Emo Kids Levantados: Repasamos la carrera de The Get Up Kids antes de su primera visita a México

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Música

Emo Kids Levantados: Repasamos la carrera de The Get Up Kids antes de su primera visita a México

Hicimos un repaso de la trayectoria de The Get Up Kids, recordando que son un emblema del emo de los noventa.

El sueño se hizo realidad. The Get Up Kids tocarán por primera vez en México. El rumor de su visita inició con una simple publicación en Facebook. Uno de los iconos más importantes del emo noventero preguntó a sus fans qué lugares de Latinoamérica serían buenos para ir a tocar. Todo parecía una broma. Pero el cuestionamiento se colmó de respuestas, de ciudades, de seis conciertos a finales de agosto y principios de septiembre por Chile, Argentina, Brasil y México.

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Meses después esa pregunta emitida por los propios integrantes de The Get Up Kids se transformó en rumor. En el Instagram de una chica –no recuerdo de qué lugar de América Latina–, en el mes de mayo colgó en su aplicación para subir fotos y videos un flyer nada creíble, uno que quizá cualquier fanático de esta banda, en éste sitio del planeta, pudo haber hecho para burlarse de quienes comenzábamos a sentirnos ilusionados. No obstante, en medio de preguntas y suposiciones había quienes se aferraban a que se trataba de algo verídico; aquellos que todo el tiempo imaginaron que la profecía finalmente se cumplía con un robot de su álbum más popular ( Something to write home about ) anunciando sus fechas de presentación.

El Emo Noventero

Estas leyendas arrastran una trayectoria que tiene más de veinte años. Como muchas de las bandas de sus épocas, que provienen del circuito DIY, comenzaron a tocar en sótanos, bares, fiestas de sus amigos, librerías o hasta en gimnasios.

The Get Up Kids a fines de los 90

En 1995, en medio de la explosión del emotional y post hardcore que transcurría en aquella década con grupos como Quicksand (de Walter Schreifels: ex Gorilla Biscuits, Youth Of Today y creador de Rival Schools), Jawbox (de J. Robbins: ex Goverment Issue), Farside, Shundder To Think, At The Drive-In, Unwound, Samiam, Cap'n Jazz, Jawbreaker, Still Life, Evergreen, Seaweed, Sense Field, Boilermaker, Boys Life, Giants Chair y más, se formaron en Kansas City, Estados Unidos, de donde también surgieron –dos años después, en 1997– sus amigos The Anniversary, otros genios del emo de los noventa que rápido aparecieron en MTV, y con quienes incluso hicieron un Split en 1999 editado por Vagrant Records.

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Kingpin y Secret Decoder Ring son las agrupaciones que hicieron a The Get Up Kids como un proyecto sólido, diferente y favorito. Sobresalían dentro del ambiente de la música subterránea, la etiqueta "emo music", gracias a esos ritmos y melodías más tenues que los diferenciaba del resto. En sus integrantes destacaban lentes de pasta, camisas de cuadros, suéteres y demás accesorios que los hacían ver como unos supremos nerds, como unos adeptos de Paul Pffeifer, el mejor amigo de Kevin Arnold de Los años maravillosos; mientras convivían con un conjunto de nihilistas, riot grrrls, veganos y demás hombres y mujeres que parecían ser unos "fracasados" al caer la noche.

Para quienes gustan, aprecian y conocen sobre este género musical que solía compartir tocadas con grupos de hardcore y sus distintas vertientes –recuerdo una propaganda de 1997 donde tocaron junto a Spazz, Braid, Monster X y Hemlock en el CBGB's de Nueva York–, The Get Up Kids son una especie de dioses, unos gurús que sobrevivieron a los horribles estereotipos y la mala información de lo que se supone es el emo: depresión de 24 horas, maquillaje en exceso, uñas pintadas de negro, cabello planchado, playeras de My Chemical Romance, autoflagelación, suscripciones en Fotolog, reuniones en plazas públicas y otras sandeces que solían aparecer en la revista Grita Fuerte o en libros como Soy diferente. Emos, darketos y otras tribus urbanas, con el cual me reí tanto al leerlo en mis jornadas de trabajo como librero, gracias a que en esos años –alrededor de 2008/2009– todos y todo se le consideraba "emo".

