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Comida

El menú del último almuerzo en el Titanic está a la venta

¿Se te antoja un poco de sopa cockie leekie, camarones en maceta o unos arenques en escabeche? Eso es exactamente lo que los pasajeros de primera clase comieron durante su penúltima experiencia gastronómica en el Titanic.

¿Se te antoja un poco de sopa cockie leekie? ¿Tal vez algunos camarones en maceta o unos arenques en escabeche?

Eso es exactamente lo que los pasajeros de primera clase comieron durante su penúltima experiencia gastronómica en el Titanic –un almuerzo que tuvo lugar en el barco hundido hace un poco más de 103 años.

Resulta que un pasajero que sobrevivió al trágico hundimiento de uno de los más magníficos barcos de pasajeros que se haya construido, que –claro– también fue objeto de una de las películas más lucrativas que se haya hecho, logró conservar un menú del almuerzo que se sirvió en el barco el 14 de abril de 1912. Y ese menú ahora estará en una subasta el 30 de septiembre en la ciudad de Nueva York.

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Lion Heart Autographs, la casa de subastas en línea responsable de la venta, espera recaudar hasta $70 mil dólares por el menú arrugado y envejecido. "Es una historia fascinante", le dijo David Lowenherz, el dueño de Lion Heart Autographs con sede en Nueva York, a The Independent. "Estos [menús] son poco comunes y muy deseables".

El barco chocó contra un iceberg a las 11:40 pm de la noche del 14 de abril y se hundió en la madrugada del 15 de abril. Así que éste fue el último almuerzo que Jack y Rose compartieron… bueno, no, solamente Rose lo comió porque era para los de la primera clase. Jack comió del atole para la tercera clase.

Los pasajeros cenaron chuletas de cordero a la parrilla, carne de res y pay de ternera y de jamón. Un buffet ofreció los clásicos del viejo mundo como "salmón a la mayonesa" y "redondo de ternera con especias". La tabla de quesos ofreció ocho selecciones. Veinticuatro horas más tarde, solo 700 de los más de 2 mil 220 pasajeros y tripulación del barco sobrevivirían.

Algunos de ellos lo hicieron subiéndose a los botes salvavidas. Uno de los afortunados fue el curiosamente llamado Abraham Lincoln Salomon, que había cenado con Isaac Gerald Frauenthal durante ese almuerzo fatídico. Entre las pocas posesiones que Salomon salvó estaba el menú que está a punto de ser subastado, firmado en la parte posterior por Frauenthal, evidentemente como un recuerdo de la comida.

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Claro, fue genial ser uno de los sobrevivientes, pero el bote salvavidas no estuvo exento de polémica. La prensa se apropió rápidamente de los rumores de que uno de los sobrevivientes de primera clase en el bote salvavidas –un aristócrata escocés llamado Lord Cosmo Duff-Gordon– había sobornado a siete miembros de la tripulación para remar rápidamente y alejarse del Titanic que se estaba hundiendo, en lugar de rescatar a otros. El bote salvavidas fue apodado el "barco de dinero" o el "barco de los millonarios", y sus ocupantes fueron posteriormente insultados por el público.

Además del menú, el Sr. Salomon también guardó un ticket de uno de los baños turcos opulentos del Titanic.

Una investigación posterior por los funcionarios descubrió que el supuesto soborno en el "barco de dinero" no impidió que la tripulación intentara rescatar a otras personas –pero que otros podrían haberse salvado si el barco se hubiera dado la vuelta. Duff-Gordon se quejó de que su reputación "estaba arruinada".

Lion Heart Autographs dice que el vendedor de este último menú de almuerzo es "el hijo de un hombre que recibió los artículos por un descendiente directo de uno de los supervivientes de los botes salvavidas".

La noticia de la venta del menú del almuerzo llega mientras los aficionados del Titanic celebran el 30 aniversario del descubrimiento de los restos del barco en el fondo del Océano Atlántico en 1985. Este descubrimiento fue lo que hizo posible la película de James Cameron en 1997 –que utiliza material de archivo real del naufragio.

¿Quién no querría comer como un par de desventurados amantes de los viejos tiempos? Consommé Olga, ¿quieren?