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Hablamos de la bomba nuclear, Podemos y política latinoamericana con Cao de Benós

Conversamos con Alejandro Cao de Benós, delegado especial de Corea del Norte en el extranjero, sobre la reciente escala de tensión entre el país asático y EEUU, la política en España y Latinoamérica y el estado del socialismo en el mundo.
Cao de Benós en el recién estrenado local de la Asociación de Amistad con Corea en Tarragona. (Imagen por Quique Badia/VICE News)
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Alejandro Cao de Benós recibe a VICE News en el recién estrenado local de la Asociación de Amistad con Corea (KFA en inglés) en la ciudad catalana de Tarragona, en España, de la que él es oriundo. Un miembro del colectivo cedió este espacio al grupo, hoy decorado con cartelería y símbolos del régimen Juche. Antes había sido un bar de copas.

Cao de Benós es delegado especial del Comité de Relaciones Culturales con el Extranjero de Corea del Norte, y ciudadano honorífico de ese país.

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La inexistencia de un acuerdo entre España y el gobierno socialista hace incompatible la tenencia de la doble nacionalidad. "Ya les gustaría a ellos que me quedara ahí", afirma desafiante el tarraconense, también aficando de forma intermitente en Pyongyang. Asegura sufrir presiones policiales y tener varios pleitos con algunos mandos de las fuerzas de seguridad españolas.

A pesar de que es imperativo hablar de la escalada de tensión entre las dos Coreas y Estados Unidos, Alejandro no pierde la oportunidad de opinar sobre el panorama político latinoamericano y español, sujeto a cambios muy significativos y que apuntan a la posibilidad de que Corea del Norte acabe deviniendo el último estado socialista del mundo.

Las relaciones geopolíticas se transforman a marchas forzadas, y en este escenario cambiante cabe recomponer las alianzas. Es en este contexto que aparecen aliados inesperados entre la izquierda española, que, a su parecer, debe lidiar con la inexistencia de las condiciones objetivas para una revolución. Señala la atomización de los partidos en este país y el fracaso de aquellos modelos que no profundizan en las nacionalizaciones ni en el combate desacomplejado al poder financiero y económico. Ecuador, Bolivia y Venezuela entre ellos.

Cao de Benós no duda en tildar de "hippies" y "buenistas" a ciertos planteamientos que, según él, impiden la consecución de una alternativa real al capitalismo. Y eso incluye al partido español progresista de nuevo cuño Podemos, con el que polemiza agriamente.

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VICE News: Es casi obligatorio preguntarte por los recientes sucesos en la Península de Corea…
Alejandro Cao de Benós: Es la peor situación que tenemos desde hace 15 años. Pensábamos que la época de I Myeongbak, el anterior presidente surcoreano, era la peor, pero podía ser peor, como de hecho está pasando, porque la política de Bak Geunhye, de la actual presidenta, es de servilismo total a los intereses norteamericanos. Entonces, pues, las maniobras militares se han incrementado, las amenazas también, y por supuesto el uso y el abuso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para intentar continuar asfixiando a Corea para obligarle a que cambie su sistema político. Pero bueno, eso no va a funcionar, no ha funcionado desde la creación de la república: pone las cosas más difíciles, pero buscaremos formas de sortearlo. De todas formas, el ambiente es muy tenso y se han roto todos los canales de comunicación con el sur y las posibilidades de reunificación.

¿Pero puede haber guerra?
Sí. La posibilidad siempre existe. No tanto por una acción directa, porque dentro del plan imperialista de Estados Unidos está el ocupar, atacar e invadir las naciones más débiles que él. Saben que Corea dispone ya del arma nuclear. Y dentro de poco vamos a demostrar la capacidad de producir también misiles intercontinentales balísticos que pueden golpear territorio americano. Esto está haciendo que Estados Unidos calcule y sepa que un ataque sobre Corea implicará una respuesta sobre su propio territorio, y eso ellos no lo desean, porque Estados Unidos se hundiría en la propia miseria, dentro de la inestabilidad y caos social que se produciría por culpa de un ataque de Corea.

