La Santa Cruda: Cuando el 'Rey Kobe' cedió su corona al nuevo 'Rey James'

Qué manera de terminar el fin de semana. Un clásico emocionante (¡VAYA!) que nos tuvo pegados al televisor, sobre todo con un infartante final en el que las Chivas perdieron tres puntos pero ganaron el respeto y cariño de su afición. Siempre será doloros perder, pero al final, hay formas de hacerlo.

Siguiendo en el futbol, el PSG hizo pedazos la ligue 1 e increíblemente a ocho fechas del final son campeones. Nos da gusto, sobre todo por Zlatan Ibrahimovic, pero igual el torneo francés comienza a generarnos un poco de flojerita por lo predecible que se vuelve.

En tanto, se anunció que el actual campeón, los Denver Broncos ya encontraron sustituto de Peyton Manning, un tipo con sangre mexicana como Mark Sánchez. Gran, y quizá, última oportunidad.

Finalmente, pero no menos importante, el juego de la nostalgia entre Lakers y Cavaliers. El abrazo de adiós que marca el final de una generación y el reinado de otra.

El Clásico no nos decepcionó. Mantenemos nuestra postura que es un partido muy a la baja y que carece del condimento que se tenía en antaño cuando el América-Chivas paralizaba a todos los amantes futboleros del país, fueran o no de esos equipo, pero al menos en esta ocasión, debemos aceptar que el partido superó y por mucho nuestras expectativas.

El resultado fue el más normal y de ambos lados mostró cuáles son las fortalezas y demonios de los equipos. América sigue siendo un carrusel de indisciplinas y un equipo multifacético, capaz de hacer un juego extraordinario, malo, bueno, regular, penoso y excelente en tan solo 90 minutos.

En tanto Chivas, un clun que juega bien, que tiene corazón y garra, demasiado chato en ofensiva y con poca claridad para definir. Al Guadalajara lo está matando su ataque y la mala planeación que se hizo al inicio de campaña, no la presencia de Matías Almeyda.

El juego tuvo de todo. Buenas jugadas y buen ritmo, buenos goles, entrega y entendimiento de los jugadores al saber qué estaban jugando, polémicas arbitrales, golpes y emoción, sobre todo en el segundo lapso.

Es impresionante lo necesario que es Rubens Sambueza en América, y lo útil que es Carlos Peña cuando tiene la cabeza puesta en el partido. Ambos fueron lo mejor de sus respectivos equipos.

Al final, no sabríamos decir si fue o no justo el triunfo del América, pensamos que un empate hubiera sido lo más justo, pero, en el comentario Orvañanesco del día, en el futbol gana el que mete más goles… ¡Quioboleeee!

De hecho, al final, analizando cómo se fue cada una de las aficiones a casa, pensamos que la de América tendría que estar satisfecha con el triunfo, pero preocupada por lo mal que juegan; los de Chivas, a sabiendas que perdieron y que ciertamente estaba presupuestada esa derrota, un poco más tranquilos por la manera en que su equipo se comportó.

Con la defensa del título átomo, el campeonato interino de peso mosca en juego y el regreso de la mexicana Irene Aldana, la noche del viernes Invicta FC en su evento número 16 nos dejó ver a muchas de las mejores peleadoras del mundo enfrentándose en la jaula en Las Vegas, Nevada.

Ocho meses después de enfrentar a Tonya Evinger por el título y perder la segunda pelea de su carrera ante la ahora campeona de 135 libras, la mexicana Irene Aldana regresó a la jaula el viernes para enfrentar a Jessamyn Duke. Duke antes de la pelea tenía una racha de tres derrotas consecutivas y no se mantenía muy activa en las filas de UFC, por lo que migró a Invicta para ganar experiencia y terminar con la mala racha que sufría. Sin embargo, Aldana tenía otros planes para la estadunidense.

En el primer round de la pelea, la mexicana mostró un boxeo mejorado, conectando un gancho al hígado que mandó a Duke al suelo. Aldana se llevó la victoria por nocaut técnico y entregándole a Duke su cuarta derrota al hilo.