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Pero lo que en realidad es y fue el emo está basado en lo íntimo de las canciones, en lo que hay detrás de ellas y, por supuesto, en lo que acontecía en sus espirituales shows a ras de piso. El escritor autodidacta y especialista en música, Kiko Amat, no hace mucho tiempo, en esta misma columna llamada El yarpop soy yo , explicó en una entrevista lo que podría ser y significar esta rama del hardcore: "[…] A mis 20 años, era como el invento ideal. Parecía más hondo y razonado que el punk clásico (que también me encantaba), las letras hacían alusión a cosas un poco más complejas, no temía hablar de nostalgia o dolor o emoción, y las notas tenían un no-sé-qué trascendente (épico) que me elevaba, y me tocaba la fibra, y aún lo hace. El emo para mí, sí es algo, es eso, y lo encarnan Texas Is The Reason. Sensibles, algo cabizbajos, siempre taciturnos, pero a ratos desmelenados y molestos y furiosos. Todas las letras llenas de remordimiento y anhelo, solo vagamente abstractas […] el emo defiende eso: llorar en público, en mitad de una cultura de machos. Llorar agresivamente, llorar de rabia, llorar gritando. De hecho, si tuviese que definirlo para un recién llegado, le diría que el emo es el sonido de chavales magullados que lloran a gritos. Es el sonido de los hijos de divorciados y de los que reprobaban en gimnasia. También me gusta la defensa de la no-estupidez. Me gusta cuando el rocanrol es estúpido, pero también me gusta cuando de repente no lo es en absoluto. De hecho, se transforma en revelador y trascendente, y habla de cosas muy bestias e inmensas. Como "My better half" de One Last Wish. Esa canción habla de mil cosas asombrosas: la alienación, la desconexión con el resto de la gente, la parte buena y la parte mala que todos acarreamos…".

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Por esa razón la visita de The Get Up Kids es estremecedora, porque estoy seguro que en medio de sus presentaciones se desencadenaran momentos inolvidables que uno ha vivido estando atrapado a ellos, hojeando el arte de sus discos, dedicando canciones con un nudo en la garganta y la esperanza hecha trizas por la chica que jamás te tomó en cuenta. De ahí que la década de los noventa y la propagación del emo tal vez en el presente no sería nada –ni siquiera la burla que algunas veces sigue sufriendo– sin la aparición de esta banda en los escenarios, colocándose en lo más alto del movimiento durante aquella oleada conocida como midwest emo junto a Sunny Day Real Estate, Chamberlain, Mineral, Jejune, Braid, Texas Is The Reason, entre otras bandas que no específicamente tenían que surgir del medio oeste de Estados Unidos.

El Lado Pop

En 1996 la alineación de The Get Up Kids conformada por Matt Pryor (guitarra y voz), Jim Suptic (segunda guitarra y voz), Rob Pope (bajo) y Ryan Pope (batería) lanzó el par de canciones "Shorty" y "The breathing method" en un 7 pulgadas, gracias a Huey Proudhon Records. Con un año ensayando, dos cambios en la agrupación –pasaron los bateristas Thomas Becker y Nathan Shay– y activos para tocar en cualquier lugar, su grabación fue muy bien recibida por el público que acudía a sus presentaciones.

The Get Up Kids en la época del Something to write home about

Posterior a ese, su primer material, a partir de 1997 trabajaron en conjunto con Contrast Records, editando otro 7 pulgadas conocido como A newfound interest in Massachusetts , el cual contiene las primeras versiones de "Off the wagon", junto a otro tema que lleva como título el mismo nombre de la grabación. Igualmente, y donde hicieron gran parte de su trabajo, se dio con Doghouse Records. Ese mismo año grabaron un sencillo más –otro 7 pulgadas– con las canciones "Woodson" y "Second place", dos Splits –uno con Braid y otro con Coalesce–, para finalmente lanzar su primer LP: For minute mile, teniendo grandes ventas y distintas reediciones que existen hasta el día de hoy.

