FYI.

This story is over 5 years old.

viajes

Cómo viajar sin ser un idiota

¿Cuál es la diferencia entre viajar e irte mucho tiempo de vacaciones? Ninguna. Viajar es uno de esos eufemismos que hacen que una actividad suene mucho más intelectual de lo que es.
N
por Nilu

Foto por Pabak Sarkar vía Flickr.

Vives con tus padres, te comes su comida, te acostumbras a la poca variedad que hay en Netflix y vas a tu trabajo de tres meses. Cuentas los centavos, llevas lunch a la oficina y sólo pides cerveza en la hora feliz. Por fin ahorraste lo suficiente y te vas al país en desarrollo de tu preferencia, donde puedes subir 64 fotos diarias de paisajes soleados, cocteles de mariscos y selfies cubierto de pintura en polvo.

Publicidad

Sí, vas a "viajar". ¿Cuál es la diferencia entre viajar e irte mucho tiempo de vacaciones? Ninguna. Viajar es uno de esos eufemismos que hacen que una actividad suene mucho más intelectual de lo que es. "Viajar" tiene un aire de aventura, como su fuera antropología despreocupada cuando en realidad se trata de coger con australianos, comprar ropa fea e intoxicarse a cada rato con la comida.

No hay forma de viajar sin parecer un idiota pero hay formas de viajar sin ser un completo idiota. Obviamente el código de comportamiento varía: lo que es aceptable cuando te vas tres meses a Tailandia a las fiestas Full Moon es muy diferente a lo que es aceptable durante un viaje frío y solitario en tren por Europa. Toma esto como una guía tentativa y no como una verdadera Rough Guide porque sería una violación a los derechos de autor.

No seas tacaño

Foto por Bruno Bayley.

A menos que tu versión de "viajar" incluya un viaje a Nueva York o a Suiza en un auto rentado mientras escuchas el soundtrack de The OC, es probable que los países que visites sean más pobres que el país en el que vives. ¿Eso significa que tienes que pasar la hora feliz mirando taciturnamente a tu alrededor con tus mojitos al 2 x 1 y hablar sobre cómo toda la gente morena que has visto "parece tan feliz a pesar de que viven así"? No. ¿Significa que cuando regreses a casa tienes que organizar un "mes sin carbohidratos" patrocinado para recaudar fondos suficientes para que regresar en seis meses a dicho país para construir una escuela en una aldea pobre? No.

Publicidad

Lo que significa es que debes estar consciente de tu posición y no quejarte si te cobran más por algo. Pagar 40 pesos en vez de 20 pesos por un viaje en taxi de 30 minutos no es tan malo considerando que pedir un Uber de tu casa al aeropuerto te cuesta 400 pesos. No importa qué tan "quebrado" crees que estás, es probable que no estés tan necesitado como las personas a las que le compras verduras, boletos de autobús y cocaína, así que piensa en tus privilegios de clase media cuando exijas tu cambio al conductor del taxi.

No esperes que todos estén de acuerdo contigo

Foto vía el usuario de Flickr.

Un mito sobre viajar es que todos los que conoces son hippies veganos liberales que quieren abrir su propia granja sustentable en Perú. No es cierto. Vas a conocer mucha gente durante tus viajes que no es tan "progresista" como tú piensas que eres.

Vas a conocer gente rica a la que parece que le gusta viajar por el mundo para burlarse de él, como si su cultura de Hollister y collares de dientes de tiburón fuera la mejor en toda la historia de la civilización. Lo que más te va a sacar de tu onda liberal es que probablemente conozcas gente de todo el mundo que no está a favor de la justicia social o la tolerancia cultural. Y no te queda de otra más que respetarlo.

¿Qué puedes hacer cuando te das cuenta de que vas a compartir habitación con dos güeyes de Tennessee que creen que Black Lives Matter es una red terrorista? ¿O si tienes que pasar la noche bebiendo en compañía de un grupo de activistas reales —de carne y hueso— que luchan por los derechos de los hombres?

Publicidad

Tienes dos opciones: pelear o ignorar. Siempre escoge ignorar. Te prometo que no vas a convencer a nadie de que cambie su punto de vista sobre el conflicto entre Israel y Palestina con palitos de pescado y cervezas en una playa de Bali, así que ni lo intentes. Esta es una frase mágica que puedes utilizar siempre que un pendejo exprese su objetable opinión que va en contra de cada fibra de tu ser: "Oh, ¿eso de ahí es un tatuaje? Cuéntame más".

Cógetelos a todos

Foto vía Flickr.

