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La ciencia y el arte de pasar la bola en la práctica de bateo

Lanzar de 400 a 500 pelotas en el lugar preciso y a la velocidad indicada es todo un día de trabajo para quienes pasan la bola en las prácticas de bateo. Como Danilo Valiente de los Yankees, por ejemplo.
Jonathan Dyer-USA TODAY Sports

Danilo Valiente toma dos pelotas de beisbol al mismo tiempo del carrito a un lado suyo detrás de la malla de protección. Sostiene una en cada mano, las alza al mismo tiempo, después hace un movimiento en dos partes desde la rampa de madera antes de dar inicio a uno de los mejores entrenamientos de bateo que existe en el beisbol.

Los recipientes contienen cerca de 200 pelotas, y Valiente, lanzador que le pasa la bola a los bateadores de los Yankees de Nueva York, se acaba esta cantidad mínimo un vez, en ocasiones dos, en cada sesión de 15 minutos antes de los partidos. Sin embargo, los lanzamientos de calentamiento sobre el diamante son sólo una pequeña porción de las labores cotidianas de los pitchers de práctica. Valiente llega a lanzar la misma cantidad en la jaula de bateo bajo tierra para un total de 400 a 500 lanzamientos.

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"Gracias a Dios que me dio la habilidad de recuperarme rápidamente; no necesito hielo ni algo similar", comentó Valiente por medio del intérprete de los Yankees, Marlon Abreu.

Las exigencias de Valiente en una sesión particular varían dependiendo del bateador y el pitcher rival de esa noche, pero en general es bastante bueno. Por ello fue promovido a las Ligas Mayores antes de la temporada 2014, y fue invitado por sus compañeros de los Yankees, Aaron Judge y Gary Sanchez, para lanzar en el Derbi de Cuadrangulares de esta noche.

"Su puntería es muy buena", dice Judge, mientras Sánchez elogia a Valiente por ser "muy constante" para colocar la pelota en ciertos lugares. Su compañero Clint Frazier, quien hace poco se unió al grupo de bateo de Valiente, dice que sus lanzamientos "son tan buenos como uno se imagina".

Aaron Judge batting practice

Sesión de bateo en marcha. Foto: Brad Penner-USA TODAY Sports

Dado el número de swings que los jugadores de la MLB realizan día a día, sobre el campo y en la jaula, las prácticas de bateo son una gran parte de su trabajo y un aspecto del beisbol que no se toma mucho en cuenta.

Alimentar a los bateadores con pelotas puede sonar como un trabajo sencillo, pero es todo un arte y una ciencia. Requiere un ritmo metronómico para que los bateadores encuentren el timing, una constante en la velocidad, y precisión de comando. La mayoría de los bateadores de Grandes Ligas no quieren pelotas bajas y al centro durante la práctica; prefieren practicar esos swings para trabajar su otro perfil o compensar una debilidad en su zona de strike.

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De la docena de bateadores de Grandes Ligas entrevistados para esta nota, la mayoría dijo que la calidad de los lanzamientos en la práctica fue excelente, aunque el veterano Jonny Gomes opinó lo contrario y dijo que generalmente "no son tan buenos como uno espera".

"Creo que entre más años cumples y juegas, te importa menos quién te lance las pelotas", comenta el coach de tercera base de los Rangers, Steve Buechele, quien jugó 11 temporadas en Grandes Ligas y ahora es pitcher en prácticas de bateo. Sin embargo, a lo largo de los años, varios bateadores han nombrado sin titubeo a su lanzador favorito cuando se les pregunta.

El jardinero Jay Bruce, antes jugador de los Reds, mencionó que el entrenador del bullpen de su viejo equipo, Juan "Porky" López, era el mejor, aunque su actual entrenador de los Mets, Glenn Sherlock "está subiendo en la liste de sus favoritos rápidamente".

Sentado en los vestidores en 2015, el entonces jardinero de los Mets, Kirk Nieuwenhuis, colocó a Lillian Castro como su lanzador de práctica favorito, y dos de sus compañeros asentaron la cabeza inmediatamente. "Le decimos 'servicio de habitación' porque siempre está en todo momento".

Curtis Granderson añade que el entrenador de lanzamiento, Dan Warthen, "se mueve como si todavía pudiera lanzar hoy en día", y que el entrenador de bullpen, Ricky Bones, con 11 temporadas en grandes ligas y una aparición como All-Star, lanza más fuerte que otros.

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Los radares de velocidad aparecen en todos los campos de entrenamiento de beisbol en la actualidad, y de vez en cuando —probablemente por accidente— alguien activa los dispositivos horas antes del primer lanzamiento del partido.

Antes del inicio de un juego en el Turner Field en 2014, el entonces entrenador de los Braves, Fredi Gonzalez, realizó un lanzamiento de calentamiento a 54-55 mph. Eddie Perez, el ahora coach de primera base del equipo, se quedó un poco atrás con un registro de 53 millas por hora. Un año después en el campamento de primavera de los Mets, el cácher de bullpen, Dave Racaniello, lanzó en repetidas ocasiones con registros de 52 a 55 mph.

