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¿Por qué a los jóvenes les asusta tanto el ‘cunnilingus’?

Millennials que creen en las relaciones sexuales equitativas, sólo dan sexo oral a mujeres de manera excepcional. Esto, según un estudio hecho en Reino Unido.

Este artículo se publicó originalmente en Vice.

Hace diez años, un grupo de investigadores que estaba estudiando el uso del condón en el Reino Unido se encontró con algo mucho más interesante: su estudio reveló que los adolescentes británicos coincidían en que las mujeres esperaban tener menos sexo oral que los hombres (sólo el 20% respecto al 43% de hombres). A principios de este año, las investigadoras Ruth Lewis y Cicely Marston descubrieron que el asunto era más complejo —y contradictorio— después de entrevistar a varios jóvenes de entre 16 y 19 años al respecto.

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Al parecer, los adolescentes de hoy comparten la idea de que el placer en ambos sexos es un asunto de correspondencia. "Es dar y recibir", dijo uno de los entrevistados. Sin embargo, en la práctica es distinto. Los hombres reportaron que en sus encuentros sexuales era mucho más probable que ellos recibieran sexo oral que las mujeres.

"Nuestro análisis", afirman Marston y Lewis, "reveló la existencia de dos construcciones sobre el sexo oral que parecen competir entre los jóvenes: que el sexo oral entre mujeres y hombres tiene el mismo valor, y que la práctica del sexo oral a mujeres se percibe como 'algo más extraordinario'".

Claramente, ahí hay una contradicción. ¿Por qué el cunnilingus se considera "algo extraordinario"?

"Sin duda entre los entrevistados existe la creencia de que el sexo oral a mujeres se practica con el fin de prolongar la relación o para conseguir algo", dice Marston. "En una cita de una sola noche, por tanto, puede que no exista esa motivación". Las entrevistas también revelaron que los chicos perciben la vulva como algo "sucio", "asqueroso", "feo" e incluso "apestoso", lo que lleva a concluir que el sexo oral a la mujer no es una práctica deseable.

"Cuando estaba en el colegio", explica Angelo, estudiante de 22 años, "muchos de mis compañeros pensaban que dar sexo oral a una chica era algo asqueroso, aunque tengo la impresión de que ahora quizá esté menos estigmatizada esta práctica. La mayoría de los hombres que conozco sólo se lo harían a las chicas con las que tienen una relación, pero no a alguien de una noche". Ahí la tenemos, otra vez: la excepción de las relaciones de pareja.

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Pero la concepción de la vulva como un órgano asqueroso no sólo se limita a los hombres. "Creo que a todos los chicos les gusta que se lo hagan", afirmó Becky, una joven de 17 años. "Pero así como a ellos no les gusta mucho darlo, a ellas tampoco les gusta mucho que se la chupen, se sienten incómodas". Cuando le preguntaron sobre cuál podía ser la preocupación de las mujeres, explicó: "Supongo que es una zona con la que no te sientes muy segura… Al menos en mi caso".

Marston explica que el estigma que pesa sobre los genitales femeninos constituye el pretexto más extendido de los chicos para justificar su aversión a practicar sexo oral a las chicas. Los jóvenes de este estudio en concreto consideran que bajarles a ellas puede dañar su reputación.

"Sí, recuerdo que cuando era joven había muchos prejuicios al respecto", señala Tom, de 21 años. "Muchas veces los compañeros ponían apodos ofensivos a los hombres que se las chupaban a las chicas". Obviamente, no siempre ocurre esto, pero todavía persiste esa visión del hombre que practica sexo oral a la mujer como algo excepcional.

Si bien "los hombres suelen felicitarse por cualquier logro, en el caso del cunnilingus no siempre es así", afirma Marston. "Creemos que podría ser porque esta práctica se aleja del discurso tradicional de que el cuerpo de la mujer está para el disfrute del hombre. Eso podría explicar por qué los hombres que lo practican sienten la necesidad de hacer evidente el placer que les produce… de ese modo pueden justificarlo".

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Lo curioso es que a cualquier persona, sin importar el sexo, le pueden parecer los genitales de los demás desagradables. "No es que las chicas tuvieran gustos o sensaciones distintas a los hombres", aclara Marston. "La diferencia radica en cómo gestionan esas sensaciones: ellas practican sexo oral de cualquier modo, mientras que ellos se niegan. En lugar de decir, 'Qué asco, no lo voy a hacer', muestran una actitud más de, 'Qué asco, voy a usar lubricante con sabor a fresa'".

Se espera que las chicas lo hagan sí o sí. "Te puedo decir con toda seguridad que di más sexo oral del que recibí", dice Miranda, estudiante bisexual de 21 años, refiriéndose a su adolescencia. "Las mamadas eran un preámbulo habitual en el sexo, mientras que comérselo a una chica era como un favor excepcional. La verdad es que a los 16 y 17 años, el sexo oral en mi caso se reducía básicamente a chupar penes".

¿Entonces ahora qué? Un buen comienzo sería normalizar el sexo oral para todos y derribar los mitos impulsados por las películas porno, en los que siempre aparecen chicas con "labios vaginales perfectos". Claro, siempre puedes coger la ruta práctica. "Ahora que soy más grande y que se la he chupado a un par de chicas", explica Miranda, "he visto otras vaginas y esto ha hecho que me sienta más cómoda con la mía".

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