Fui por la salchipapa más grande de Bogotá
Casi un brazo de largo. | Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia.

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Fui por la salchipapa más grande de Bogotá

Este plato típico barranquillero puede llegar a medir más de un metro de largo y alimentar a 15 personas.

Artículo publicado por VICE Colombia.


Decía el escritor italiano Cesare Pavese en El oficio de vivir que el placer de follar no supera el placer de comer y que el éxtasis del orgasmo no es comparable con la sensación de mordisquear un níspero o un racimo de uvas. Ese placer compartido que irónicamente me llegó tarde —pues de pequeña no “pasaba bocado”, como decía mi mamá— se convirtió en un motor de costumbres. Ahora descubrir lugares con comidas extravagantes genera en mí un deseo constante de movimiento, de conocimiento de ingredientes.

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Y no estoy hablando de los platos que solo se sirven en mesas de alta cocina o en los restaurantes de moda que están proliferando en Bogotá. Estoy hablando de esos manjares que se encuentran a la vuelta de la esquina, del señor que vende empanadas, de un negocio de familia que tiene fila de dos horas cada día para probar manjares caseros y de esos restaurantes que se salen de lo común y logran, con sus platos, sorprender por su extravagancia.

“Entonces entre más grande, es mejor”, le dije sin pensar a Edwin Duncan, propietario de uno de estos lugares que se han hecho oír por el tamaño de sus platos, cuando lo visité en su segundo restaurante un día entre semana en horario de almuerzo. Con unos ojos sospechosos por mi comentario, Edwin me empezó a hablar de la estética de sus creaciones, de que ahora hay que sorprender al comensal y salirse de lo ordinario y, pues sí… Entre más grandes sus platos, dice, son mejores.

Entre más grande, mejor. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia.

Su restaurante se llama “La Marimonda del Mono” y está situado en el barrio Chapinero, de Bogotá, y se ha vuelto famoso por sus más de 40 platos sacados de las esquinas de Barranquilla y transportados a dos puntos de la capital y por las creaciones monstruosas (de tamaño) de la autoría de Edwin. La Marimonda es su segundo local. El primero con el que se dedicó a enseñarle a los rolos la comida de su tierra desde hace dos años, se llama “Perro Mono Garcés Navas” situado cerca del Portal de la 80 en Bogotá, con los mismos platos.

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Del plato puede decirse que es igual al lugar que lo vende: extravagancia pura. La casa, situada en la carrera 13 con 74 es ocupada por más de 20 mesas de metal y sofás de cuerina de los colores de la bandera colombiana, y está ambientada por champeta y videos de reguetón en varios televisores en las paredes. También se puede ver a la entrada una escultura de una marimonda, tan típica del carnaval, que lo recibe a uno en una especie de santuario barranquillero en Bogotá.

El plato que me hizo incursionarme en esta travesía de la extravagancia gastronómica bogotana se llama La Salvajada. Se trata de una salchipapa que mide más de un metro de largo aproximadamente y que ha dado de qué hablar en redes sociales. Oriunda del segundo local de Edwin, el de Chapinero, consiste en una bandeja repleta de papas a la francesa, butifarra, pollo, res, chorizo, jamón, lechuga, queso costeño y salsa de la casa. “Ahí comen de 12 hasta 15 personas, dependiendo del apetito de la gente”, afirma, sin duda orgulloso, el propietario.

La versión mediana de "La Salvajada" en La Marimonda del Mono. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia.

El platillo fue creado cuando una señora pidió una salchipapa más grande, para el cumpleaños de su hijo. Pasó de ser un plato para una o dos personas, a ser uno para cuatro o cinco. Y así fue creciendo. Hoy en día, al mes, según me cuenta el dueño, el restaurante gana varios millones de pesos, solo con esta barbaridad de 94.000. Pero otros platillos de La Marimonda del Mono también son famosos: una hamburguesa de tres pisos, el desgranado y los perros calientes. Según Doriana, la mesera que nos atendió, este es el platillo que más se pide, para grupos grandes y eventos, pues es algo que se sale de lo común. “Si quieres uno más pequeño, debes pedir La Mona, por 34”, me dijo.

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Con Mateo, el fotógrafo que se ha pegado a cada cata de platillos exóticos por la ciudad, decidimos seguir el consejo de Doriana y pedir la versión mediana de La Salvajada. Esta versión —que sigue siendo una salvajada para mí— viene con lo mismo: un platillo que fácilmente puede ser para seis comensales. Según me cuenta Edwin, esta es la salchipapa costeña por excelencia, pues acá en Bogotá, si uno pide una salchipapa, viene solo con lo que el nombre indica: salchicha y papa y, según él, de vez en cuando, varias salsitas por encima y un par de huevos de codorniz.

En Bogotá, el plato suele ir únicamente con los ingredientes de su nombre: la salchicha y la papa. En ocasiones la acompañan con huevos de codorniz. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia.

En la cocina trabajan aproximadamente seis personas en varias estaciones: la de freído, dos de corte de proteínas y una de vegetales, salsas y queso. Al llegar al mediodía, el negocio empezaba a tener buena pinta. En solo media hora, las estaciones se veían cortas para la cantidad de pedidos que llegaban a la barra. Según Mateo, mientras tomaba las fotos, había visto cómo las cuatro canastas casi industriales de papas fritaban sin parar, con cantidades inimaginables de aceite burbujeante. Y los cocineros, que emplataban platillo tras platillo, no verían un descanso por lo menos hasta las tres o cuatro de la tarde.

Las canastas industriales no paraban de freir. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia.

Cuando llegó La Mona a la mesa, vimos cómo todos los comensales alrededor nuestro abrían los ojos. Veían sólo esta porción de la barbaridad que podía a llegar a ser la salchipapa de este lugar. El plato es una bandeja que se desborda de ingredientes, a los que se les incrustan tenedores de plástico que se quedan inmóviles hasta que una mano ansiosa los desprenden de su cima correspondiente.

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Empezamos a comer y me entró de repente esa sensación de tener el plato demasiado lleno y de saber de antemano que no iba a poder dar tantos bocados como pensaba. Me sobró butifarra. Falta pollo, res y chorizo, si se trata de equiparar proporciones. De resto, es una buena comida. Hay para guardar.

El tip: excelente para salir de fiesta. El tip # 2: excelente para volver de la fiesta.

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Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia.

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El Twitter de la autora está acá.

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