Valiente dice siempre intentar un agarre para lanzar bolas rápidas de cuatro costuras a 55 o, quizá, 60 millas por hora.

"No le veo el lado científico, lo siento", dice el cácher de bullpen de los Yankees, Jason Brown. "La mayoría del tiempo apunto en medio y espero que salga de la mejor forma".

Yankees batting practice spring training

Los Yankees durante la práctica de bateo en el campamento de primavera. Foto: Reinhold Matay-USA TODAY Sports

La gran mayoría de lanzadores de práctica son coaches, aunque pocos lanzan sobre el diamante porque generalmente están atrincherados detrás de la jaula para evaluar a sus jugadores y retroalimentarlos sin la distracción de tener que lanzar en repetidas ocasiones. Algunos coaches sí lo hacen, como Dave Roberts de los Dodgers, John Farrell de los Red Sox, Mike Matheny de los Cardinals, y Gonzalez cuando era de los Braves ("porque puedo", dijo en aquel entonces).

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Pero hay excepciones: en ocasiones los clubes contratan a zurdos locales, ya sean amateurs o recién retirados, antes de enfrentar a un zurdo si todos los entrenadores del plantel son diestros. El zurdo miembro del Salón de la Fama, Sandy Koufax, retirado en 1966, fue pitcher de práctica de los Dodgers antes de que su antiguo club enfrentara a cuatro "siniestros" titulares de los Yankees en la Serie Mundial de 1981.

Sin embargo, es casi seguro que los pitchers de práctica sean entrenadores en sus 50 que solían jugar beisbol profesional. Valiente, de 51 años, creció en Rincón, parte del municipio de Boyeros en La Habana, Cuba. Jugó en las ligas menores de la Isla. Aquellos equipos no tenían coaches, así que los jugadores se alternaban en las prácticas de bateo. Ahí descubrió que tenía facilidad para desempeñar esta tarea.

Luego de casarse con una estadounidense, Valiente se mudó a los Estados Unidos en 2006 para establecerse en Tampa. Estando ahí buscó trabajo con el ejecutivo de los Yankees, Mark Newman. Para 2007, Valiente se convirtió en miembro oficial del club. Entrenó en tres niveles diferentes de ligas menores, al igual que en un campamento de primavera donde se dio a conocer por su talento.

"Poco a poco comencé a lanzar en las prácticas de bateo", dijo, "y, finalmente, me llamaron para el puesto".

Cualquier ronda de práctica de bateo es una sesión dentro de los casi 200 campamentos de primavera consecutivos y días de temporada regular. Algunos días los entrenadores lucen con más energía o mejor descansados que otros.

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"Te das cuenta", dice Romine. "Tal vez durmieron bien, tal vez su brazo se sentía bien, pero también te das cuenta cuando es todo lo contrario. Estos chicos lanzan todos los días. Me refiero a que son muchos lanzamientos, y se lo toman muy en serio. Y lanzan una bola se enojan".

La práctica de bateo puede ser simplemente un componente de las obligaciones cotidianas del entrenador. Por ejemplo, Brown de los Yankees, realiza calentamientos con los píchers y también con los cáchers. "Mi día acaba de empezar", dice Brown de la práctica de bateo.

Foto: Aaron Doster-USA TODAY Sports

Qué tanto vale la pena pasar horas en la práctica de bateo todos los días es un tema a debatir. Algunos bateadores aseguran que lo vale, otros la evitan y unos cuantos más tienen una opinión neutral.

"Creo que la práctica de bateo es de gran ayuda al momento de prepararse para un partido", dice el catcher de los Yankees, Austin Romune, y destaca que él, como suplente, recibe cientos de cambios de dirección en los lanzamientos antes y durante para estar listo a las oportunidades de toque de pelota.

"Creo que definitivamente traza el camino y la dirección que quieres", dice Frazier.

Ichiro advirtió sobre el exceso de confianza de una buena ronda de práctica de bateo, y después añadió, "Al mismo tiempo, quizá no te sientes tan bien en la práctica, pero te vuelves un poco más selectivo o te concentras más —quizá te haces más humilde— y tienes un mejor turno al bate".

A un cazatalentos de la Liga Nacional le gusta ver a otros clubes en las prácticas de bateo con la esperanza de conocer los movimientos de los bateadores y sus puntos de énfasis, los cuales suelen dar señales de sus debilidades.

Los tres jugadores que los Yankees que disputarán el Juego de Estrellas (el dúo del Derbi más Starlin Castro) son bateadores conocidos en el grupo de Valiente. Al preguntarle si tiene planeado ir al Juego de Estrellas de la MLB o regresar a Nueva York, Valiente contestó que se quedaría en Miami porque hay trabajo que hacer.