Cuando la vida de un exalcohólico carismático llamado Shaft cambió a raíz de Burning Man, se dio cuenta de que se identificaba con un unicornio. Ya no era capaz de afrontar la monotonía del trabajo y de la vida en el mundo real, así que decidió crear un movimiento poliamoroso y hedonista con otras personas que se sentían unicornios.
Los unicornios de Shaft se atavían con cuernos de purpurina y galopan por las calles frías y monógamas de Londres. Su intención es crear una utopía de amor libre.
¿Es esta la revolución hedonista del amor libre que nos prometieron en los sesenta, reinventada para una generación de oficinistas creativos? O ¿acaso es tan falsa como los cuernos que llevan? ¿Es este nuevo culto hedonista un ardid inteligente y desesperado de Shaft para huir de su propia soledad?