A menudo me da la sensación de vivir en otro mundo… "¿No comes carne? ¿pescado tampoco? ¿entonces, qué comes?" Son algunas de las típicas preguntas a las que se tiene que enfrentar un vegano día tras día.Y es que, si un amigo tuyo ha decidido dar este paso notarás que físicamente es igual, pero su conciencia ha dado un giro radical. Comprometerse a eliminar el excesivo e innecesario sufrimiento animal de nuestras vidas, es lo que propone el veganismo. Un estilo de vida basado en la igualdad y el respeto que no se limita únicamente al ser humano, sino que abarca a todas las especies, protegiendo y cuidando el mundo en el que vivimos. Es por ello que no solo basta con dejar de comer carne, se trata también de dejar de usar productos testados en animales, ni utilizar cuero, seda o lana, así como eliminar el concepto de animal como objeto de entretenimiento en circos, zoos o fiestas populares.
Publicidad
Tal vez sepas qué significa el término, pero ¿te has preguntado alguna vez cómo vive un vegano en un país como España, donde todo se celebra con comida? ¿A qué se tiene que enfrentar cuando se reúne con personas que no lo son?Mi nombre es Nika López y con 23 años, trabajo como artista ecológica en Valencia, abarcando desde arte contemporáneo hasta arte culinario vegano. Empecé siendo vegetariana hace siete años y darme cuenta de todo lo que he aprendido gracias a aquella decisión es sorprendente. Realmente me ha cambiado la vida.A través de mis estudios en Bellas Artes, llego a entender el veganismo como estímulo artístico por el que profundizar sobre la relación cuerpo—naturaleza, tanto a nivel escultórico como performativo, eliminando cualquier material tóxico o derivado animal de mis proyectos. Intento seguir el camino de transformación natural de las cosas, por eso mismo utilizo deshechos orgánicos. Empatizar con los materiales lo vinculo estrechamente con el veganismo pues a partir de ahí, he aprendido la importancia de sensibilizar al cuerpo frente a lo mínimo. Además, estoy trabajando para sacar adelante una revista de arte contemporáneo y diseño culinario vegano, inspirando a otros a mejorar su calidad de vida en relación al medio ambiente.Sin embargo, a pesar de lo que muchos dicen, ser vegano no es nada fácil. A nivel personal diría que lo más duro es la sensación continua de nadar a contracorriente. Vivir en un sistema que no facilita ese modo de vida, cuya política empobrece, enferma y contamina no solo a la sociedad, sino a todo un organismo, resulta más complicado que si te dedicas sencillamente a favorecerlo.
Publicidad
Nadie dijo que cambiar malas costumbres fuera fácil, pero es obvio que resulta necesario para actuar frente a las injusticias.Nuestro entorno está abarrotado de productos que requieren muerte o explotación animal y, decidir no contribuir a su fácil consumo, puede parecer un abismo al principio. No obstante, como cuando hablas con un vegano pocas veces te dice lo complicado que puede llegar a ser, hoy os traigo algunos testimonios:
Emilio Beladiez, 28, empleado de Lush Cosmetics
Publicidad
Ahora el veganismo deja de ser algo raro y pasa a ser algo natural para mí, pues me ha dado la oportunidad de trabajar y revisar términos tan importantes como la solidaridad, la tolerancia y la ética conmigo mismo y, además de en mi alimentación, esto se refleja también en mi actitud.
Datxu Peris, 33, agricultora del refugio de animales El Rebrot de la Vida
Publicidad
Sin embargo creo que por ser vegana, los enfrentamientos que más me han dolido han sido con otras personas que se consideran animalistas, debido a la decepción que supone. Con gente no vegana, una de las cosas que peor llevo es ir a cenar, sobre todo cuando me invitan a actos oficiales y municipales, donde más de una vez me ha tocado cenar papas y cacahuetes, o incluso llevarme un tupper. Ya que a veces, aún avisando de que soy vegana, me ponen de cenar un bocadillo "vegetal" con atún y huevo duro.Ah, acabo de recordar una anécdota. Un tipo, hablando por teléfono, una vez me dijo: "Ah eres vegana, entonces comes pepinos crudos". Resulta que esa conversación salió en la radio y el hombre quedó como lo que era…
Eva y Karina, creadoras del restaurante Nomit en Valencia
Publicidad
Nuestro proyecto nace del amor, respeto y compasión tanto hacia los animales como a la naturaleza. Nuestra intención, es que la gente sepa que existe una alimentación alternativa, sana, rica, variada, creativa y libre de sufrimiento animal.Lo que nos gusta es sacarle la sonrisa a la gente, queremos que disfruten comiendo en un lugar acogedor y diferente. Algunos se piensan que aquí solo comemos verde, pero cuando prueban nuestros platos repiten. Es entonces cuando orgullosas, trabajamos para hacer cada día más accesible el veganismo, ya que esta es nuestra principal motivación.
Vicente Fauli, 27, ex empleado de Burger King
Publicidad
A pesar de todo y por aquel entonces, trabajaba en Burger King vendiendo hamburguesas, las cuales veía como cadáveres y no como alimento. Eran las vacas que había visto en Earthlings. Mi trabajo era vender sufrimiento a diario, muchas veces llorando por el camino por la frustración e impotencia, pero sabiendo que si me dejaba el trabajo, cualquier otra persona lo iba a coger y seguir financiando la industria…Sinceramente, hice el cambio a vegano sin la ayuda que necesitaba, tenía muchas dudas sin resolver, tampoco me habían explicado cual era la mejor forma para hacer que la gente dejase de consumir animales y, la palabra asesino salía constantemente de mi boca hacia cualquier persona que tuviese cerca. Actualmente soy mentor vegano e intento enseñar a las personas cómo iniciarse en el proceso, ya que no solo es un cambio de alimentación, es algo que te cambia completamente la vida.Y es que, a día de hoy la gente sigue muy desinformada, la típica pregunta es "¿y tú qué comes?" a lo que siempre respondo: "leches vegetales, quesos vegetales, carnes vegetales…es decir, lo mismo que tú pero de origen vegetal".