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Tres desaparecidas menos, unas preguntas más sobre el Palacio de Justicia

La Fiscalía anunció el hallazgo de tres cuerpos y, al tiempo, informó que dos personas entraron a engrosar la lista de los desaparecidos.

Tres desaparecidas menos, dos desaparecidas más; ese fue el saldo que dejaron los más recientes hallazgos de la Fiscalía en la investigación que se adelanta por los crímenes cometidos tras la retoma del Palacio de Justicia. La entidad acaba de comprobar, tal como se sospechaba desde hace décadas, que se cometieron serios "errores" en la identificación de los cuerpos de algunas de las personas que fallecieron los dramáticos 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando el M-19 y el Ejército se disputaron a sangre y fuego el control de la sede del poder judicial, en pleno centro de Bogotá.

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El pasado martes se supo que los restos enterrados bajo la identidad de María Isabel Ferrer de Velásquez corresponden, en realidad, a los de Cristina del Pilar Guarín; y que un cuerpo inhumado con el nombre de Libia Rincón Mora se trata, en realidad, del de Luz Mary Portela Rincón. Tanto Cristina del Pilar como Luz Mary hacían parte del grupo de 11 personas reportadas como desaparecidas desde hace casi 30 años, cuando —según distintas sentencias judiciales—algunos militares desplegaron sendas actuaciones ilegales en una carrera contrarreloj para dar con los guerrilleros que perpetraron la toma del Palacio.

Entre el grupo de desaparecidos también se encontraba Lucy Amparo Oviedo, que acaba de ser identificada en "dos cajas que se mantenían embaladas en la Fiscalía General de la Nación" y cuyos restos habían sido exhumados en 1998, como parte de las decenas de cuerpos que fueron extraídos de una fosa común ubicada en el cementerio del Sur. Diecisiete años tardaron la Fiscalía y Medicina Legal para identificar los restos, que se encontraban entremezclados con los de la guerrillera Carmen Cristina Garzón.

Ahora, pese a la relevancia de esos hallazgos, se abre el interrogante sobre el paradero de María Isabel Ferrer, visitante del Palacio; y de Libia Rincón, auxiliar de uno de los magistrados. Ambos casos hacen parte de un grupo de al menos 15 cuerpos que, al parecer, fueron entregados y enterrados bajo identidades equivocadas. Un cúmulo de escandalosas inconsistencias que, por ahora, no se sabe si fueron cometidas a propósito por los militares que se encargaron de manipular los cuerpos.

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Las autoridades judiciales tampoco han podido esclarecer si Cristina del Pilar Guarín y Lucy Amparo Oviedo salieron con vida del Palacio. En el caso de Luz Mary Portela, el Tribunal Superior de Bogotá, en la sentencia contra el General (r) Jesús Armando Arias Cabrales, determinó que ella "salió viva del Palacio de Justicia bajo el control del Ejército" y que, hasta entonces, se encontraba "desaparecida forzadamente". El hallazgo de su cuerpo demuestra que, contrario a lo que han alegado los oficiales que dirigieron las operaciones, algunas de las personas que sobrevivieron a la toma y a la retoma abandonaron vivas el edificio y murieron cuando se encontraban en poder de militares.

De ahí que establecer si Cristina del Pilar y Lucy Amparo sobrevivieron a la retoma sea determinante para saber si, tal como han declarado sus familiares, el Ejército es el responsable de esas muertes o si, por el contrario —como alegó el Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos—, las víctimas no fueron desaparecidas forzadamente y "los restos podrían haber sido entregados equivocadamente a otras familias". Una hipótesis que fue controvertida por la Corte, al considerar que "es una coincidencia poco razonable que dichos errores justamente afecten a los empleados de la cafetería que continúan desaparecidos".

Por eso, además de identificar correctamente los cuerpos y hallar al resto de los desaparecidos, las autoridades enfrentan la ardua tarea de determinar cómo murieron esas personas y si hubo intenciones oscuras detrás de los aparentes "errores" en la identificación de los restos. Sobre todo, porque varios testimonios indican que, para los militares que estaban a cargo de los detenidos, todos los trabajadores de la cafetería "eran guerrilleros", y porque sus familiares fueron amenazados en distintas ocasiones para que no continuaran las búsquedas.

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Los entonces estudiantes de Derecho Eduardo Matson y Yolanda Santodomingo, quienes sobrevivieron a la retoma y fueron detenidos, interrogados, torturados y más tarde liberados por el Ejército, son la prueba fehaciente de la manera ilegal como algunos militares trataron a las personas que consideraban parte del comando guerrillero que se tomó el Palacio de Justicia.

Así describió la Corte Interamericana, en noviembre de 2014, a las tres mujeres que acaban de ser identificadas por la Fiscalía:

Cristina del Pilar Guarin, Lucy Amparo Oviedo y Luz Mary Portela León. Imagen vía.

Cristina del Pilar Guarín: Tenía 26 años en 1985 y era licenciada en Ciencias Sociales. Trabajaba temporalmente como cajera en la cafetería del Palacio, en reemplazo de una mujer que se encontraba en licencia de maternidad. Dentro de los escombros del edificio se encontraron su paraguas y su agenda. En los días siguientes a la retoma, sus familiares la buscaron en distintas guarniciones militares, donde un coronel les habría indicado que "era muy sospechoso que ella se encontrara trabajando de cajera cuando tenía un grado universitario".

Lucy Amparo Oviedo Bonilla: Tenía 25 años en 1985, trabajaba en un almacén de artesanías y se disponía a iniciar estudios en Derecho. El 6 de noviembre de 1985 asistió a una entrevista de trabajo con el magistrado Raúl Trujillo cerca del Palacio de Justicia. Su familia supone "que al salir de la oficina del doctor Trujillo, estando tan cerca del Palacio de Justicia, fue a hablar con el doctor Reyes Echandía (presidente de la Corte Suprema de Justicia) o con su secretaria, Herminda Narváez, para que la ayudaran a conseguir el empleo que ella estaba solicitando".

Luz Mary Portela León: Tenía 24 años en 1985 y trabajaba lavando platos en la cafetería del Palacio en reemplazo de su madre, que se encontraba enferma desde el 29 de octubre de ese año. El 6 de noviembre, Luz Mary salió de su casa a las seis de la mañana hacia su trabajo. Luego de los hechos, sus familiares la buscaron en la Casa del Florero, en la Escuela de Caballería, el Instituto de Medicina Legal y las oficinas del DAS, sin obtener información sobre su paradero.