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¡ojo con los cabezazos!

¿Puede el fútbol llegar a ser peligroso para el cerebro?

La familia del ex futbolista inglés Jeff Astle, que falleció debido a una enfermedad cerebral degenerativa, reclama que hasta 250 jugadores más podrían sufrir problemas similares. En VICE Sports decidimos consultar esta posibilidad con un neuropatólogo.
Image via Wikimedia Commons

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El ex delantero inglés Jeff Astle falleció en 2002, con sólo 59 años, después de atragantarse con un trozo de comida. Le habían diagnosticado Alzheimer muy poco desarrollado y el forense lo relacionó directamente como causa de su muerte. Su familia, sin embargo, fue más allá y relacionó directamente la enfermad degenerativa del cerebro de Astle… con el balompié.

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Astle jugó cinco veces con la selección inglesa durante los años sesenta y los principios de los setenta, además de llevar la camiseta del West Bromwich Albion durante una década. Allí jugó varios cientos de partidos y marcó más de cien goles. Se hizo famoso por la habilidad de remate que tenía con la cabeza y porque se decía que cada vez que saltaba por encima de un central la pelota acababa en el fondo de la red.

Lo que Astle no sabía es que los múltiples pequeños traumatismos que recibió durante su trayectoria le irían dejando huella. Los balones que se usaban cuando Astle jugaba eran mucho más robustos que los actuales: estaban hechos de un cuero excepcionalmente duro —especialmente al mojarse— y eso provocaba que se tuviera que hacer una fuerza considerable con la cabeza cada vez que se remataba.

Aunque antes de su muerte ya se sabía que Astle sufría Alzheimer, un médico que examinó en 2014 su cerebro dijo que en realidad sufría encefalopatía traumática crónica (CTE). Esta enfermedad afecta normalmente a boxeadores y y jugadores de fútbol americano, porque se produce a causa de fuertes golpes que recibe la cabeza y de repetidas conmociones cerebrales.

En el caso particular de Jeff, no hay duda de que los balones estaban directamente relacionados con su muerte. Este es sin duda el punto de vista de su familia, que formó la Fundación Jeff Astle en 2015 con el objetivo de dar a conocer las lesiones cerebrales en todos los deportes.

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Después que saliera a la luz la noticia de que a tres miembros de la plantilla que ganó el Mundial de Inglaterra'66 les han diagnosticado demencia, la Federación inglesa de fútbol (FA) anunció que pediría a la FIFA que iniciara una investigación acerca de la posible relación entre las enfermedades degenerativas del cerebro y el fútbol.

La hija de Astle, Dawn, no obstante, se quejó de la lenta respuesta de la FA y apuntó a la necesidad de más investigación. A día de hoy, se conocen otros hasta 250 ex jugadores que han sufrido enfermedades similares.

Dawn dejó claro que también estaba preocupada por los futbolistas profesionales actuales: "Hoy en día los balones son mucho más ligeros, pero todo va más rápido. Los jugadores son mucho más fuertes y golpean más duro", cuenta a la BBC.

"Solo hay que fijarse en la física más pura para entender que, cuando algo impacta con el cráneo, el cerebro se balancea hacia delante y atrás y esto lo afecta negativamente. Creo que los balones actuales son mejores que los antiguos, pero no me sorprendería que las consecuencias de los remates fueran las mismas que antes".

Si las consecuencias son las mismas, esto debe preocupar profundamente a los aficionados, a los futbolistas y a las federaciones por igual. El caso de Jeff Astle es excepcional, pues a menudo es difícil establecer una relación entre el traumatismo craneal y esta enfermedad degenerativa del cerebro en concreto, pero su dolencia podría estar afectando poco a poco a muchos profesionales… sin que estos lo sepan.

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Jeff Astle posando con una pelota hecha de grueso cuero en 1969. Imagen vía PA Images

Jeff Astle posando con una pelota hecha de grueso cuero en 1969. Foto vía PA Images

Para disponer de una perspectiva médica sobre el tema, hablé con Steve Gentleman, profesor de Neuropatología en el Departamento de Medicina del Imperial College de Londres. Gentleman me dejó claro que, a pesar de que podría haber un vínculo entre el golpeo a las pelotas modernas y enfermedad degenerativa del cerebro, es difícil estar seguro en la gran mayoría de los casos.

