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​¿Qué chingados con la disfunción eréctil en China?

China aún tiene un largo camino por recorrer para convertirse en una una meca sexual. Sigue siendo un país muy conservador y, por lo tanto, los temas relacionados al sexo, como la disfunción eréctil, aún generan cierta vergüenza.

Dibujo erótico de China vía Wiki Commons.

"Duro como un pepino" o "blando como tofu" eran las dos descripciones más usadas en un estudio acerca de las erecciones llamado "Almanaque del sexo ideal en China" que se publicó el año pasado y se hizo viral en internet. Por desgracia, más de la mitad de los que participaron en la encuesta se inclinaron por la opción del tofu. China está creciendo en todos los aspectos, excepto en éste. De acuerdo al estudio, los hombres del país trabajan mucho y están demasiado estresados.

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La disfunción eréctil es un problema moderno y necesita una solución moderna. O sea, Viagra. Jiang Hui, el autor del estudio (patrocinado por Pfizer, el creador y productor actual del Viagra) también llegó a esa conclusión. Según Jiang, los chinos padecen de dos problemas, uno, que no están dispuestos a pedir ayuda y dos, que no están bien informados acerca de los problemas sexuales. Necesitan la ayuda de la famosa píldora azul. ¿Es una estrategia de Pfizer para vender más o será que en serio los chinos tienen un grave problema sexual?

El problema de la impotencia en China salió de la habitación y salió a la luz por primera vez en la década de los ochenta cuando surgió una nueva división de medicina china especializada en impotencia y otros problema llamada nanke (medicina para hombres). Justo lo que dijo el doctor. Desde entonces, cada vez más chinos se someten a tratamientos para curar la impotencia. Las clínicas que vendían nanke se multiplicaron y empezaron a vender remedios occidentales –incluyendo al Viagra, que por cierto, debutó en el mercado chino en el año 2000.

En la actualidad, la industria sigue creciendo. Cada vez entran más empresas con nuevas medicinas al mercado como Guangzhou Baiyunshan Pharmaceutical Company. Esta empresa acaba de sacar un producto homeopático llamado Tiema, que en mandarín significa "caballo de hierro".

El profesor Everett Yuehong Zhang lleva 15 años investigando este fenómeno chino. En 1999, Zhang fue parte del público en un estudio de televisión en Beijing durante un programa de una hora que trataba sobre la disfunción eréctil, o "infección", como ellos la llamaban. En el programa, los tres urólogos presentes se dedicaron a resolver las dudas que el público planteaba por teléfono. Las líneas estaban saturadas. Uno de los camarógrafos en el estudio volteó a ver a Zhang y le dijo "¡La disfunción eréctil es una epidemia!".

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Es evidente que este comentario dejó una fuerte impresión en Zhang ya que en marzo publicó un libro llamado Impotencia epidémica: medicina para hombres y deseo sexual en China contemporánea. En el libro, Zhang entrevista a 350 parejas de Beijing y Chengdu que estaban buscando un tratamiento para curar la impotencia. El rango de edades iba desde los 18 hasta lo 81 años. Zhang descubrió que su impotencia se debía a cientos de razones, algunas muy particulares de China. Por ejemplo: el trauma por la hambruna y la violencia política; la ansiedad social que sufren los que perdieron su trabajo a partir de las reformas económicas recientes; y claro, la sórdida cultura de los negocios en China, donde un jefe es capaz de obligar a sus empleados a tener sexo en su presencia.

Sin embargo, Zhang no encontró estadísticas que ilustrara un panorama peor que el de hace unos años. A pesar del título de su libro, Zhang no cree que China haya perdido su "potencia". "No sé si haya habido o no un aumento en el índice de impotencia, lo único que sé es que que cada vez hay más hombres que lo aceptan, lo cual significa que la población está cambiando su forma de ver el deseo sexual", dijo Zhang.

De hecho, según Zhang, lo que estamos viviendo en realidad es "un fenómeno positivo". Es parte de la transición moderna de lo colectivo a lo individual en China. Lo individual se enfoca más a la búsqueda del placer y a atreverse a hacer cosas. "Ahora la gente busca cumplir sus deseos y se esfuerza por tener una buena vida", dijo Zhang. "Esta epidemia demuestra cómo ha cambiado China en los últimos 30 años".