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A partir de ese momento y hasta 1999 The Get Up Kids se encargaron de llevar su música por todo Estados Unidos y algunos países de Europa. Todo lo que envolvía al emo para aquel entonces era una realidad. Esa movida sin darse cuenta también había picado piedra como cualquier otro subgénero. Su "supuesta estética" aparecía en revistas de moda y actualidad, se afirmaba que Guy Picciotto (ex de One Last Wish, Rites Of Spring y Fugazi) había sido el primer emo kid del Universo, y algunas veces se conmemoraban las declaraciones que Thurston Moore (cofundador de Sonic Youth) hizo sobre el emotional hardcore que jamás abandonó los sótanos, donde se llevaban a cabo la gran mayoría de sus conciertos.

Entre todo eso y más, los grupos de aquellos años rápido hicieron camaradería, viviendo el boom del cual formaban parte. Y fue en ese lapso de tiempo que The Get Up Kids comenzaron a dar paso a lo que se convirtió en su álbum referente, en lo pop dentro del punk pop de MTV, Something to write home about, su disco que muchos conocen como el "de los robots". Sin embargo, antes aparecieron a la luz el EP Red letter day , el ya mencionado Split con The Anniversary, los sencillos de las canciones "10 minutes" y "Anne Arbour", para así dar paso a la primera edición de esos doce tracks, en los cuales, con la entrada al grupo del tecladista James Dewees, su sonido se enfrascó aún más en ese cliché que se ganaron de nerds, de chicos que no se cansaban de fracasar una y otra vez en el amor.

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Definitivamente 1999 fue el año de The Get Up Kids. La manera como inicia la grabación a cargo de "Holiday" es algo sublime. Después aparece "Action & action", el sencillo, ese video que comenzó a hacerse notar en los distintos canales musicales de la televisión, ese video que muchos conocimos gracias a un viejo DVD que alguna vez publicó Vagrant Records. "Valentine" es el tercer tema y no existe 14 de febrero que alguien –demasiado cursi o demasiado fan– dedique esa canción. Y podría seguir mencionando más de sus melodías como "The company dime", "I'm a loner dottie, a rebel", "Long goodnight"… pero no cabe duda que el disco "de los robots" es el momento cumbre del grupo. No obstante, si se hubieran separado después de esa vorágine que vivieron a consecuencia de hacer un álbum perfecto, ahora serían aún más –sin que nadie algún día pudiera rebasarlos, ni siquiera los hermanos Kinsella– los putos amos del emo noventero, y así quizá en el mundo existirían más valientes que durante alguna época de sus vidas hayan decidido tatuar sus cuerpos con la imagen romántica de Something to write home about.

Y tan sólo dos años después, pasada esa fiebre de un romance inoxidable por parte de aquellos robots que protagonizan la que podría ser la portada más emblemática de la emo music, en 2001 llegó a las tiendas de discos Eudora , gracias a Vagrant Records. Quizá fue un breve suspiro para lo que se había congregado años atrás. Eudora estuvo compuesto de B-sides. En total daban diecisiete canciones, haciendo covers de David Bowie, Montley Crue, Pixies, The Cure, New Order, The Remplacements, entre otros; como también sobresaliendo su canción original, "Central standard time", convirtiéndose en un himno, en un tema favorito de cualquiera que sufre miopía y/o astigmatismo, culpando a una de las dos afecciones oculares al preciso instante que los ojos se tornan rojos y lagrimean, cantando: "don't ever forget / my only / you own me".

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En 2002 la popularidad de The Get Up Kids ya en muchas partes del mundo era inmensa. Sacaron On wire. Hasta el día de hoy su disco más tranquilo, "más indie", más apropiado para sacar el estrés tocándolo en cualquier instrumento musical gracias a canciones como "Stay gone", "Walking on a wire", "Campfire Kansas" o "Hanna hold on". Pero el primer sencillo que lanzaron, otra vez, junto a Vagrant Records, fue "Overdue". Incluso recuerdo que esa canción, en algún momento dramático de One tree hill, una de tantas series para adolescentes de aquella época, Peyton Sawyer, la chica rubia y protagonista era seguidora de esos cinco músicos de Kansas City, portando playeras o dejando ver posters en su habitación.