Si, como yo, creciste en la ciudad y llevas toda tu vida durmiendo con hombres del color del papel de impresora con pancita chelera, tu mundo va a dar un giro de 180 grados. ¿Te acuerdas de esos chicos bronceados que cuidan su cuerpo y solamente ves en anuncios? Son reales, están allá afuera y están listos para engañar a sus novias.

Sí, es momento aprovechar aunque signifique bajar tus estándares y principios normales. ¿No trae zapatos? ¡Da igual! ¡Lleva dos años de entrenamiento y puede armar una AK47 con los ojos cerrados? ¡Qué sexy! ¿Sus países son enemigos? ¡Su hatefuck va a ser el mejor!


Relacionados: Esta chica lleva tres años de vacaciones


La única desventaja de esta racha de promiscuidad es la vergüenza cuando regreses a tu ciudad con tus amigos que no tienen anillos para los dedos del pie. Algo que era perfectamente aceptable en una fiesta en una alberca en Argentina podría darte náuseas cuando lo platiques en casa. Pero mira, el cerebro humano es muy bueno para escoger lo que sirve. Sé que no es lo que recomendarían los sicólogos pero encierra esa mierda en el fondo de tus recuerdos y tira la llave.

Publicidad

Y lo más importante: siempre, siempre, rechaza su solicitud de amigo en Facebook al día siguiente.

No te tatúes

Tu cuerpo es algo bello que no va a mejorar con una foto o un atrapasueños o tu nombre mal escrito en cantonés.

No te pongas pantalones harem

Esto sí es estilo. Foto vía Flickr.

Es difícil verte bien cuando viajas. Toda tu ropa está doblada adentro de una mochila y está llena de manchas de sudor y de bloqueador. Pocas veces encuentras regaderas con agua caliente. Hueles feo. Pero hay una línea muy delgada entre verte un poco arrugado y ser el güey en el hostal que usa los mismo pantalones harem color rojo, verde y amarillo por tres meses.

Es triste pero a veces viajar cambia tu forma de ser sin importar lo mucho que trates de seguir siendo frío y cínico. En mi segundo mes viajando de mochilera en Centroamérica, dejé que una chica de Tel Aviv me trenzara una pluma en el cabello. A veces sueño con eso y despierto sudando frío. Creo que no hay forma de evitarlo.

Sin embargo, hay límites. Estás en Sudamérica, no en el festival Parklife. Nada de bindis, diademas de plumas o cadenas corporales, "bordados vintage reciclados", playeras con escote profundo en v, zapatos sin calcetas o shorts cacheteros.

Come en la calle

Foto vía Flickr.

Este no es el consejo ortodoxo. Sé que la mayoría de la gente recomienda comer en restaurantes o preparar nuestra propia comida para no terminar con una diarrea explosiva y tener que ir al baño cada 15 minutos. Pero hazme caso. La comida de la calle es barata y casi siempre la prepara una señora que sabe exactamente lo que está haciendo y ha alimentado a su familia con la misma receta por generaciones. No importa lo que hagas, de todas formas te va a dar diarrea en algún momento. Comer alimentos locales y frescos preparados frente a ti va a saber mucho mejor que pagar el equivalente a 250 pesos por una hamburguesa en un bar de un australiano exiliado.

Publicidad

Duerme en la tarde

Foto vía Flickr.

Si te vas a quedar en un hostal, es probable que termines durmiendo en una habitación diminuta con otras nueve personas que se pedorrean cuando duermen y se masturban en las almohadas. Además, siempre va a haber alguien que quiera tener sexo en la regadera de tu cuarto. Y como la gente seguro lavó su ropa pero no se secó bien, todo el cuarto va a oler a humedad. Por eso vas a tratar de pasar el menor tiempo posible en tu cama. Si estás muy cansado, las siestas en la tarde son lo mejor: la mayoría de la gente está fuera a esa hora y los de la limpieza dejaron la ventana abierta para orear la nube de pedos nocturnos.

Cuando te quedes sin dinero

Foto vía Flickr.

Tus papás no fueron los que metieron una bolsa de condones de sabores en su mochila y se fueron de viaje a Sudamérica ¿o sí? Tus papás no fueron los que gastaron todos sus ahorros en deportes acuáticos y cocaína. Fuiste tú. Así que, incluso si tienes la suerte de poder llamar a tu mamá o papá para pedirles que te presten 5 mil pesos, no deberías hacerlo.

Es muy fácil conseguir trabajo cuando estás en otro país. La mayoría de los bares ven que estás desesperado y son felices de pagarte en efectivo porque probablemente les conviene a ellos tanto como a ti. La mayoría de los hostales siempre necesita personal y te pueden pagar con alojamiento y comida gratis.

Si estás teniendo muchos problemas y ya no te alcanza para vivir, entonces es hora de ir a casa.