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Y al parecer tiene razón. La juventud china ve al sexo como algo necesario para procrear y como una actividad recreativa. Los códigos morales estrictos que por décadas pintaron el deseo sexual como algo negativo desaparecieron desde la muerte de Mao en 1976. Hoy en día, el sexo está presente en toda China, desde las tiendas para adultos hasta los cientos de salones de belleza, spas y karaokes que ofrecen servicios extra por un precio extra.

Citando a Viktor, un chico de Beijing que tiene una banda de punk llamada Bedstars ("porque suena sugestivo"): "Cuando caminas por la calle, todos parecen vírgenes pero no lo son, todos tienen sexo. Hice una encuesta que encontré en una página porno y descubrí que muchos a profesionistas les gustan las cosas pervertidas". Viktor planea abrir una tienda de juguetes sexuales en internet para aprovechar esta nueva tendencia y tener un ingreso extra.

Pero el sexo no sólo está disponible en los rincones más escondidos. En 1989, la sexóloga Li Yinhe hizo una encuesta donde descubrió que 15 por ciento de la población había tenido sexo premarital. En la actualidad, según encuestas locales, el número aumento a 71 por ciento.

Arte erótico chino vía Wiki Commons.

Los chinos son cada vez más abiertos en cuanto al sexo. A pesar de que el gobierno trata de contenerlo, la blogósfera china está llena de sexo. MuziMei, una periodista que subió un video de 25 minutos de ella teniendo sexo, superó a Mao con el mayor número de búsquedas en internet por un tiempo. También está Lady Cat, la chica que creó un blog llamado "Un orgasmo diario" que trataba sobre cómo descubrió la masturbación. Esos son sólo unos cuantos ejemplos en la larga lista de lujuria.

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No es casualidad que el aumento en los casos registrados de disfunción eréctil se de al mismo tiempo que la liberación sexual femenina. Son dos caras de la misma moneda. Se dice que "detrás de cada gran hombre, siempre hay una gran mujer". En este caso, sería más acertado decir que detrás de cada hombre impotente hay una mujer que lo obliga a ir a una clínica. Es por eso que Zhang decidió dedicarle un capítulo a las mujeres. Cómo él mismo escribe: "Este libro se trata sobre la impotencia de los hombres. Pero como las mujeres desempeñan un papel muy importante en la impotencia y en el deseo, este libro también habla de las mujeres".

Como cada vez hay más gente que habla sobre el sexo en todas sus manifestaciones, el tema de la disfunción eréctil ya no es motivo de vergüenza. Hasta hacen bromas. "Hoy en día, los hombres saben que las pastillas se encargan de hacer 'la tarea' —o sea, tener sexo con su esposa— y los sentimientos hacen 'el trabajo de campo' —o sea, tener una aventura o contratar a una prostituta", dijo en broma un empresario. En su libro, Zhang cataloga estas "bromas eróticas" como una "moda pasajera".

En pocas palabras, los chinos se están esforzando para tener mejor sexo. Y no hay nada peor que un pene flácido a la hora del sexo. "La población se interesa cada vez mas en el desempeño sexual masculino", añadió Zhang. Sin embargo, China aún tiene un largo camino por recorrer para convertirse en una meca sexual. Sigue siendo un país muy conservador, por lo tanto, los temas relacionados al sexo, como la disfunción eréctil, aún generan cierta vergüenza.

Quizá esto explique por qué China, un país donde vive cerca del 20 por ciento de la población mundial, representa apenas el ocho por ciento en ventas totales de Viagra. No obstante, Zhang insiste en que se debe a otros factores. "La forma en que los chinos perciben la impotencia es diferente a cómo la perciben en otras sociedades", explicó. "No ven al Viagra de la misma manera". Al parecer, muchos chinos prefieren la medicina tradicional china, que es una industria multimillonaria patrocinada por el sistema de salud pública.

Muchos hombres que han probado el Viagra lo prefieren antes que la medicina tradicional china. Por eso cada vez baja más el precio del pene de foca, uno de los remedios tradicionales más utilizados para la disfunción eréctil. Pero todavía quedan muchos chinos por convencer. Todavía se cree que la medicina homeopática es mejor (o más asequible) que los fármacos. Además de que todos los escándalos en cuestión de salud y seguridad que se le han adjudicado a los químicos hacen que la gente desconfíe del Viagra.

Según el punto de vista tradicional en China, para tener una vida sexual sana se necesitan soluciones a largo plazo, no inmediatas. En ese caso, los que son tofu van a tener que esperar un rato para convertirse en pepinos. Pero al menos ya pueden platicar sobre el tema. O algo así.

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