A pesar del empate a un gol por bando, Alemania y Chile le demostraron al campeón de Europa, al de América del Norte, y demás invitados, cómo se debe jugar una competición de esta importancia a un año del Mundial de Rusia 2018.El joven equipo de Joachim Löw, comandado por Julian Draxler, pudo contener el poderío ofensivo del bicampeón de América, aunque por momentos se le vio desordenado y sin muchas ideas en el medio campo, tal y como sucedió en su partido ante Australia. Del otro lado, Chile salió a la cancha del Kazán Arena con toda la intención de hacerle daño a la campeona del mundo, y lo logró en los primeros minutos.
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A este nivel, los errores se pagan muy caros, sobre todo cuando el rival tiene entre sus filas a un asesino del área como lo es Alexis Sánchez.Los minutos transcurrieron, ida y vuelta, a veces sin mucha precisión, pero nunca sacrificando el ritmo de juego. Alemania obtuvo el premio a su insistencia a cuatro minutos del final de la primera parte. Una jugada de trámite, sencilla, mas imposible de ejecutar para algunos equipos. Desborde por las bandas y centro al corazón del área.
Germanos y chilenos se irían a los vestidores con el mismo número de puntos, y a pesar de no ser lo que ambos esperaban del partido, los verdaderos ganadores fuimos los espectadores, quienes ya pedíamos a gritos un partido entretenido. Esperemos que los demás seleccionados hayan tomado nota de cómo se disputa un juego, hasta cierto punto "amistoso", entre campeones.