"Hay que tener cuidado. El Alzheimer, por ejemplo, es muy común que aparezca como una posible consecuencia de una lesión de cabeza", explica Gentleman. "Relacionar específicamente un traumatismo craneal con la enfermedad es arriesgado. Se tendría que conocer el historial clínico del paciente entero. No es sencillo establecer una relación directa".

"El Alzheimer se suele dar en una persona de cada 20 a los 65 años; a los 85, ya es uno de cada cinco", apostilla Gentleman.

En la Copa del Mundo de 1966, la selección de Inglaterra contó con 22 jugadores: con el paso de los años, tres de ellos han sido diagnosticados con esta demencia, pero esta proporción no es necesariamente inusual en relación con la población en general. No hay datos que apunten a que la tasa de la enfermedad degenerativa del cerebro entre los futbolistas sea anormalmente alta.

A diferencia de lo que dice la familia de Astle, es muy difícil vincular las enfermedades cerebrales con el fútbol sin más pruebas. Eso no quiere decir que las décadas de juego no hayan aumentado las posibilidades, pero se necesita más investigación antes de sacar conclusiones definitivas.

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"Cuando alguien tiene una lesión en la cabeza, se va al hospital y se pasa ahí una temporada larga", explica Gentleman. "Sin embargo, después del tratamiento, vuelve a integrarse en la comunidad. Cualquier problema cerebral posterior puede tener una relación con esta lesión… o ser totalmente independiente. Para afirmar algo con rotundidad necesitaríamos una enorme cantidad de datos: saberlo todo sobre el futbolista".

El boxeador británico Michael Watson (derecha) sufrió daños neurológicos permanentes durante su pelea con Chris Eubank en 1991. Foto vía PA Images

Gentleman ha realizado una amplia labor con las patologías de los boxeadores: teniendo en cuenta la naturaleza de su deporte, es mucho más fácil identificar los traumatismos craneales reiterados como factor clave en las enfermedades degenerativas del cerebro de los atletas.

"La conclusión es que la patología de los boxeadores es muy similar a las que sufren los jugadores de fútbol americano, que suelen padecer de encefalopatía traumática crónica o CTE", aclara el doctor.

"Nosotros nos limitamos a confirmar la relación entre los golpes y la degeneración del cerebro. El caso del fútbol americano salió a la luz en EEUU debido a que la NFL encargó esos estudios; desde entonces, los científicos no han parado de intentar demostrar la progresión de los cambios en el cerebro, y ahora la equiparan a diversos factores clínicos".

"El trabajo con los boxeadores es realmente útil, ya que ayuda a reforzar los cambios degenerativos asociados al deporte como un problema patológico. No es difícil trasladar los problemas que presenta boxeo a otros deportes; los golpes en la cabeza siguen siendo un problema".

Para Gentleman, la relación entre los traumatismos en la cabeza y las enfermedades degenerativas del cerebro no es tan obvia para los futbolistas modernos. Mientras que muchos boxeadores reciben fuertes golpes en la cabeza, el golpeo de una pelota de fútbol con la testa es menos destructivo a corto plazo. Sin embargo, la repetición, tanto en los entrenamientos como en los partidos, es lo que la acaba haciendo significativa.

Le pregunté a Gentleman si pensaba que la seguridad había cambiado o no desde la época en la que se jugaba con balones de cuero grueso, pero el doctor fue lacónico: no hay datos para confirmarlo. Desde el punto de vista personal de Steve, de hecho, nos tendríamos que preocupar más por los choques de cabeza entre los jugadores.

En la Fundación Jeff Astle, de todos modos, han llegado a la misma conclusión general que Gentleman: sencillamente, se necesitan estudios a gran escala para ser eficaces… y para ello los investigadores piden una gran inversión procedente de los órganos de gobierno del fútbol. Al final, por triste que parezca, ¡todo es cuestión de pasta!

Probablemente el autor de este artículo haya recibido demasiado golpes en la cabeza durante su carrera, pero en Twitter aún da pie con bola: @W_F_Magee