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Drogas

Un día en la vida de personas que consumen drogas

El documental 'A day in the life' muestra el día a día de personas usuarias de drogas en diferentes países del mundo.

Siete personas en siete países. Siete historias con muchas cosas en común, entre ellas, el uso de drogas en un ambiente de prohibición. Con la idea de explorar un día en la vida de usuarios en todo el mundo, el director István Gábor Takács reunió las historias de personas que conviven diariamente con sustancias psicoactivas y buscan, a través de diferentes medios, combatir el estigma que existe en torno a estas. El resultado es el documental A day in the life, que desde su estreno se ha presentado en Budapest, Berlin, Lagos, Kiev, Praga, Vilna, Montreal, y próximamente en la Ciudad de México.

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El documental fue filmado por usuarios de drogas y activistas de derechos humanos en siete ciudades de diferentes países. Los participantes de cada ciudad son miembros de la red de políticas de reforma sobre las drogas, de la fundación Rights Reporter Foundation. Para lograrlo se seleccionaron ciudades con diferentes aspectos geográficos, culturales y políticos. Después, en cada país se seleccionó una historia que pudiera reflejar aspectos profundos de la situación local en torno al uso de drogas y reducción de daños. El director dio instrucciones a cada equipo sobre qué y cómo debían filmar. Finalmente, los equipos mandaron el material al director para que lo editara en un solo filme.

A day in the life será proyectado el próximo sábado 21 de octubre a la 1PM en el Cine Tonalá, y en el Faro de Aragón el próximo miércoles 25 a las 5PM. Previo a la proyección, platicamos con Brun González, miembro de IMPUD, Reverdeser Colectivo, y quien participó como protagonista para México en el documental.

VICE: Cuéntanos un poco del documental A day in the life.
Brun: El documental es una colaboración organizada por Drug Reporter e István. Drug Reporter está trabajando desde su propia fundación que se llama Drug reporter foundation. Son el canal de YouTube más grande de política de drogas y reducción de daños a nivel internacional. Dentro de esa idea de tener la mayor cobertura y visibilidad de los procesos de política y reducción de daños, empezaron a establecer un programa de "video activismo" en los países a los que podían ir. Se armaban unos talleres de lo práctico y teórico para realizar videos encaminados al tema de la reforma en política de drogas, desestigmatización, descriminalización y reducción de daños.

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En México, cuando fue la Conferencia Latinoamericana de Política de Drogas, vinieron las personas de Drug Reporter e hicimos un taller. Fue entonces que quedó el equipo de Drug Reporter México. En algún momento se hicieron algunos videos previos. Y cuando estaban organizando este proyecto de la película, István nos dijo directamente que le gustaría que mi historia estuviera en la película. Mi participación es poner en el template, que se hizo para los distintos personajes, un poco de mi historia personal y un poco de la chamba. Por ejemplo, lo que hacemos en las fiestas, el Programa de Análisis de Sustancias, etcétera.

¿Cómo se produjo la parte de México?
Nuestra participación en México va creciendo. István nos pide introducir nuestra historia personal complementándolo con el panorama de la situación en México para que se entendiera el contexto. La película está pensada para mostrar las historias de las personas, pero pretende mostrar ese panorama global de la prohibición. Antes se llamaba "Un día en la vida del mundo de personas que usan drogas bajo la prohibición". Pero le quitaron la palabra prohibición para que fuera más amigable. Karina Muscarina estuvo haciendo la grabación. István hizo el esqueleto del guion y yo tenía que complementarlo con base a lo que los otros habían mandado.

¿Cuáles son algunos hábitos comunes entre los usuarios de drogas en el mundo?
Las personas que usan drogas se extienden en todas las distintas áreas de la realidad. Hábitos o dinámicas comunes tiene que ver con la comunión, con la colectividad y con compartir. En el contexto moderno, el uso se concentra en fiestas, reuniones que tienen ver con grupos culturales o de identidad. El alcohol permite esa festividad, esa socialización, y le da alegría a veces a las personas.

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Respecto a la película, fuera de los hábitos o dinámicas y circunstanciales de cada persona, tipo de uso o país, se entiende que lo que sí es común es el orillamiento a la clandestinidad, el tener que esconderse, la estigmatización y un rechazo intrínseco del sistema. En México es muy claro, sobre todo en el vínculo con el narco, el abuso de la autoridad, las violaciones a los derechos humanos. En la película, tratamos de meter los números que se conocen. Se trata de que esto ayude a otras personas que tengan que pasar por eso, porque cada vez hay más uso problemático y problemas de adicciones en todo el mundo. Esto no es por las sustancias en sí, sino por los contextos culturales. Toda esa opresión, limitación o persecución genera estrés y ansiedad de tener que esconderse, que es algo común de las personas que viven en países prohibicionistas. Hay otros modelos que también aparecen en la película. Se trata de ver dónde sí hay correspondencia, contraste, y dónde no.

¿Cómo se diferencian los usuarios de drogas en México al resto del mundo?
Creo que la principal diferencia en México es la ausencia absoluta del Estado. El Estado ya sólo existe como una amenaza para cualquier persona que usa drogas y nunca como una especie de sustento, apoyo, recurso; ni si quiera en el sentido de salud. Podemos ver países en donde sí está criminalizado, pero puedes tener atención por una sobredosis como parte de los servicios de salud que el Estado ofrece. En México, los servicios de salud están completamente sesgados, son discriminatorios y cohesionan hacía varias cosas como la abstinencia forzada o cosas más delicadas que rayan ya en la tortura.

Por ejemplo, tener a alguien encerrado siete días para forzarle a pasar la abstinencia sin levantar cargos y después sacarlo a la calle, quitarle todo su dinero y las sustancias que traía. Eso es tortura. Eso sucede en Tijuana, Ciudad Juárez, Hermosillo, Culiacán y en varios lugares del norte. Ahí está el narco y la onda católica moralista súper fuerte. Según ellos están limpiando a la persona de algo que ven como inmoral, y se ven a ellos mismos ejerciendo justicia. Esto no sucede en todos lados. Hay personas que consumen de manera muy superficial y se la pasan muy bien.

Lo bonito es darse cuenta que ocurre en todos lados, bajo contextos y situaciones distintas. Este rechazo intrínseco, y pensar en las sustancias como un riesgo o como una enfermedad, cambia cuando te das cuenta de las prácticas que se dan en cada lugar. Por ejemplo, con la gente va a adoptando culturalmente algunas plantas como al peyote o como los hongos. Esto genera nuevos modelos de interacción. Aquí en México tiene que ver esa influencia de la parte indígena. En México hay una realidad muy clara y muy presente de la presencia de organismos y redes criminales. Basados en el contexto mexicano, sí cambian los patrones de uso. Alguien que usa drogas en México está exponiéndose y está siendo vulnerable todo el tiempo. Aquí un "dealer" que esté vinculado a estos grupos te desaparece o te descuartiza porque no va a pasar absolutamente nada. Hay distintos niveles de vulnerabilidad y va aumentando cada vez. Por eso México es distinto al resto del mundo.

Para conocer más del proyecto o ver el documental en línea visita la página de A day in the life.