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Restaurantes

Barcelona sana: guía para comer bien y cuidar tu salud en la capital catalana

Bienvenidos, os guste o no, a la era healthy.
the greenspot
Imagen cortesía de The Green Spot
Naked juice

Decía Hunter S. Thompson que la paranoia no existe, que tus miedos más terribles pueden hacerse realidad en cualquier momento. Si introducimos la salud y la comida en la ecuación y nos tomamos en serio las palabras del legendario y tóxico periodista, en lugar de hablar de paranoia alimentaria, quizás deberíamos hablar de precaución justificada.

¿Los que consideran el colesterol un invento del capitalismo prefieren morir de insuficiencia coronaria a los 55 años? Que se ahoguen tranquilos en un océano de grasas saturadas y diabetes, pero a estas alturas de la partida cualquier persona cabal sabe que los alimentos que introducimos en nuestro organismo determinarán no solo nuestra línea de vida, sino nuestro estado anímico, rapidez de coco, vitalidad y otros agentes que operan en favor de nuestra salud (física y mental).

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La etiqueta healthy seguramente molestará al sector más purista de la gastronomía, pero la tendencia a sustituir fritos, carne roja y cerdo por verduras, fruta y superalimentos es ya imparable. Se terminó lo de hablar de moda hípster, estamos ante un estilo de vida; una forma de entender la alimentación cada vez más popular, por cierto, entre las nuevas generaciones de urbanitas, mucho más proclives al açai que al torrezno. Bienvenidos, os guste o no, a la era healthy.

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Barcelona se ha convertido en la avanzadilla de la comida sana en España. En los últimos años, en la capital catalana se han multiplicado los restaurantes preocupados por el bienestar del cliente. El producto de proximidad, ecológico y de temporada ha dejado de ser una excentricidad y para establecerse como protagonistas en espacios que han conseguido sacarle todo el sabor a la verdura. Restaurantes vegetarianos, sofisticados y creativos como Rasoterra, cuyo respeto por el producto ecológico kilómetro cero ha popularizado sus jugosos platillos, estrictamente veggies, entre la parroquia omnívora.

En una liga muy parecida juega The Green Spot, en la Barceloneta, un restaurante vegetariano que te hace olvidar que estás engullendo verduras, merced a recetas que engañan a los sentidos, como los ñoquis de remolacha, el carpaccio de kohlrabi o la pizza vegana con queso de anacardos y chorizo de calabaza. En Iradier, la chef Laura Veraguas manipula ambrosía llegada directamente de un huerto propio. Sus platos se ciñen al producto de temporada y no renuncian a la proteína animal; son livianos, sanos y sabrosos, y muestran orgullosos los toques de autor de la cocinera catalana.

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El tsunami healthy ha alcanzado incluso los centros comerciales, territorios abonados a a la comida basura. En Diagonal Mar, el restaurante Green Vita ajusta precios para que sus verduras y frutas de proximidad y temporada, su pollo de corral y su ternera ecológica estén al alcance de todos los bolsillos. No faltan los hummus, el gazpacho, la lasaña de verduras o los pokes en una carta para todas las sensibilidades, que solo tiene dos prerrogativas: mimar las entrañas del cliente e introducir la comida sana en el mainstream.

Por otra parte, escondido en el barrio de Gràcia, el restaurante Maai es un cebo para instagrammers: sus tostadas y gofres de garbanzos con ingredientes naturales, sin azúcar y con grandes cantidades de aguacate, brillan con verdor propio. Es comida rápida, sí, pero sana, energética, sin gluten y con producto limpio. Si vas a comer, por unos 11 euros te echarás al gaznate una crema del día y un segundo a elegir que puede ir de unos zoodles de calabacín a un poke con más vitaminas que la farmacia de un culturista.

Esto no hay quien lo pare. Ni siquiera las ingestas del fin de semana se libran del giro healthy. El brunch cardiaco de toda la vida, el de los pancakes, los huevos con bacon y el Bloody Mary, está dando paso al brunch sanote: el del bol, el açai y los zumos prensados en frío. The Juice House es un ilustre veterano. Este cálido local selecciona cuidadosamente la materia prima y sirve uno de los almuerzos más saludables de Barcelona. Zumos y smoothies naturales; pastelería casera; tostada de aguacate; yogurt con granola; pancakes de avena; chupito de jengibre… Los únicos animales que encontrarás son el pavo y salmón. Y tiene uno de los menús mediodía más interesantes del barrio de Sant Antoni.

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En los confines del Eixample, Sweet Ophelia también apuesta por un comienzo de día cargado de vitaminas, no de grasas. Ensaladas atractivas, quiches artesanales y cafés de especialidad conviven con coloridos bagels de aguacate o salmón, zumos de calidad, un matcha frío antológico y boles de açai. El bol de açai con fruta es también una de las especialidades de Itacate, un pequeño y relajante espacio con excelentes zumos naturales y un bol de porridge de premio Nobel, entre otros méritos.

No hay límites para el almuerzo 2.0 hipersano, un ente vivo que sigue en plena evolución en Barcelona. La prueba la tenemos en Little Fern, un nuevo y acogedor espacio de estilo neozelandés en Poble Nou. Entiende el brunch como fuente de de bienestar y juega con producto ecológico y casero. Su cocina factura bocadillos artesanales; boles de açai con granola casera, trigo sarraceno y frutos rojos; pancakes de kimchi con aguacate; buñuelos de maíz con aguacate; puddings de chía; cafés de especialidad… Un no parar de salud.

Ante la avalancha healthy, han aparecido locales que han optado por especializarse para competir en un mercado cada vez más competitivo. En Böl, como su nombre indica, el plato estrella es el bol: tienen diferentes tipos para las diferentes horas del día y los presentan rellenos de fruta, superalimentos, cereales, frutos secos, semillas y cualquier elemento susceptible de tonificar tu organismo. El curioso restaurante Pandan Fast Good, único en Barcelona, se centra en los rollos de papel de arroz, apetitosas obleas traslúcidas con productos de temporada de lo más saludables en sus entrañas. Los acompañan con pequeñas ensaladas, sopas frías o arroz y postres ligeros. Y aprietan los precios para que comas rápido y bien por lo que cuesta un cubata: 10 malditos euros.

Lugares como Petit Brot se han decantado por la rama más dura: zumos prensados en frío con fruta y verdura ecológica, y cocina raw o crudivegana. El restaurante Hummus han convertido la receta que la da nombre en el cebo de su carta: los tiene con frijoles egipcios, con setas, con seitán… Y puedes ir del clásico de garbanzos al del remolacha o zanahoria y boniato. Sano y sabroso. Como los zumos prensados en frío que fabrican Green Shots y BeBo, posiblemente las trincheras líquidas más apreciadas por la parroquia détox.

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La locura es tal que incluso los ultramarinos se han impregnado de la cultura healthy. En Amarelo te llenarán el capazo de fruta, verdura, zumos y te podrás llevar el vino y el vermut a granel. No hace ni un año que Vegan Raw aterrizó en el Raval, justo delante del mítico restaurante vegetariano Bio Center (recomendadísimo por cierto.) Dicho espacio se ha convertido en un mini-supermercado de la salud, quizás el más completo de Ciutat Vella. Encontrarás platos veganos cocinados, fruta ecológica, helados sin lactosa ni azúcar, zumos naturales de todo tipo, kombutcha y una lista interminable de productos para que le acabes dando la inevitable pizza congelada de cada noche a tu perro.