Los lacandones saben que la selva va a desaparecer si no hacemos algo

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Los lacandones saben que la selva va a desaparecer si no hacemos algo

Los invasores talaron árboles para meter ganado sin ningún tipo de control. Buscan acaparar la tierra de los lacandones para expandir su territorio.

Un habitante de Lacanjá Chansayab observa una parcela de milpa en la carretera que conecta su comunidad con el pueblo Frontera Corozal. Todas las fotos por Annick Donkers.

Lacanjá Chansayab es una pequeña comunidad de lacandones ubicada en el corazón de la selva, en el municipio de Ocosingo, en el noreste de Chiapas.

En el camino es común encontrar varios retenes del Ejército, para detener injustamente a migrantes que viajan hacia Estados Unidos y combatir el tráfico de drogas, la tala ilegal de madera y la caza de animales en peligro de extinción.

"La selva está en peligro y va a desaparecer si no tomamos medidas", nos dijo un amigo lacandón. Aunque hablando con los lacandones, parece que hay mucho más en juego que los árboles y lo describen como un conflicto de tipo agrario, político, económico y ambiental.

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Actualmente sólo quedan mil lacandones, que viven principalmente en Lacanjá y en las comunidades Nahá y Metzabok.

Un lacandón de la comunidad nos contó que la deforestación inició hace más de 40 años. Los invasores talaron árboles para llevar a pastar al ganado en tierras deforestadas sin ningún tipo de control. Estos ganaderos buscan acaparar la tierra de los lacandones para expandir su territorio.

Este poste indica el límite entre Nueva Palestina y Lacanjá Chansayab para evitar la tala de arboles en territorio Lacandón.

Además de los lacandones, otros grupos étnicos viven en la región. Los vecinos más cercanos de los lacandones son los choles y los tzeltales, quienes no comparten el mismo estilo de vida, por lo que viven en desacuerdo.

Por su ubicación en medio de la selva, los lacandones se quedaron mucho tiempo aislados del mundo moderno. Actualmente la transformación es bastante marcada. En parte bajo la influencia del turismo que llega principalmente a la comunidad de Lacanjá. Varios habitantes ganan un ingreso a través de la venta de artesanías, servicio de guía, comida o transporte. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) brinda apoyo económico para iniciativas turísticas.

Según Jan De Vos, historiador belga, la región sufre de una cuádruple mutilación. "Ya no es sólo la imparable destrucción de la vegetación original la que está a discusión sino también la extrema pobreza de la población, la polarización política y social de las comunidades, y más recientemente, la militarización de la zona".

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Cascada Las Golondrinas en Lacanjá Chansayab.

Debido a que la situación entre las comunidades es tensa, la policía ecológica nos acompaña durante una caminata por la selva para brindarnos seguridad. Regularmente controlan las brechas entre territorio tzeltal y lacandón.

Nueva Palestina es una comunidad de tzeltales dentro de la Selva Lacandona. En los años 70 eran apenas unas 800 personas y hoy cuenta con una población de 33 mil habitantes. Una calle en Nueva Palestina, territorio Tzeltal, muestra la ausencia de árboles.

Paisaje en Nueva Palestina.

Frontera Corozal es un pueblo chol localizado al norte de Lacanjá. Algunos choles viven del turismo que visita el sitio arqueológico de Yachilán, pero la mayoría se dedica a la agricultura y ganadería. Preparación de la tierra para la siembra en Frontera Corozal.

Hay lugares en el territorio Lacandón donde, según los lacandones, tzeltales invadieron y talaron los árboles.

Imagen cortesía de Pablo Chankin. Pablo cuida el centro ecoturístico Las tres lagunas. La foto fue tomada con una cámara oculta que instaló para reunir evidencia. A menudo observa, a través de estas fotos, que personas ajenas a la comunidad entran a su terreno para cazar animales en territorio lacandón. No solamente para el autoconsumo, sino también para la venta.

Proyecto de reforestación en la comunidad Lacandón de Naha.

Un hombre Lacandón se reconoce inmediatamente por su túnica blanca y su cabello largo.

Hoy, son pocos los hombres que siguen usando el traje tradicional para la actividad diaria. Los jóvenes utilizan un uniforme escolar para ir a la escuela secundaria.

Caspar, retrato hecho en Lacanjá.

Retrato de niño en Lacanjá con su vestido tradicional de tela colorida.

Algunas mujeres usan un traje tradicional. Una túnica parecida a la de los hombres pero más colorido y estampada. Compran la tela y la cosan en casa.

No sólo la tradición del traje se esta perdiendo, sino que cada vez más y más chicos se cortan el cabello. A veces por obligación de la escuela o como un joven nos cuenta bromeando, "para ser mas civilizado".

Satélite en medio de la Selva Lacandona.

Una tarde en Lacanjá Chansayab; chicas paseando en una motocicleta.

Venta de hot dogs los sábados en el centro de Lacanjá Chansayab.

La comunidad de Nahá.

Nahá es la única comunidad donde todavía se realizan ceremonias dirigidas por Don Antonio, el último chamán de los lacandones. Hasta la fecha no tiene un sucesor y si fallece, se llevará su sabiduría. Un día lluvioso, lo encontramos en su casa. Ya está grande y no escucha bien, sin embargo se tomó el tiempo para hablar con nosotras.

La misa en Lacanjá empieza cada día a las 6PM, hora de dios porque la iglesia no reconoce el horario de verano, a diferencia del resto del pueblo.

Adentro encontramos unas sillas de plástico, el sintetizador del pastor y como afuera, ausencia total de imágenes religiosas.

Kayum Yuk Ma'ash, hijo adoptivo del arqueólogo danés Frans Blom y la fotógrafa y etnógrafa suiza Gertrude Duby.