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Ser una persona VIP en Bogotá ya no es tan difícil

No más filas, no más covers, premios y regalos, son unos de los beneficios de ser parte de esta nueva experiencia.

El tiempo es oro. Esa es la premisa fundamental de quienes pretenden no hacer fila en los bares, tener mesa al chasquear de los dedos en un restaurante, entrar a los conciertos sin pagar boleta, o ir a lugares a donde lo consientan a uno. Eso suena a un grupo privilegiado: gente que está en roscas, que se ha labrado un camino, que ha lagarteado su visa VIP Bogotá.

¿Será? Pues fuimos a preguntarles a algunos privilegiados a ver qué tanto hicieron para conseguir su privilegio.

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Sergio*, quien, por supuesto, aceptó participar en el artículo con la condición de cambiarse el nombre, nos contó que luchó para llegar a donde está. ¿Dónde está?Pues en donde todos queremos estar secretamente: entra a bares sin pagar, no hace filas y, predeterminado, siempre está en las listas de los bares. Siempre.

Cuando le preguntamos cómo llegó allá, nos contestó que no se trata de ser amiguero o simplemente de conocer al amigo de un amigo. Es más un proceso en el que uno va haciéndose oír en el mundo en el que quiere hacerse oír. Para él, llegar al punto de tener beneficios VIP no es algo que uno busque. Es más bien producto del normal proceder de lo que uno hace. Cuando era más joven quiso dedicarse a hacer fiestas.

"En 2007 empecé un blog de rumba nocturna y de rave. Fue justo cuando salí de la universidad. Era un espacio donde hablaba de lugares y bares en los que había cierto tipo de música que me gustaba", afirma. Ahí empezó a escribir de bares y discotecas. Los bares y discotecas lo fueron integrando poco a poco. "Me conocieron y fui encajando", dijo.

Así, empezó a hacer eventos, a participar en festivales y a meterse en todo lo que implicaba organizar un evento musical. "En esos lugares empezó a conocer a las personas influyentes detrás de toda la escena a la que quería pertenecer", afirma Sergio. Ya no hacía filas, ya no pagaba los covers, ya era parte de una escena específica en la capital. Entre una cosa y la otra, de todas formas, pasaron años.

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Otro ejemplo es Ricardo*, un ingeniero de sonido que ha estado en el negocio de la música y de producción de eventos por más de 10 años. Para él, al igual que para Sergio, este es un proceso en el que uno va creciendo como influencia. Empezó en el mundo de la música desde los 15 años, cuando vivía en un barrio a las afueras de Bogotá, en el norte. "Las personas que vivíamos en ese barrio, al ser un barrio alejado de la ciudad, donde no había mucho que hacer, por el cierto 'aislamiento' nos metíamos en cosas artísticas", afirma.

Nos dijo que allí conoció al que hoy en día es trompetista de Doctor Krápula; a los hermanos que conformaron el grupo de salsa La 33; a Oscar, un chico que llegó a vivir ahí y que ahora es integrante de The Hall Effect; a otro chico que estudiaba ocho horas de guitarra diaria y hoy en día montó El Frente Cumbiero, y que todos tenían esa vena artística que fue prosperando con el tiempo. "Había como una actividad musical que me permitió salir adelante con mis proyectos", afirma.

Mientras pasaban los años, Ricardo se fue adentrando en el mundo de la música, primero como integrante de bandas de punk, después fue todero de conciertos y, cuando terminó su carrera, se reencontró con ese parche artístico enfocado en eventos musicales que poco a poco la fue rompiendo. Ahora, es productor de entretenimiento y un Dj reconocido en diferentes fiestas de la capital.

"Muchos de esos pelaos que eran aficionados cuando yo tenía 15 años se volvieron profesionales que hoy en día son muy reconocidos", afirma Ricardo. A principios de los 2000, empezó a gustarle la música electrónica que sonaba nueva en el país y eso hizo que su nombre se oyera en los clubes que le apostaban a una nueva tendencia.

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Se conectó con los dueños de Evenpro, una empresa que ha traído a bandas como Metallica y con los de T310, quienes son los creadores de Estereopicnic. Y más adelante, se dio cuenta de que sus primeros trabajos, con sus compañeros de carrera y con personajes que estaban metidos en su misma escena musical, son casualmente personajes que hoy en día han ganado Grammys con Aterciopelados, Carlos Vives y varios artistas colombianos.

Pero, según él, la suerte es para la gente que no está preparada. A él se le presentó una oportunidad que lo ayudó a entrar en ese mundo que poco a poco. "Me ha ido bien y tengo los beneficios que tengo no por suerte sino por no parar de trabajar en lo que a mí me gusta", afirma.

Ahora, lo invitan a los nuevos bares, a los conciertos, le dan listas especiales para él y sus amigos. "Llegar ahí no es fácil. Es algo que se construye con los años", nos dijo.

Así fue con quienes se metieron en el mundo por razones laborales. No faltarán los que lo hacen a punta de lagartear en eventos, que es uno de los factores que ayuda, según nos dijeron, porque lo han visto, los dos entrevistados. Escoja usted.

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Lenovo acaba de lanzar una campaña en la que estos beneficios se pueden adquirir muy fácilmente en bares, restaurantes y discotecas de diferentes ciudades de Colombia. No más filas, no más covers, premios y regalos son algunos de los beneficios de ser parte de esta nueva experiencia.

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Se llama Lenovo Experience, la primera plataforma de fidelización que busca regalar experiencias en el país.

Entre los aliados de esta campaña están, entre otros, Sushigood, Kukaramakara y Brew house Cabrera.

Para ser parte de esta experiencia y llenarte de muchas más, haz clic aquí.

***Este artículo es patrocinado por Lenovo.