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Esta forma de amenazar está muy calculada e intentan destruir nuestro sistema de diferentes formas, pero no creo que vaya ha haber un ataque directo por parte de Estados Unidos, sino utilizando estos recursos. Recursos de presión y asfixia contra el país. ¿Por qué existe esta posibilidad? Pues por un fallo técnico. El fallo de que un bombardero norteamericano, o uno de los portaaviones nucleares que tiene Estados Unidos en la zona lance misiles y en vez de caer cerca de la frontera caiga en territorio norcoreano: eso sí provocaría una respuesta del Ejército Popular de Corea que podría escalar haciendo efecto dominó y entrar en guerra.

Turismo y dibujos animados son sólo algunas de las cosas que Corea del Norte puede ofrecerte. Leer más aquí.

Cao de Benós denuncia el servilismo que ve en sus aliados tradicionales, Rusia y China, a los que sitúa en un complicado equilibrio en calidad de último dique de contención ante la expansión norteamericana en Asia y el Pacífico. Este servilismo se expresaría en la participación de China en el bloqueo comercial al gobierno socialista. Pero Corea del Norte sabe jugar bien sus cartas sirviéndose de las contradicciones de su gran vecino, de acuerdo a Alejandro: la "pequeña Corea", como se refiere al territorio de mayoría coreana del nordeste de China, contribuye a la porosidad de las fronteras.

Pero esto no está exento de dificultades. "Tendremos que pagar tres veces más alguna propina a un guardia para que nos deje pasar el camión, pero lo vamos a poder hacer igual. Al final, un país totalmente capitalista depende del dinero. No le importan mucho las leyes; la corrupción es rampante, y en ese caso es sobornable prácticamente cualquier oficial de ahí", sostiene el delegado especial sobre China.

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La relación con posibles estados aliados es compleja. El acercamiento entre Cuba y EEUU y las dificultades por las que está pasando Venezuela pueden cambiar el terreno de juego. Cao de Benós señala buenas relaciones con países africanos, pero apunta a otro tipo de alianzas, inesperadas incluso para él mismo.

Retratos de Kim Il Sung y Kim Jong Il en la pared del local de la KFA. (Imagen por Quique Badia/VICE News)

Fuera de las relaciones diplomáticas, ¿El Partido del Trabajo de Corea está tendiendo puentes con formaciones homólogas?
En España, por ejemplo, determinados partidos que antes eran comunistas y después dejaron de serlo cuando vino la Perestroika, ahora vuelven a retomar relaciones y se vuelven a acercar a Corea: quieren aprender y quieren visitarla. Entonces, si sucede en España, esto sucede en todos los países del mundo. Sí que es verdad que estamos viendo a nivel de movimiento social, a nivel de partido político, de personas que están movilizadas ideológicamente, un gran acercamiento e interés para desarrollar relaciones con Corea. Ya lo he dicho muchas veces, y no me gusta repetirme, pero creo realmente que Corea se está convirtiendo básicamente en el país, en la referencia de la resistencia y de esa lucha contra el capitalismo.

Antes teníamos a Cuba, antes teníamos a países que podían tener algo, incluso había gente que pensaba que China volvería, y hay gente que sigue pensando que es socialista, y esto quién ve la realidad comprueba in situ que no es así. Entonces se necesita una esperanza, una referencia, y eso es un poco en lo que se está convirtiendo Corea. Pyongyang es un poco el Moscú de los años 60 o 70. Cada vez vemos más, en nuestra asociación, que por parte de gente joven, por parte de partidos políticos, hay un interés enorme.

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¿De qué partidos estamos hablando? No veo al exsecretario general de los comunistas españoles mostrando apoyo público a Corea del Norte.
Claro. Público no. Pero luego resulta que por detrás se hacen muchas cosas. Y no estoy hablando de Cayo Lara en concreto, lógicamente es uno, y yo soy el primer sorprendido, por eso te lo digo. Yo soy el primero que jamás pensaría que esto sucede, pero sí que ha habido acercamientos por parte de sectores del PCE [Partido Comunista de España] e Izquierda Unida, y también de las bases y determinados líderes interesándose en Corea. Y hemos tenido un caso extraño pero real en las juventudes socialistas [del socialdemócrata Partido Socialista Obrero Español, líder de la oposición]. Hemos tenido entrevistas y gran interés por parte de juventudes socialistas en varias zonas de España. Esto muestra una tendencia a ir hacia los orígenes del socialismo, ¿No? Así que bueno, eso es positivo. Por una parte geopolíticamente e internacionalmente la situación está muy mal, no tenemos tantos aliados directos, pero por otra parte, a nivel de las masas, de concienciación social, se está moviendo bastante. Porque irremediablemente el capitalismo lleva a eso.