Con la victoria, Aldana se adelantó en la carrera por el título y tal vez pronto la veamos enfrentando a la campeona de la división de nuevo, o la veamos sumándose a las filas de UFC y su división gallo en un futuro próximo junto a estrellas como Miesha Tate, Ronda Rousey y Holly Holm.

Es altamente probable que no vaya a ser el QB titular del actual campeón de la NFL –reports señalan que los Broncos quieren a Ryan Fitzpatrick como su opción A en los controles- pero el cambio que Mark Sánchez tiene en su camino es uno de los más importantes de su carrera.

Luego de temporadas agridulces con las Águilas, el de sangre mexicana tiene ante sí el reto de llegar a un equipo que pese a la salida de Peyton Manning, debe ser considerado como un seguro candidato para repetir la corona de cara a la próxima campaña.

Un equipo bien armado cuya base seguirá, Sánchez puede pelear la titularidad y así tener la oportunidad de trascender en la NFL, dejar de ser el jugador promesa cuya etiqueta se le ha ido cayendo, y olvidarse de ese botón que dice que es un jugador sustituto cuya presión lo come.

Un arma de doble filo sin duda. Mark puede tener esa última gran oportunidad, y de desaprovecharla, empezar a olvidarse de la regularidad en su carrera. Por lo pronto, pensamos que le llega el chance en un instante en el que no merecía estar en un cuadro como Denver, así que resta solamente que el de sangre mexicana empiece a ser constante, a tomar decisiones inteligentes y agarrar el toro por los cuernos quitándose la presión que a veces lo ha consumido.

Tenemos sentimientos muy encontrados con el logro del PSG. Por un lado, en verdad amamos profundamente a Zlatan Ibrahimovic y en general nos encanta el futbol que profesa el cuadro parisino. En verdad, una parte de neustro corazón agradece que el cuadro de Blanc haya sido un destructor en la Ligue 1 y haya conquistado el campeonato a ocho fechas de acabar el torneo.

Pero por el otro lado, siempre seremos proclives a ver un futbol competitivo y parejo, que dé espacio a las sorpresas y que no sea del dominio de un solo club. Francia ya padeció hace varios años al Olympique de Lyon como la única escuadra que mandaba. Hoy, el PSG ya es tetracampeón de l Ligue 1 y visto lo visto, no parece que pueda haber un equipo que le quite en un futuro los chances de volver a coronarse.

Por el bien de Francia y de la Ligue 1, ojalá y muy pronto el Olympique de Marsella, Olympique de Lyon o el propio Monaco, sean capaces de hacer del torneo galo un futbol mucho más parejo y no tan predecible.

Finalmente, qué cosa lo de Ibrahimovic. Qué pedazo de futbolista que es. Y que ganas de verlo al menos unos años más en una liga de primer nivel de Europa, sea Francia, Inglaterra, España o donde quieran, pero que no sea este título el prefacio de una llegada adelantada al cementerio de elefantes que es la MLS.

Una noche de nostalgia es la que vivimos el pasado sábado cuando los Cleveland Cavs se midieron a Los Angeles Lakers.

Fue una noche de entrega de estafetas, de ver cómo un Rey le daba su corona al Príncipe que le sucederá en el trono. Fundidos en un abrazo y con la afición de los Lakers de pie, LeBron James despidió con una derrota a Kobe Bryant quien al final de esta temporada dirá adiós de las duelas.

Un apretón de manos, unas palabras de aliento, sonrisas y consejos de uno al otro, dos generaciones que se transmiten el legado de las tardes mágicas de NBA. Nunca más estarán frente a frente en una duela como profesionales.

Al final, Kobe Bryant fue el mejor jugador para su equipo al anotar 26 puntos, mientras que LeBron acabó con 24 unidades en un encuentro que acabó 120-108 para los Cavs.

Comienza el final de la generación que Kobe lidereó, y ahora más que nunca, se consolida la etapa James de la NBA, esa misma que hoy por hoy mantiene en una lucha constante al jugador de Cleveland y al de los Golden State Warriors, Stephen Curry.