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Grecia reconocerá como griegos a los hijos de los migrantes

El parlamento aprobó esta semana reconocer la nacionalidad griega a los migrantes de segunda generación, una reivindicación histórica de este colectivo. La reforma legislativa fue propuesta por Syriza.
Imagen por Yorgos Karahalis/Reuters

Mijalis Afolayan nació en Atenas hace treintaicinco años. Siempre ha vivido en Pagrati y Kipseli, barrios céntricos de la capital helena. Allí cursó sus estudios de primaria y secundaria, hasta que se matriculó en una escuela de arte dramático. Es educador, músico y actor. Su trabajó más reconocido fue interpretar al personaje Darnell en el remake que hizo una televisión griega de la serie americana My Name Is Earl.

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Hasta hace pocos días, Mijalis era extranjero. Ahora es griego. El jueves 9 de julio, el parlamento aprobó la modificación del código civil que reconoce la nacionalidad griega a los migrantes de segunda generación.

"Para mí fue muy duro el momento en el que me di cuenta de que no tenía los mismos derechos que los niños con los que iba al colegio" cuenta Mijalis a VICE News. "Estudiaba historia de Grecia, lengua o geografía como un griego más. Pero al cumplir los dieciocho años tuve que obtener el permiso de residencia". Explica que, para la renovación anual de este permiso, necesitaba tener un contrato de trabajo. "No me podía permitir centrarme en los estudios o simplemente pasar un año en el paro como el resto de mis amigos".

La reforma legislativa fue propuesta por Syriza, partido de izquierda que gobierna desde enero. También votaron a favor el socialdemócrata Pasok y el liberal Potami. El Partido Comunista de Grecia se abstuvo. En contra, el centro derecha Nea Dimokratia, el partido neonazi Amanecer Dorado y el socio de gobierno de Syriza, Anel, con la excepción de uno de sus diputados que votó favorablemente.

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"El papel de Anel en el gobierno es muy curiosa" explica Manos Manousakis, secretario de estado griego. "Es un partido de derecha nacionalista que, siendo minoría en nuestra coalición, ha votado a favor de leyes que dan derechos a la comunidad LGBT e iniciativas contra la represión. Pero, respecto a la ley de la nacionalidad, su nacionalismo ha primado y se han opuesto".

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'Esta lucha empezó hace quince años cuando experimentamos una politización, fruto de las injusticias que sufríamos en el día a día'.

Esta reforma legal es una reivindicación histórica de los colectivos formados por migrantes de segunda generación. Según Mijalis, "esta lucha empezó hace quince años cuando experimentamos una politización, fruto de las injusticias que sufríamos en el día a día. Al principio, el peso de las movilizaciones recaía en la Organización de Mujeres Africanas, pero nos dimos cuenta de que necesitábamos tener voz propia".

Varias decenas de descendientes como Mijalis formaron varios colectivos y ONG. "Algunas, como Generation 2.0, se centraron en las reivindicaciones legales. Otras, como el Anasa Cultural Center en el que participo yo, se dedicaron a sensibilizar sobre el tema a través de actividades culturales. Aunque teníamos enfoques diferentes, conseguimos estar unidos", afrima Mijalis.

Además de por sus apariciones televisivas, Mijalis es conocido por haber sido el portavoz del movimiento que defendió ante el parlamento griego la necesidad de reformar el Código Civil. Cuando hablaba desde el estrado de oradores, era la única persona de color de la cámara, formada por trescientos diputados blancos.

Vaggelis Basili tiene treinta años. Sus padres emigraron a Atenas desde el sur de Albania cuando él tenía diez años. "Hablo mejor en griego que en albanés" asegura. "Es el idioma en el que he estudiado. Nunca he vuelto a Albania, me siento griego y, ahora, por fin, también lo voy a ser legalmente".

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Tanto Mijalis como Vaggelis han sufrido la dureza de la ley de inmigración griega. "A mí me han detenido varias veces por no llevar conmigo el permiso de residencia, aunque siempre se ha solucionado con una noche de calabozo y poco más" se queja Vaggelis.

El caso de Mijalis fue peor. "Yo estuve a punto de ser deportado porque me detuvieron sin haber renovado el permiso de residencia. Además de lo terrible que es cualquier deportación, en mi caso lo peor es que me querían expulsar a Nigeria, un país que no conozco de nada, al que no he ido nunca. Yo tengo aquí mi vida, mis amigos, mi familia. Para mí, volver allí no es una opción. No puedo volver a un lugar al que nunca he ido".

Según ambos, el auge que el partido neonazi Amanecer Dorado ha experimentado durante el último lustro agravó todo. "Salir a la calle daba miedo durante algunos años. Si te reconocían como extranjero te daban una paliza" afirma Vaggelis. "Pero, paradójicamente, fue un impulso para nosotros. Nos dimos cuenta de que lograr esta ley era muy urgente", añade Mijalis.

'La nueva generación de ciudadanos griegos es colorida, plurirreligiosa, y multicultural. Así es el presente y el futuro de Grecia'.

Para las organizaciones que han impulsado la reforma legal, se trata de "un primer paso muy importante, pero no estamos del todo satisfechos". La ley beneficia aproximadamente a 100.000 personas. A todos los hijos de migrantes con permiso de residencia que han sido escolarizados en Grecia. Según Mijalis, "ese es el problema, que la ley exige que alguno de tus progenitores tenga residencia legal y que estés escolarizado, lo que sigue dejando fuera a algunos chavales".

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A pesar de ello señala que "la ley permite también otras vías excepcionales para adquirir la nacionalidad. Nunca es suficiente, pero es muy buena noticia para un país que, hasta ahora, no permitía ninguna manera con excepción de la sanguínea".

Preguntado acerca del nuevo panorama político que hay en Grecia desde las últimas elecciones, Mijalis se muestra rotundo. "El apoyo de Syriza fue fundamental, pero sin los movimientos de base formados por nosotros no habría sido posible. Agradecemos su ayuda, pero siempre hemos tenido muy claro que debíamos ser independientes de cualquier partido político".

Ambos se muestran confiados en que la reforma legal tendrá reflejo en la mentalidad de la gente. "Nadie puede detener las migraciones. Existían antes que Grecia y seguirán después de que esta tierra se llame diferente", concluye Mijalis. Vaggelis redunda en la idea: "la nueva generación de ciudadanos griegos es colorida. plurirreligiosa, y multicultural. Así es el presente y el futuro de Grecia".

Sigue a Hibai Arbide Aza en Twitter: @hibai_

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