¿Puede haber en España un partido comunista con incidencia real?
No. No existe, porque el gran problema que hay aquí con la mentalidad en España en general y con la situación actual es que no se dan las circunstancias históricas. Hay una gran falta de motivación por luchar políticamente, todo el mundo protesta pero luego la gente no quiere problemas. En cualquier organismo, en cualquier organización, siempre los que trabajan son cuatro, aunque tengan una base de miles de personas. Y eso no es factible. Cualquier organización debe tener una base que se involucre en el proyecto, en el desarrollo de un programa. Y las ideas son ideas que realmente tienen que romper con lo establecido, no hacerle el juego al sistema. Romper con lo establecido y enfrentarte al sistema supone mucho sufrimiento en este país. Yo mismo, no estando directamente enfrentado al gobierno porque no me presento a las elecciones, pero el hecho de apoyar a Corea y de ser una persona pública me supone una gran presión de diversos organismos del Estado, que en su momento ya lo diré, estoy en juicios con ellos, pero el Estado busca los métodos de presión y persecución política para intentar hundirte.

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Ni que decir pues tiene que haber personas que estén dispuestas a luchar contra el sistema, que no es el caso de Podemos [un partido de nuevo cuño a la izquierda del PSOE]. Como hemos visto, a lo mejor del primer discurso todavía, o de cuando estaban en Sol, pero nada que ver con cómo están ahora. Lo mismo hizo Dilma e hizo el Partido de los Trabajadores del Brasil. Yo ya he visto este proceso. Desde antes. Yo he estado con ellos, y ves el posterior desencanto de la población. Ese proceso en el que te conviertes en parte del sistema, que primero te quejas pero luego al final eres una parte más del sistema capitalista. Es muy típico.


Porque luchar contra el sistema y reclamar que la propiedad y la industria pertenezca a los ciudadanos significa enfrentarte a los grandes bancos, a las grandes propiedades, a los millonarios, y eso significa mucho dolor. Y la mayoría de la gente no está dispuesta. Puede llegar a votarte, pero no va a ponerse en primera línea de combate contra el sistema. ¿Cuando se puede producir eso? Cuando la situación es límite, cuando se acaban las pensiones, cuando los bancos hacen corralito… Entonces sí, cuando ya la persona no puede llevar un plato a su mesa, no puede llevar un plato a sus hijos, sale a la calle a hacer lo que sea. La propia desesperación es lo que le conduce a convertirse en un revolucionario. La mayoría de revolucionarios lo son por sus condiciones de necesidad, no porque hayan leído a Marx, sino porque salen a la calle, y luchan y reclaman: 'si esa persona tiene todo y yo no puedo alimentar a mi familia debo hacer algo'. Así que, por desgracia, debemos esperar a esa situación.

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Los jóvenes pasan con sus padres y con sus abuelos, sacan la matrícula para la universidad, piden un poco aquí y un poco allá y van sobreviviendo. Y ese es el motivo, porque yo también, como catalán y como español, no me metería en política, porque supone un desgaste constante. O esto, o sumarte a la poltrona, pues como Pablo Iglesias [líder de Podemos] y sus amigos.

La biblioteca del local repleta de literatura socialista en el local de la KFA. (Imagen por Quique Badia/ VICE News)

¿Pero algún partido español estaría llamado a ocupar este espacio?
España es un puzzle de partidos de cuatro o cinco miembros cada uno. El individualismo y el egoísmo capitalista se ha integrado también dentro de las formas ideológicas de los partidos socialistas donde impera siempre el interés individual por encima del común. Falta disciplina y someterse a la cadena de mando. Parece que hay alergia a formar una estructura y a seguir órdenes.

Aquí somos todos unos hippies: nos tomamos una cervezas y ya tenemos solucionado el problema. Y es por eso que Iglesias ha subido. Iglesias sabía que ese era el modelo y que eso le iba a dar el poder, hasta que se empieza a ver lo que se empieza a ver, la realidad de su proyecto, que iba a ser tan radical dentro de la socialdemocracia capitalista y de repente se convierte en pactos con PSOE sí pero con Ciudadanos no.

