Salud

Por supuesto que los millennials queremos quedarnos en casa: no nos alcanza para más

A la generación actual que vive sola le es más difícil que a las generaciones anteriores diseñar sus hogares, lo cual tiene mucho sentido: estamos ocupados, agotados y con poco presupuesto.
Katie Way
Brooklyn, US
LC
traducido por Laura Castro
mujer sola en una cama
Foto de lolostock vía Getty Images

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Si tus planes usuales para la noche después del trabajo tienden a involucrar comida a domicilio en soledad mientras ves Netflix y envías mensajes de texto a tus amigos, de hecho, eres parte de una tendencia general, según un informe de Curbed sobre la tendencia de los millennials a "vivir en un capullo", mejor conocida por la palabra en inglés "cocooning". Según Curbed, el término fue acuñado a principios de los años 80 por una futurista llamada Faith Popcorn y describe ampliamente la práctica de quedarse en casa durante el tiempo libre para sentirse cómodo y relajado (en lugar de volver a ingresar a la esfera pública y pasar tiempo en un bar o un restaurante).

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Por extensión, el término "socialized cocooning" (socializar dentro del capullo), describía la opción de organizar una noche entre amigos en la casa de alguno, en lugar de salir y reunirse afuera. Pero desde entonces tal término evolucionó para describir una noche en casa en la que te mantienes conectado a tus redes sociales. Lo que significa que pasas la noche comunicándote digitalmente con tus amigos, mientras permaneces físicamente a distancia remota. Para aquellos de nosotros que vivimos solos, ese cambio está afectando tanto el diseño interior de nuestros hogares como nuestra salud mental.

El artículo de Curbed detalla cómo los millennials que viven solos tienden a construir y decorar sus hogares teniendo en cuenta su soledad, en lugar de dar hospedaje a sus invitados. Popcorn le dijo a Curbed que cree que convertir nuestros espacios privados en "ambientes narcisistas" cambiará de manera fundamental el diseño de los hogares: al restarle interés al entretenimiento (o a la cocina, gracias a las aplicaciones de entrega a domicilio), tal vez la cocina quedará obsoleta; la mesa del comedor desaparecerá (y las mesas auxiliares, para comer frente al televisor, se volverán más importantes); y estaremos más interesados en tener ropa de cama excesivamente lujosa que en tener una espaciosa cocina abierta. Suena emocionante, ¿no?

Pero desafortunadamente, todos estos planes inclinados hacia la comodidad y el descanso se encuentran motivados por realidades muy poco agradables: ¡los millennials están exhaustos y en la quiebra!

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"Tengo un trabajo que requiere que hable todo el día, y necesito poder volver a casa para estar a solas", le dijo una mujer que vivía sola a Curbed. (En el artículo también señalaban que su lugar de trabajo estaba organizado como un espacio de oficinas abiertas, con todo el horror abyecto que eso conlleva). Otra mujer que también vivía sola describió tener la necesidad de crear un espacio para poder "trabajar en proyectos independientes adicionales", en lugar de para efectuar actividades de esparcimiento.

En resumen, no solo nos estamos alejando del "esparcimiento" porque nos encanta ver The Bachelor en soledad; también lo hacemos porque el trabajo nos deja exhaustos y todos nuestros amigos viven lejos. No estamos comiendo en la misma mesa auxiliar en la que trabajamos desde casa como parte de un boicot a la industria de los muebles; lo estamos haciendo porque una mesa de comedor nueva es bastante costosa (y generalmente debe ir en un espacio especial para el comedor, el cual muchos de nosotros no tenemos). No nos quedamos en casa solo porque preferimos socializar a través de chats grupales e Instagram; nos quedamos en casa porque la persona promedio gasta $80 dólares en una salida nocturna, y es un gasto literalmente inútil.

Incluso si vivir en un capullo tiene mucho sentido y parece la mejor opción en este momento, tiene sus desventajas. Los seres humanos de verdad necesitamos pasar tiempo frente a frente con otras personas para tener vidas más saludables, y socializar a través de nuestros teléfonos simplemente no es lo mismo. Es posible que hagamos parecer a nuestro aislamiento como todo un lujo al usar sábanas costosas mientras vemos nuestro servicio de streaming favorito, pero eso no significa que en un futuro vayamos a sentir menos soledad.

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