Guilt show vino en 2004 junto con el sencillo "The one you want", cuando tal vez nadie imaginaba que en unos cuantos años ocurriría un revival dentro del estilo musical que había cambiado, que se había disfrazado por completo de un Edward Scissorhands –obvio sin su Winona Ryder– pero poser; etiquetándolo a bandas como From First To Last que en ese mismo año estrenaba su primer álbum, y que alguna vez fue comandada por el hoy en día DJ y productor Skrillex. Sin embargo From First To Last –junto a toda esa gama de "emo-darketos", algo así– parecían preocuparse más por lograr precisas coreografías como cualquier boy band, gustarle a todas las jovencitas de la faz de la Tierra, gritar y posar como modelos de Armani para las cámaras. Así los años del emo noventero comenzaron a quedar en el olvido. El término "emotional" para la música que surgió de la Revolution summer de Washington D. C. era algo completamente despectivo, asociándolo con MTV o las bandas que encabezaban el Warped Tour que ya no tenía nada de punk rock, como en sus años gloriosos. Sólo que The Get Up Kids continuaron siendo los putos amos. En 2005, como una especie de adiós, recopilaron algunos temas en vivo, lanzando un disco bajo el nombre de Live! @ the Granada Theater.

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El Culto

"Creemos que lo mejor es dejar que los últimos diez años hablen por si solos sobre lo que la banda ha sido. Podemos echar la vista atrás y decir que estamos orgullosos de todo lo que hemos realizado. Al final, recordaremos todo esto como buenos tiempos, esperamos lo recuerden de igual manera". The Get Up Kids, en 2005, con ese mensaje en su sitio oficial anunció su separación, que había llegado el momento de desconectar sus instrumentos, quitarse sus lentes de pasta y cerrar su ciclo.

Sus integrantes para aquel entonces ya tenían –algunos estaban iniciando– otras bandas como Koufax, Blackpool Lights, The Terrible Twos, Reggie And The Full Effect, The New Amsterdams y hasta el proyecto solista de Matt Pryor, quien siguió –o se acostumbró– a tocar canciones de The Get Up Kids durante sus presentaciones.

Se despidieron dando un concierto en su ciudad natal el 2 de julio de ese mismo año. No obstante, algo sucedió. Pudo ser la melancolía de sus canciones, el peso que llevaban en sus espaldas como embajadores del emo convertido en música pop, el acostumbrarse a sentir la energía arriba de los escenarios de todo su público, el salir a tocar por distintas partes del planeta y ser reconocidos por lo que habían logrado, la monotonía de ensayar y preparar nuevos discos, el dinero que les caía en sus bolsillos haciendo lo que más gustaban; porque en 2008, como celebración y relanzamiento de Sometime to write home about, decidieron hacer un DVD en el que interpretaron de principio a fin ese disco, entre nuevos y viejos emo kids.

De esa presentación en adelante, apenas tres años después de "separarse", The Get Up Kids inició una serie de conciertos por Estados Unidos y otros países. Y entre cada uno de sus ensayos compusieron nuevas canciones como "Your pretty pretty things", para que a principios de 2010 apareciera su EP Simple science , todo a cargo de Flyover Records.

A la par de esa gran sorpresa el llamado emo revival regresaba a sus orígenes, a pequeños bares, sótanos, librerías, fiestas, gimnasios y festivales nada conocidos con grupos como Algernon Cadwallader, Street Smart Cyclist, Empire! Empire! (I Was Lonely Estate), Grown Ups, Joyce Manor, Castevet, Look Mexico, entre otras. Ocurría eso pero también estaba la otra cara de añoranza, veneraciones y velas encendidas hacía American Football, Colossal, The Promise Ring, Elliott, Knapsack, Pop Unkown, The Van Pelt y más grupos que compartieron emociones con The Get Up Kids, en algunos años de la década de los noventa o inicios del 2000. Sólo que al parecer tanta era la alegría que corría por los cuerpos de Matt, Jim, Rob, Ryan y James que apenas un año después, en 2011, y alejándose del sonido convencional del emo, lograron hacer, con Quiality Hill Records, lo que hasta el día de hoy es su último disco: There are rules.

Detrás de su historia y de todo el recorrido que ha hecho The Get Up Kids, manteniendo en sus rostros y con su sola presencia en los escenarios lo que forjaron, es la manera en que finalmente visitaran a sus fans latinoamericanos. Hasta en 2009 y luego 2013, tanto en Japón como en Estados Unidos, dos disqueras (Evol Records y Pacific Ridge Records) hicieron discos tributo. Parece mentira pero el día esperado para muchos ha llegado.

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