"No podía dedicarme al fútbol profesional y luego faltar a los partidos por apoyar al Oporto. Elegí a los Super Dragões", explica Fernando Madureira Macaco, capitán del Canelas 2010 y líder de los 5.000 ultras que animan al Oporto en todos sus partidos. Macaco pertenece al Canelas 2010 desde el 2012, cuando los dirigentes del equipo le buscaron porque desde pequeño había sido un buen jugador de fútbol. Aceptó la petición del club sin dudarlo, pero puso como condición para su fichaje que también se pudiesen unir al equipo cuatro de sus compañeros de tribuna. El club accedió.Ahora, y para pena de muchos, Macaco y sus compañeros del Canelas jugarán en la tercera división de Portugal. Este ascenso les dará la posibilidad de enfrentarse al Oporto en la Copa, lo que supondría la más absoluta materialización del sueño de miles de aficionados. Pero esta no es la historia de un sueño que se cumple, sino la historia de un equipo que ha logrado llegar al fútbol profesional a base de atemorizar a sus rivales mediante amenazas y el constante uso de la violencia.Hasta 12 rivales del Canelas decidieron no asistir a alguno de los partidos que les enfrentaban en esta pasada temporada. En diciembre, el equipo acumulaba 11 victorias consecutivas atribuidas al ambiente de terror que imponían antes, durante y después de los partidos. El fin de semana pasado, a falta de una jornada, consiguieron el ascenso con un balance final de 35 victorias, de las cuales solo 18 llegaron sobre el terreno de juego."Sufrimos coacciones, los árbitros están intimidados y no escriben en las actas lo que sucede. Como no llega nada a los comités, nadie actúa", detalla Manuel Gomes, presidente del Grijó, uno de los rivales del Canelas, a El País. Las múltiples denuncias de los equipos terminaron en una reunión conjunta de todas las partes implicadas en la que se determinó, sin más, que todo equipo que no se quisiera medir al Canelas pagaría una multa de 750 euros y perdería el partido por 3-0, tal y como marcan las normas de incomparecencia del rival. El conjunto arbitral de la liga también interpuso varias quejas a lo largo de la temporada, pero siempre de manera anónima.En internet hay varios vídeos que corroboran las actitudes de los jugadores del Canelas 2010 en el campo, pero de acuerdo con Macaco, se tratan de grabaciones editadas para hacerlos parecer los malos de la película. Uno de esos vídeos muestra la agresión de Mauro Gonçalves, jugador del Canelas, contra un árbitro tras ser expulsado por golpear con el puño a un compañero. En las imágenes, Gonçalves y otros de sus compañeros discuten con el árbitro hasta que el jugador le golpea en la cara con la rodilla; Gonçalves fue escoltado por la policía para abandonar el campo y, en esa ocasión, el saldo de su acción fue una nariz rota y una suspensión de cuatro años.La mala fama del Canelas no ha impedido que vayan cumpliendo objetivos. Este ascenso al fútbol profesional es el segundo consecutivo después de que en la temporada 15-16 ya subieran a la cuarta división usando el mismo "estilo". Los jugadores niegan todos los calificativos negativos que se les han atribuido aunque, en realidad, los utilizan a su favor para intimidar a todo el que pretenda interponerse en su camino. Gonçalves, en declaraciones del día que fue expulsado por romperle la nariz al árbitro, se refirió al campo del Canelas 2010 como "el túnel de la muerte para nuestros rivales".
Publicidad