Mike Schreiber: el gran fotógrafo del hip-hop

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Mike Schreiber: el gran fotógrafo del hip-hop

Él es el fotógrafo favorito del rapero favorito de tu rapero favorito.

La cámara del fotógrafo Mike Schreiber debe tener algo mágico, porque parece que todo rapero al que fotografía se convierte en un miembro de la realeza del hip-hop. Su trabajo está repleto de imágenes de raperos, capturadas justo en el momento clave de una carrera legendaria. Ha fotografiado a casi todos los raperos reconocidos, desde 50 Cent hasta Ol’ Dirty Bastard, todos congelados en el tiempo en sus elegantes retratos en blanco y negro. Sus imágenes han honrado las páginas de las mejores publicaciones de hip-hop como Source y Vibe durante años, y en 2010 publicó un hermoso libro de fotos, True Hip-Hop, con imágenes e historias que ha reunido a lo largo de su carrera.

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Me senté con el fotógrafo para platicar sobre su trabajo, su amor por la fotografía y los primeros días con el grupo de DMX.

VICE: ¿Cuándo fue la primera vez que pusiste tus manos en una cámara?
Mike Schreiber: Mi abuelo y mi madre siempre estaban tomando fotos. Hasta mi padre había mostrado un interés en la fotografía cuando era niño. Cuando creció tenía un cuarto oscuro, pero no lo usaba mucho. Así que no tengo recuerdos en los que no tenga una cámara, así fuera una Polaroid o una cámara compacta. Me encantaba sorprender a las personas y tomar fotos. Me escondía en la tina y esperaba a que mi madre quisiera darse un baño para sorprenderla saltando de la tina y tomando su foto; estoy hablando de cuando tenía cinco años.

¿Cuándo descubriste el hip-hop?
Estaba en quinto grado o algo así. Soy de Long Island, así que no crecí en la ciudad. Lo escuchamos en las noticias, y en películas como Beat Street y Breakin’. Recuerdo que le rogué a mi madre para que me comprara este disco de K-Tel, que era una especie de compilación. Lo quería porque tenía un tapete que podía usar para aprender break dance.

¿Te volviste bueno?
Realmente nunca aprendí. Eso fue cuando “Jam on it” sonaba en la radio todo el tiempo.

¿Qué era “Jam on It”?
¿No conoces “Jam on It”? ¿Cuántos años tienes?

Tengo 24.
¡Aun así deberías conocer "Jam on It"!

¿Cómo va?
“Duu, du, duu, du, duu, wigui wigui wigui”.

Vaya, ya está más claro.
Ahora me vas a preguntar quién es Biggie. [Risas]

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Tu libro muestra una importante historia del hip-hop. ¿Siempre fue tu objetivo capturar a la cultura del hip-hop con tu fotografía?
Nunca fue mi intención convertirme en un “fotógrafo de hip-hop”, incluso ahora no me considero eso. Salí de la universidad con un título en antropología. Sólo estaba ganando dinero, ¿sabes?

¿Por qué empezaste a tomar fotos?
Trabajaba en una agencia de foto que vendía fotos de celebridades. Veía a esos fotógrafos llegar con fotos de conciertos y eso me parecía algo genial; mucho mejor que estar sentado en una oficina. Trabajando ahí aprendí cómo obtener un pase con fotografía. Sabía que tenías que enviarle un fax al publicista y decirle para quién trabajabas. Así que inventé que trabajaba para una revista alemana, porque sabía que nunca lo verificarían.

¿Qué clase de cosas estabas fotografiando?
No era sólo hip-hop, era todo. Recuerdo que tomé foto de Lenny Kravitz por ahí del ’96. Pero los fotógrafos del lugar en el que trabajaba comenzaron a quejarse, porque me veían en los conciertos y creían que iba a vender mis fotos. Así que me despidieron. Entonces decidí que no quería conseguir otro trabajo. Quería encontrar una forma de ganarme la vida haciendo esto.

