Los rieles de ferrocarril que pasan por McAllen, Texas justo cruzan un complejo de bodegas grandes y cuadradas con anuncios de empresas de comercio, pero hay una con unas lonas pegadas a su muro con las palabras "jiu-jitsu" y a un lado otra inscrita con "Bad Boy Boxing". Cruzando sus puertas, el calor del Valle de Texas se guarda con más fervor y el intento de disiparlo con unos ventiladores parece en vano. Los ventiladores lanzan una corriente que desaparece un par de metros después entre el calor. Los costales están golpeados, la lona del ring pisoteado, hay fotos y anuncios de torneos y competencias pasadas, y el tinte de un buen gimnasio de combate está bastante presente.
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Los aficionados de UFC empezaron a reunirse en el gimnasio. El sábado el octágono se presenta por primera vez en Hidalgo, Texas, un pueblo pegado a McAllen, y hay un poco de inquietud entre los habitantes para saber de qué se trata todo esto y ser parte del espectáculo. La gente espera a los cuatro peleadores estelares de la noche: Derek Brunson y Uriah Hall en la pelea co-estelar, y Dustin Poirier y Michael Johnson quienes encabezan la noche de UFC en Hidalgo.
Dustin Poirier se asoma por una entrada trasera del gimnasio y toma centro cuando sube al ring que luce el conjunto de lona y cuerdas rojas. Poirier está relajado, con mucha fuerza notoria en los impactos de sus puños con las manoplas y con una mirada bastante determinada. Constantemente levanta los brazos en victoria mientras calienta y comienza a hacer sombra y pegarle a las manoplas. La gente le responde con gritos y aplausos, probablemente los más fuertes de la tarde que se dieron en los entrenamientos abiertos.
Del otro lado de la jaula, Poirier verá a Michael Johnson, un ágil peleador con mucho movimiento de pies que buscará evitar la pegada de Poirier. Johnson sale contento, sonriente, con mucha energía e interactuando con la gente mientras se venda las manos, entre rounds y parece absorber el vitoreo de la afición con gusto, realimentando su energía para el sábado.
Uno de los nombres más conocidos que aparecerá en UFC Hidalgo es el de Uriah Hall, el atlético peleador con un refinado toque en su pelea de pie llena de agilidad y patadas espectaculares. Hall, como futbolista, calentaba trotando, haciendo movimientos para alistar las piernas, cruzando los pies, marcando rodilla alta en ángulo tras cada paso, haciendo saltos y al final se fue soltando para manoplear y lucir unas cuantas de sus características patadas.
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Tal vez menos espectacular que las patadas de Hall, Derek Brunson ha sido un peleador constante y ha rendido frutos de su disciplina. Luciendo varias victorias en UFC, Brunson es un peleador sólido que utiliza mucho la lucha para controlar las peleas y conecta golpes fuertes mientras lo logra, algo que buscará replicar ante Hall. Con el mismo estilo fue como llevó a cabo su sesión de entrenamiento, iniciando con unas combinaciones en sombra y manoplas antes de pasar a la lucha donde marcaba derribos uno y otra vez.
Cada uno de los peleadores bajó del ring y platicó con la prensa para después dirigirse a la afición que se enfilaba respetuosamente detrás de una ligera cinta que los alejaba del ring. Gritaban el nombre de los peleadores, y al final, éstos les respondían con la misma paciencia y aprecio, posando para las selfies, firmando posters, fotos, guantes, saludándolos de la mano, y mostrándoles el mismo cariño a cada fan.El MMA es de los pocos deportes donde hay un acercamiento netamente humano entre los atletas y los aficionados. Estos eventos dan otro espacio más donde la gente puede echar un vistazo a la destreza atlética de los peleadores, interactuar con ellos por unos minutos, y entender que al igual que ellos, son meramente otros humanos quienes se fueron forjando una vida sacrificada de peleador bajo su propio camino, entrenando en un gimnasio donde cualquier otro pudiera si quisiera, y sudando bajo el mismo sol que todos los demás.