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Un momento, hay peña comprando bolsas de plástico de marca de segunda mano

Para muchos es una forma de aparentar que sus regalos son más caros de lo que son realmente.
bolsas de plástico wallapop
Capturas de pantalla de la autora

El otro día, un amigo me contó que se pilló una bolsa de una marca cara para hacerle un regalo a su madre y que no supiera que, en realidad, era una baratija del mercadillo. Me lo explicó mientras nos dirigíamos a un evento (entre pijo y moderno) en el museo Thyssen. Tras esta declaración, se relajó y soltó otra. Reconoció, entre risas, que se había puesto unos zapatos de Loewe para la fiesta. Eran de rebajas, por lo que tuvo que apañarse con las últimas tallas que quedaban disponibles. Se compró un número más grande del que necesitaba. Le venían muy grandes, así que no tuvo más remedio que colocarse unas bolas de papel arrugado en la puntera para que no se le fueran cayendo y los perdiera como Cenicienta. En resumen, fue un día de revelaciones.

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Durante el evento, estuve reflexionando sobre todo lo que mi amigo me había contado. Pensaba en los posibles tipos de papel que habría utilizado para ponerse en la puntera de sus zapatos de marca. ¿Habría arrugado una factura de la luz o habría optado por un folleto de propaganda del kebab de la esquina de su casa? Mientras intentaba encontrar una solución mentalmente, también me asaltaron dudas sobre el regalo de su madre. Desconocía que hubiese gente en el mundo que se gastara el dinero en bolsas de marcas caras y menos todavía me esperaba que estuvieran a la venta.



Soy de esa clase de personas que siempre lleva su bolsa de tela al supermercado. Es más, cuando voy a comprarme ropa, no suelo pedir bolsa y lo intento embutir todo en una que llevo repleta de bebida de avena. Desde pequeña, estoy acostumbrada a este ahorro de plástico y papel. En mi familia gastamos muy pocas, sobre todo en Navidad. Mis regalos de Reyes siempre han estado forrados con papel de periódico. Querían inculcarme que había que ser ecológico y reutilizar. O eso me decían.

Quise averiguar un poco más sobre la compraventa de este tipo de productos, así que entré en mi cuenta de Wallapop y puse en el buscador “bolsas marca”. Aparecieron muchas fotos de planos picados de bolsas. La mayoría eran de papel, pero también me encontré con cajas de joyas y con pequeños sacos de tela. Los había de todas las marcas y, la mayoría de ellos, estaban en perfecto estado. Contacté con sus dueños, explicándoles que estaba haciendo un reportaje sobre el tema, y todos más o menos me contaron historias similares: no es un negocio increíble, porque se gana poco dinero, pero es una forma de aprovechar una parte (las bolsas) de los regalos y compras que les han hecho y que si no irían a la basura y, ya de paso, sacarse unos cuantos euros. No es un negocio increíble, porque se gana poco, pero siempre rascan algo.

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Daniel M., por ejemplo, vende lotes de bolsas de todas las marcas: Louis Vuitton, Loewe, Channel… Tiene pocos artículos en venta que no sean eso: una cazadora, unos mandos de Nintendo y poco más. Se hace con ellas gracias a familiares y amigos o las pide en las mismas tiendas cuando él va a comprar.

Los precios de las bolsas oscilan entre los 5 y los 10 euros, aunque dice que no lo hace por el dinero sino por hacer limpieza en la habitación y me explica que las suele vender en packs. Sus clientes le cuentan que compran las bolsas para guardar productos de esa misma marca porque se les ha estropeado las que tenían. También le cuentan que las adquieren para guardar prendas ya que así queda "más bonito".

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Otra usuaria, que prefiere no dar su nombre, solo vende bolsas de Tiffany. La que tiene ahora en mismo anunciada ya está reservada. Me dice que se venden "súper rápido" y que gana entre 8 y 10 euros por cada una. Tiene una puntuación de cinco estrellas.

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María R. tiene 43 años y es funcionaria. Tiene a la venta un lote de “bolsa de tela, bolsita de papel con cordón y candado, papel de seda y etiqueta de Uno de 50”. No le falta de nada. Me aclara que es la primera vez que pone bolsas a la venta, aunque ya ha vendido 2 cajas de relojes (una de Viceroy y otra de Lotus). Fue un regalo que le hicieron y le daba pena tirarlas, así que pensó que sería una buena idea ponerlas a la venta para que alguien las pudiera aprovechar.

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Me llama la atención que, en muchos casos, los vendedores consiguen las bolsas por sus propias compras. Adquieren artículos de marcas que son realmente caras. Me resulta extraño que una persona que económicamente pueda permitirse comprar en esas tiendas recurra a Wallapop.

Es el caso de Beatriz R., por ejemplo, que vende bolsas de Nike de papel y cajas de zapatos de Converse, entre otros artículos. No las va buscado, solo vende las que ya tiene y es una vendedora con experiencia en este tipo de transacciones. Según dice, sus clientes son personas que las necesitan para completar un regalo, es decir, “regalan un producto y lo entregan con su bolsa correspondiente de la misma marca”.

Ya daba por concluido este artículo, cuando quedé con unos amigos y en la conversación saqué el tema. Me sorprendió que también les sonara y que incluso algunos de ellos hubiesen recurrido a este tipo de compras. Mi amigo Javi me contó que le invitaron a un cumpleaños con un día de antelación, por lo que no tuvo tiempo para comprar nada.

Encima la cumpleañera era “muy tiquismiquis” por lo que no se conformaba con cualquier cosa. Descubrió que tenía en casa un bolso de pelo que ya no quería y pensó que sería un buen regalo. El problema era que no tenía una bolsa en el que guardarlo y hacerlo pasar por otra cosa. De repente, le vino la inspiración y buscando en apps de segunda mano encontró una bolsa y el regalo le salió tirado de precio. Evidentemente, no se lo dijo a la cumpleañera, así que si es una lectora asidua de VICE puede que lo esté descubriendo en este instante.

Las Navidades y, por lo tanto, los regalos de mierda, ya están a la vuelta de la esquina. Así que aunque no te guste, a partir de ahora siempre te quedará vender la bolsa en Wallapop y así ganar un poco de dinero que podrás gastar en una entrada para mear en los baños públicos de Atocha.

Cada vez hay más formas de conseguir dinero extra con productos que, hasta ahora, habían pasado desapercibidos. Desde hacer negocio con la venta de bolsas nuevas de marca hasta con la ropa interior usada. No requieren tiempo de producción, solo tener cuidado de que la bolsa de turno no se arrugue demasiado. Sinceramente, no sé qué será lo próximo, pero estoy deseando descubrirlo.

@SoyCardo

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