta comunidad aceptara a los incas como sus nuevos gobernantes.

“En última instancia, todos estos rituales permitieron a los incas legitimar su presencia en el valle de Acari”, escribieron los autores.

Los autores explican que encontrar evidencia de un sacrificio como este en Tambo Viejo es una prueba más de la importancia de esta comunidad para los incas como centro político del creciente imperio.