Tas sueña con cortar cabezas

A Tas lo conocimos hará unos cinco años en Barcelona, donde repartía su tiempo haciendo tatuajes increíbles (y algún que otro encargo vergonzante, también) y tocando la batería en grupos de doom como Great Coven y luego Eight Hands For Khali. Siempre nos daba la barrila con sus diseños de inspiración oriental y budista (recopilados junto a los de Jondix y Rinzing en el libraco

1000 Oriental Tattoo Designs

), pero lo que en realidad nos gustaba era la lisergia demoníaca de sus ilustraciones y carteles de conciertos. Estos últimos años ha hecho unos cuantos para grupos como High On Fire, Lord 13, Mammatus, Lords Of Bukkake y, más recientemente, los enormes Electric Wizard, en los que toca el bajo desde hace poco. Tas dejó a un cliente sangrando en una camilla del estudio de tatuajes londinense Into You para atender nuestra llamada.

Vice: ¿Cuántas esvásticas llevas tatuadas por todo el cuerpo?

Tas:

Un montón. He perdido la cuenta.

Pero todas son de buen rollito hindú-budista, ¿no?

Sí. Podrías decirlo con un poco más de respeto, pero sí, hahaha.

Era para romper el hielo. Supongo que de pequeño dibujabas cosas más “normales”, ¿no? Casas, árboles, pistolas y cosas así.

Pues la verdad es que apenas dibujé este tipo de cosas. Siempre he hecho cosas psicodélicas. El primer dibujo del que recuerdo estar orgulloso lo hice en el colegio, a los seis años. Era un tren sobre el que caían cien rayos y que tenía una esvástica en la locomotora.

¿Qué te dijo el profe?

Era una profesora. Me preguntó por qué había dibujado tantos rayos. Pero no me dijo nada de la esvástica. Una tía muy rara, hahaha.

¿Qué técnicas utilizas para hacer tus carteles?

Sobre todo hago acuarelas y acrílicos.

Todos tienen una estética retro, deliciosamente pasada de moda. ¿Qué artistas te han influenciado?

Rick Griffin, que era un hippie del infierno metido en el surf, pero aparte de dibujar ojos que surfeaban metía por ahí unos colores y unas calaveras sencillamente alucinantes.

Esos carteles que hacía para salas míticas como el Avalon Ballroom o el Fillmore Auditorium se deben contar entre los diseños más plagiados de la historia…

Sí, pero yo también lo hago, así que no puedo decir nada.

Eso sí, su portada para el Aoxomoxoa de Grateful Dead, con ese cráneo con forma de prepucio es como bastante hortera.

Hahaha, yo qué sé, no me acuerdo ahora. Tengo la hostia de libros de arte psicodélico, pero mi memoria está un poco mal. También me flipa otro clásico, Stanley Mouse; sus calaveras eran brutales. Ah, y los cómics de Richard Corben para la revista Heavy Metal, por supuesto.

Admite que eres un hippie del infierno.

Yo no soy hippie. Siempre sueño con cortar cabezas. Soy antihumanos, antivida.

Vaya, ¿y eso?

El puto black metal, supongo. Hubo una época que sólo escuchaba black antiguo y eso te acaba afectando el cerebro. La humanidad merece desaparecer. Ser antisocial es la única manera digna de existir.

¿Te resultan útiles las drogas para dibujar?

Depende. Cuando tomo alucinógenos, la verdad es que no. Me vienen ideas brutales pero la maldita mano no obedece y, cuando al día siguiente reviso lo que he hecho, todo es una mierda. Eso sí, cuando voy fumado y me pongo un disco de Pentagram, Black Sabbath o Celtic Frost me salen los mejores dibujos. La marihuana va definitivamente bien para esto. Es indiscutible.

Tío, ahora estás en los putos Electric Wizard. ¿Ya has visto a Liz Buckingham en pijama?

Hahaha. No pienso contestar eso. ¡Herético!