¿Cómo llegaste a documentar el hip-hop?
Los conciertos eran más accesibles en aquellos tiempos. Te hacías amigo de los güeyes que trabajaban en los clubs para poder llegar detrás del escenario. Conseguía material exclusivo y lo vendía. Me gané la vida durante dos años haciendo eso. Si conseguía meter dos fotos en Source y tres en Vibe, tenía dinero para el mes. Y así fue como los publicistas me empezaron a conocer y la gente en las revistas me empezó a conocer. Simplemente aprovechaba cada oportunidad al máximo, incluso las más pequeñas, como la foto de Mos Def.

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Cuéntame de esa.
En aquellos tiempos recibía muy pocos pedidos de Source. Nada principal ni retratos. Entonces me pidieron que fotografiara a Black Star frente al centro Nkiru en Brooklyn. Pero cuando llegué no había nadie. Kweli vivía a la vuelta de la esquina. Cuando por fin llegó, vio que Mos no estaba ahí, así que se volvió a ir. Esperé durante horas para que se juntaran.

¿Por qué no te fuiste?
No tenía trabajo ni nada que hacer. Y era mi primera gran oportunidad, porque nadie nunca me había pedido que fotografiara algo. Hasta ese momento, tomaba fotos por mi cuenta e intentaba venderlas. Sólo hay unas cuantas fotografías de Black Star en aquellos tiempos, así que fue bueno que me quedara a esperarlos.

Cuéntame de la fotografía de Lil’ Wayne.
Esa fue en 1999 o 2000. Source me envió de gira con Cash Money. Iban a abrir para Nelly. En ese entonces, Juvenile era todo un éxito gracias a “Back that Azz Up”, y B.G. tenía “Bling Bling”. Esto era cuando todavía existían los Hot Boys. Estuve con ellos sólo un par de conciertos, en lugar como Albany y Pittsburgh. Definitivamente no era Miami. El nivel de los groupies no era muy alto.

¿Cómo capturaste ese momento con Weezy?
Estábamos detrás del escenario. Parece que fue antes del concierto. Estaba pasando el rato con su Motorola plegable. Wayne era un adolescente en ese momento.

¿Alguna vez viste a los groupies de Wayne y Juvenile en Albany?
¿Yo? No.

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¿A quién más fotografiaste al principio de su carrera?
DMX. Le tomé fotos justo cuando Where My Dogs At empezaba a despegar. Fue una de las primeras cosas que hice. Ni siquiera tenía un medidor de luz, ni sabía como usarlos. ¡Ni siquiera tenía un asistente! Me dijeron que tenía 15 minutos con él. Fue en las viejas oficinas de Def Jam en TriBeCa y todos estaban afuera. X debe haber tenido a la mitad de Yonkers con él.

¿Estaba Lox ahí?
Por supuesto, pero en ese momento yo no sabía quiénes eran. Escuchaba hip-hop, pero no teníamos cable, así que no sabía qué aspecto tenían. Conocía las canciones, pero no conocía sus rostros.

¿Qué tal estuvo la sesión de fotos?
Todos estaban platicando y yo sólo escuchaba el tic del reloj. Se me iban a terminar los 15 minutos y no iba a haber conseguido nada. Así que levanté la voz y dije: “¡Ok! ¡Necesito a todos menos a DMX de este lado de la calle!” Y podías escuchar cómo caía un alfiler, porque estos güeyes eran unos matones. Todos se me quedaron viendo, pensando: “¿Qué?”

Sí, la cagaste.
Por suerte, DMX empezó a decir: “No, no. ¡Está bien! ¡Todos, tranquilos!” Y después de eso el publicista me dijo: “Nunca había visto a alguien que les hablara así”. Y yo sólo pensaba, ésta es mi oportunidad, ¡ésta es mi oportunidad! Después de eso DMX y yo la pasamos bien. Terminé platicando con él toda la noche.

Gracias, Mike.

@WilbertLCooper