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Cuatro inventos de principios del Siglo XX que tomaron forma hasta hoy

Hologramas, Selfie Sticks, proyección 3D y drones, inventos que cobraron fama gracias a nuestras nuevas aficiones y necesidades.
Fotografía tomada con el presunto primer Selfie Stick en el año 1926.

Los mecanismos para publicitar productos han avanzado de manera muy rápida. El diseño a mano de un cartel, como se hacía en los 50, poco a poco empieza a desplazarse por nuevos modelos de promoción en 360º, interactivos y digitales. Los hologramas al igual que el 3D, no son nuevos; Dennis Gabor, físico húngaro, inventó la holografía en 1947, esfuerzo que resultaría premiado hasta 1971 con el Nobel de Física.

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Veinte años ante de que Gabor diera vida a los hologramas, 1934 era un año inmerso en las mieles tendenciosas del cine en 3D, donde cortometrajes y videos estetoscópicos hacían sus primeras apariciones en los estudios de MGM. Lamentablemente los resultados de estos adelantos no fueron tan fructíferos como en la actualidad. Con altibajos, el 3D volvió a quedar guardado en el cajón de los ‘adelantos muy adelantados’ resurgiendo sistemáticamente en grandes producciones como Tiburon (1983), con fines orientados a la promoción y al éxito taquillero que la tercera edición ultramarina pareció no alcanzar.

Al igual que los drones, la aplicación que se le da a este tipo de adelantos es el ancla que los mantendrá vigentes. Los drones fueron una extraña transición; fruto filial de los helicópteros a control remoto que zumbaban en centros comerciales, y de la tendencia prolifera por utilizar cámaras miniatura. Fusionando ambos, los drones se posicionaron rápidamente sobre el cielo, con una infinidad de fines prácticos, desde divertir y poder realizar tomas aéreas a bajo costo, hasta repartir a domicilio o en su defecto, espiar.

El selfie stick, un invento reciente, en realidad nació cerca de 1925, hecho de manera casera y con el fin de poder lograr una fotografía en la que un hombre y su mujer pudieran salir juntos. En 1983, el amigo de todos los millennials se patentó bajo el nombre de “telescopic extender” y en 1995 hizo su primera aparición impresa en el libro “101 invenciones japonesas inútiles”. Durante el 2005, el canadiense Wayne Fromm, patentó Quick Pod, comercializándose el año siguiente en EUA y apoderándose del mercado en el 2014, gracias a nuestra inminente necesidad moderna de retratarnos desde nuestro propio punto de vista.

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Parece que el 2016 y los consecutivos, serán años de redescubrimiento, dándole nuevos fines e intenciones a productos que se pensaron con otro propósito. A fin de cuentas, y con ejemplos en la historia, la Coca Cola era medicina y el LSD un mero experimento.

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