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¿Sí o no? Escocia fue a las urnas para decidir sobre su independencia

En su gran día, los escoceses siguen debatiéndose por el sí o el no que definirá el futuro de su nación. De aprobarse la separación, muchas preguntas quedan abiertas frente a su sistema financiero y fiscal.

Hoy Escocia se fue a las urnas para decidir si se termina o no la unión de 307 años con Inglaterra y se convierte en un Estado independiente. Reino Unido tiene los pelos de punta por la posible ruptura que podría cambiar la cara de la isla para siempre. En la última consulta de votación el voto en contra a la independencia triunfó con un 53% frente a un 47% a favor. Pero, con muchos votantes que aún no se han decidido, el referendo está en el filo del cuchillo. Andy Murray, el campeón escocés de Wimbledon, alentó a los ciudadanos a votar por el sí.

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“¡Enorme día para Escocia! La campaña en contra me dejó claro mi punto de vista”, trinó el tenista. “Estoy muy emocionado por lo que ocurra hoy. ¡Hagamos esto!”.

Huge day for Scotland today! no campaign negativity last few days totally swayed my view on it. excited to see the outcome. lets do this!

— Andy Murray (@andy_murray) septiembre 18, 2014

Un 97% de residentes, que equivalen a 4.2 millones de personas, se registraron para votar.

Con algunas excepciones, cualquiera que vive en el país puede ejercer su derecho. Esta es la primera vez que los adolescentes de 16 y 17 años pueden participar, aún cuando la mayoría tenga que hacerlo después de clases. Un censo para registrar a los habitantes de la calle también se llevó a cabo.

Carteles afuera de las urnas de votación en Edimburgo.

Más de 2.600 urnas estarán disponibles desde las 7 a.m. a las 10 p.m. tiempo local. Los resultados se anunciarán a las 2 a.m. Se espera que Aberdeen, la ciudad más poblada de Escocia, sea la última en escrutar.

Por su parte, los votos de las regiones escocesas, que se encuentran en lugares remotos, se recogerán en helicóptero y barco, lo que significa que el mal clima puede causar demoras.

Escocia entró al Reino Unido en 1707 y si se separa que lo dejaría sin un tercio de su territorio y el 8% de su población.

Un votante por el sí en el centro de Edimburgo.

El prospecto de que el país abandone Gran Bretaña ha generado miedos e incógnitas frente a la economía escocesa: sobre su moneda, los misiles británicos y las armas nucleares utilizadas por la base naval de Faslane en Gare Loch.

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Escocia tiende hacia la izquierda política y durante las últimas votaciones solo un miembro del partido conservador quedó dentro del parlamento. Tener su propio parlamento le ha devuelto algunos poderes, pero abrirse a la independencia le daría control completo sobre sus asuntos, algo que, con la situación actual, muchos sienten que falta.

Rachel Holmes, un contador público de Edimburgo, de 47 años, le dijo a VICE que estaba votando a favor de la independencia, no para romper con Gran Bretaña, sino por el hecho de que Escocia necesita estar en la capacidad de elegir por sí misma “en qué gastar sus recursos y decidir qué está bien para las personas que la habitan”.

“Yo creo que el Reino Unido significa estar en una familia de naciones, pero eso no significa que no podamos gobernarnos a nosotros mismos, como un Estado individual”.

Pero David Cameron (no el primer ministro británico) dijo en su cafetería en Edimburgo que la idea de estar atados era del pasado. El votante, de 48 años, le dijo a VICE que “no somos británicos, somos escoceses y solo escoceses. Sin importar qué resulte, tenemos que aceptarlo, el equipo que va por una Escocia independiente se mantendrá unido y fuerte”.

John Clark y David Cameron en su cafetería en Edimburgo, insitando a las personas a votar a favor.

“Nos sacaron de paseo por mucho tiempo. Queremos tomar nuestras propias decisiones”, dice su esposo de 58 años, John Clark. “Y no queremos armas y destrucciones masivas aquí”, añadió, refiriéndose al tridente nuclear de misiles, cuya base está en Escocia.

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El sentimiento que prevalece entre muchos es la incertidumbre. El vocero del Fondo Internacional Monetario, William Murray, dijo: “un voto a favor va a sucitar una serie de importantes y complicados asuntos que se tendrán que negociar. El efecto inmediato será la incertidumbre frente a la transición a una nueva moneda, un sistema financiero y fiscal diferente en Escocia”.

El primer ministro, David Cameron, advirtió a los votantes que ésta sería “una decisión irrevocable”. La reina Elizabeth dijo que espera que los votantes “piensen con cabeza fría”.

En Edimburgo, Lynn, una mujer de 63 años, reiteró que iba a votar en contra de la independencia y dijo que era la única de su cuadra que no había hecho campaña.

"Tenemos mucha historia en el Reino Unido y creo que es mejor tener 63 millones de personas juntas para apoyarse unos con otros, que siendo grupos pequeños", dijo a VICE. "Preferiblemente nos quedamos en el Reino Unido y mantendremos nuestras conexiones con Inglaterra e Irlanda del Norte. He crecido con el hecho de ser británica, y siento que a muchos escoceses les ha ido muy bien perteneciendo a Gran Bretaña".

Lynn solo dio su primer nombre. Ella asegura que es la única de calle que no ha sacado carteles en contra de la independencia.

Greg Lane, un economista y estudiante de política en la Universidad de Edimburgo, ha vivido durante los últimos diez años en Escocia y también va a votar en contra. Dijo: “no creo que la separación sea la respuesta a los problemas a los que se enfrenta el país en este momento y estamos muchísimo mejor juntos, todos intentando producir un cambio para 60 millones de personas. No creo que la independencia tenga algo que ver con el nacionalismo que muchos quieren alcanzar”.

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El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, votó a las 9 a.m. en Fraserburgh, en el noreste de Escocia. Salmond prometió que mañana será festivo si el voto por el sí gana. Aunque, un funcionario del Partido Nacional Escocés, dijo ayer que no estaba seguro de que se había hecho los arreglos concretos para hacerlo oficial.

El debate sobre la independencia ha suscitado fuertes pasiones, y a veces, creado grandes antagonismos entre los partidarios del sí y el no, en las calles y las redes sociales.

En vísperas del referendo, la autora JK Rowling - quien creció en Inglaterra, pero ha vivido en Edimburgo durante las últimas dos décadas y causó polémica por su apoyo al sindicato en contra, a principios de este año- ayer emitió una declaración en Twitter.

Big day in Scotland tomorrow #indyref. My head says no and my heart shouts it - but whatever happens, I hope we're all friends by Saturday.

— J.K. Rowling (@jk_rowling) septiembre 17, 2014

“Gran día para Escocia. Mi cabeza dice que no y mi corazón lo grita –pero pase lo que pase, espero que el sábado todos seamos amigos”.

Sigue  a Sally en Twitter: @sallyhayd