No parece que veas a Podemos cómo a una alternativa…
Eso es de donde viene, de lo que yo considero que fueron las protestas del 15M y de esos movimientos, en lo que se convirtió de forma global… Claro que había personas. Hay gente que se lo cree, hay gente que lo ve en televisión, que está sufriendo y se une a ellos. Pero el problema es que quién te está dirigiendo, quién te está dando una idea es el primero que no está dispuesto a hacer un cambio real. Y por mi experiencia con la propia cúpula, con el mismo Iglesias, como por Monedero [Juan Carlos Monedero, miembro fundador de Podemos] que intentó vetarme… El hecho es que, poco tiempo antes de que Podemos se fundara, yo fui invitado por un grupo de estudiantes socialistas vinculados al Partido Socialista Obrero Español a dar una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid, y en esa charla, Monedero, que yo no sabía quién era, me cuentan que había intentado vetarme diciendo 'quién es ese: esto no vale una mierda'… Esos fueron los comentarios. Yo no sabía ni quién era, si hasta el propio PP se pone en contra de mis charlas, que se ponga en contra un profesor de universidad me es igual. Bueno, ¿Qué pasó? Lleno absoluto. Los dos llenos más absolutos, Evo Morales y el mío. El tiro le salió por la culata.

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¿Cómo explicas este veto?
Ahí hay una envidia y un odio que luego se trasladó en otras cosas, como el programa de televisión de Pablo Iglesias, Fort Apache, donde nunca me quiso invitar. Tuve algún contacto directo, pero los propios espectadores presionaron hasta que el propio director de la cadena iraní obligó a Pablo Iglesias a que me invitara. Era mi segunda coincidencia con él: la primera fue en Intereconomía, que ya se separó de Corea diciendo que él no tenía nada que ver con eso. Yo ya vi desde el principio que es un tío muy calculador, es muy bueno en lo que hace y veía que realmente su interés no es cambiar la sociedad, sino que su interés era ególatra y era controlar el poder. Sé que no va a haber ningún cambio sustancial en la sociedad. Aunque le votaran. Cuando vi quién era, qué formas y cómo lo hacían, vi que estaba muy bien estudiado. Está muy bien calculado, y saben qué líneas rojas no deben cruzar para conseguir votos. Se mueven de forma muy calculada y dentro del propio capitalismo para conseguir el poder. Pero eso representa que no va a haber cambios sustanciales.

¿Por qué crees que Venezuela sí pero Corea del Norte no para Podemos?
Venezuela te permite tener el medio millón de euros o 450.000 que tenía Monedero. El problema no está en que declaró o no declaró a Hacienda, el problema es que me diga qué campesino tiene en España no medio millón, sino 40.000 euros ahorrados. El problema es que la gente no se plantea esto. Bueno es normal, bueno es que ya lo legalizó, es que vienen a por mi… No, no, no. ¿De dónde has sacado 450.000 euros? ¿De qué estamos hablando? ¿Es que la gente no se da cuenta de eso? De dónde sacas 450.000 euros para ayudar a Venezuela con el supuesto socialismo, ¿Pues no tendrás que hacerlo voluntario? Que te den una casa y que te den comida, si es que lo haces por ideología, claro. Hay una mafia que te cagas, tanto por la parte venezolana como por Podemos. Viendo de dónde viene el ideólogo, el teórico y la cantidad de dinero que manejan, pues obviamente, Venezuela sí, por la pasta que nos ha dado. Con la pasta que hemos conseguido de Venezuela, porque significa ser guay, significa ser hippie. Vale. Vamos a luchar mientras todo continúe igual.

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Si tú te vas a Venezuela pregúntale a la gente de la calle: es lo mismo que Colombia. Lo mejor para saber lo que hacen las FARC es hablar con la gente de Colombia, y que digan los campesinos pobres, que apenas tienen un poco de maíz para comer, que te digan que hacen las FARC cuando llegan a los pueblos. Lo mismo que las tropas gubernamentales. ¿Qué apoyo vas a recibir del campesinado para la supuesta revolución comunista en Colombia? Hay que ser más pragmático y hay cosas que no pueden ser. Cualquier tipo de socialismo partiendo del apoyo a una revolución bolivariana en la que todavía existe un entramado capitalista con cuatro poderosos y millonarios, y luego hay corrupción y delincuencia, pues ahí hay algo que no cuadra.

Hablamos con Cao de Benós, delegado especial de Corea del Norte en el extranjero. Leer más aquí.

