FYI.

This story is over 5 years old.

Drogas

Buenas noticias para los fumetas en Uruguay

El gobierno quiere legalizar la marihuana para que la población no se haga adicta al paco, un terriblemente adictivo subproducto de la cocaína.

La guerra contra las drogas ha estado cuatro décadas en marcha y la rotunda conclusión es que, en líneas generales, ha hecho más mal que bien. ¿Un boyante submundo de negocios ilegales exentos de impuestos que prospera precisamente por su carácter clandestino? El gobierno de EE.UU ha empleado, literalmente, miles de millones en mantener las drogas en la ilegalidad, confiando en que simplemente se desvanecerán. Lo único que han conseguido es que el negocio siga adelante.

Publicidad

Uruguay, que como cualquier otro país ha tenido sus problemas con el comercio de drogas, puede que dé en breve un ejemplo de sensatez a seguirse en todo en mundo, ya que está actualmente intentando impulsar la legalización del cannabis. Desde allí se explica que la medida debilitaría el mercado ilegal en Uruguay y ayudaría al gobierno a perseguir a camellos y traficantes y a concentrarse en la rehabilitación de adictos. También aseguran que, estableciendo una separación entre el cannabis y las drogas más duras, se diluirá la “puerta de acceso” a estas, lo cual significa que gente que podría caer en la adicción a estas no terminará con una aguja clavada en el brazo.

El más reciente problema en uruguay es el paco, “pasta base”, un terriblemente adictivo subproducto de la cocaína. Su bajo precio hace que personas de cualquier estrato social se la pueda permitir, y es tan fácil de conseguir como la hierba; eso no ha evitado que los adictos roben y asesinen para costearse el hábito.

El negocio de la hierba y el paco lo mueven los mismos grupos. Legalizar el cannabis en Uruguay no sólo haría mella en sus ingresos, también acabaría con la asociación que la juventud del país hace entre las dos drogas. Con suerte, esto haría disminuir el ya pavoroso número de jóvenes que se han enganchado al paco. Se ha dicho incontables veces –porque un incontable número de personas tienen opiniones racionales–, pero con las epidemias de crack, heroína y meta empeorando en Europa y Estados Unidos cada vez más, por no mencionar los graves problemas económicos que todos padecemos estos días, ya va siendo hora de que nuestros políticos les crezcan algo que se parezca a unos cojones y empiecen a dar pasos en firme hacia la despenalización de las drogas. Portugal lo hizo y, cinco años después, el uso de drogas entre la población adolescente ha disminuido notablemente y se ha duplicado el número de adictos solicitando tratamiento. Permanezcamos atentos a lo que sucede en Uruguay.

Mira qué jodido es lo de la pasta base:

Los niños del paco