¿Qué crees que ha fallado en Venezuela, pues? También intentó implantar el socialismo.
El proceso es que no ha habido revolución ideológica. Ha habido una revolución económica, en todo caso, pero una revolución económica dentro del capitalismo: no ha habido un cambio en las relaciones de producción ni una socialización de los medios de producción. Ningún país, ni Brasil, ni Bolivia, ni Ecuador, han establecido un sistema socialista basado en una igualdad salarial, ninguno de esos países ha implementado la nacionalización de la industria de la vivienda. Los millonarios han seguido siendo millonarios, tanto en Brasil, como en Ecuador, como en Bolivia. Entonces, primero es que no has eliminado al principal enemigo de la igualdad, que son los que lo controlan todo. Controlan los medios de comunicación, controlan sicarios… Si tú no eliminas eso tú no vas a poder establecer una nueva sociedad, ¿Cómo se elimina? Cogiendo esa propiedad y entregándosela al pueblo. Esto no lo ha hecho nadie, no ha sido una revolución real: ha sido un engaño. Entonces, si cuando sucede una revolución nacionalizas la propiedad, la industria, no solo la banca, como dicen algunos como la CUP [un partido anticapitalista que aboga por la independencia de los territorios catalanohablantes del Estado], no. Hay que nacionalizarlo todo. Y eso lo distribuyes, lo entregas a la población, la tierra se la entregas a la gente y haces que la gente pueda trabajar la tierra y el país pueda producir sus propios productos, no como Venezuela, que siendo totalmente rica ha estado importando de Brasil y de otros países gastando todos sus dólares en el exterior. Teniendo generales del Ejército que se han aprovechado de esa situación: han montado empresas cárnicas en Brasil para comprarse a ellos mismos y hacerse multimillonarios. Debes acabar con la corrupción.

Y con la corrupción no se acaba con palabras bonitas, no se acaba con buenas intenciones, sino que se acaba poniendo leyes duras, y con sanciones duras también. Como en el caso de Corea, donde tenemos trabajo obligatorio en las granjas o talando árboles. Cuando tú vas a robar un millón de euros y si te pillamos te vas a pasar 8 horas de lunes a sábado recogiendo arroz, esa persona se lo piensa. Si sabe que va a pagar un millón de fianza, y luego ya veremos si las pruebas coinciden o no y a lo mejor me quedo libre, o me voy un par de meses a prisión y luego cuando salga tengo mis cuentas en Panamá y en Suiza, no importa. Ese es el gran problema. Y ese es el gran problema en Venezuela, en Ecuador y en Bolivia. No se ha hecho una revolución, no ha habido una nacionalización, no ha habido un control. Entonces, si no estableces eso, a parte de que una persona tenga carisma, como Correa o como Chávez, etcétera, independientemente del carisma individual debes sentar ejemplo en la cadena de mando, en tus ministros, y esos ministros en sus funcionarios, para que luego llegue a la población, y luego la población crea en el sistema. Si todo el mundo tiene que hacer cola vale, pero si ves en Venezuela la situación que hay, que hay mucha gente que hace cola y el mercado negro floreciente, donde si tienes dinero compras lo que quieres, pues eso es problema de la propia revolución y los líderes, que son los que han tenido el poder popular y ellos tendrían que haberlo hecho bien desde el principio.

No te puedes quejar de que Venevisión y otros medios vayan en contra tuyo. No, eso es venezolano, eso pertenece al pueblo, esos medios tendrían que estar nacionalizados y al servicio de la nueva sociedad. Si te están atacando, si están usando esos medios para destruir la revolución, contra la soberanía popular, es por tu propia culpa de que les estás permitiendo hacerlo.

¿Y no son precisamente este tipo de medidas las que hacen que se señale a Corea del Norte por vulnerar los derechos fundamentales?
Esto es muy típico. Yo lo llamo el buenismo. Se pretende que todos somos muy cool, y aquí nadie toma decisiones… Y el problema es que las cosas no se pueden hacer así. Es básicamente matemático: o acabas con la raíz del sistema capitalista y realmente proporcionas un sistema igualitario, y para que exista tienes que implementar leyes y procurar que se cumplan porque sino a la mínima las personas que se han apoderado de todo volverán a hacerlo. Esto permite que las grandes corporaciones, que los grandes bancos vuelvan a tomar el poder, porque tienen el capital, tienen los recursos, tienen el oro, y al final quien tiene los recursos es quien tiene el oro.

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