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FIGHTLAND

Michael Johnson provoca a su oponente caído y también a nuestra rectitud

Para parecerse a Tank Abbott necesitará hacer peores cosas.

Los peleadores golpeándose e intercambiando cumplidos después de hacerlo es una paradoja humana del MMA. Era un detalle utilizado para defender el deporte hace años, e incluso ahora es un recordatorio de que hasta el resultado más salvaje se ve enmarcado por la competitividad. Sólo porque torciste el brazo de alguien hasta que desgarraste su tejido muscular no significa que debes ser amable después.

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Claro, existe una larga tradición de peleadores que se han burlado de sus oponentes caídos también, comocuando Tank Abbott noqueó a John Matua y se burló de sus brazos en UFC 6. O cuando Brock Lesnar encaró a Frank Mir justo después de convertir su rostro en algo salido de una película de terror en UFC 100. O cuando Ronda Rousey noqueó a Bethe Correia el verano pasado y le dijo "no llores", repitiendo lo que Correia le había dicho antes de la pelea. Si quieres convertirte en un personaje agresivo que a la gente le encante amar y ame pagar mucho dinero por verte, regodearte después de superar a tu oponente te ayudará a lograrlo.

Es difícil decir si Michael Johnson encaja en esa lista de peleadores. En la pelea estelar del evento UFC Fight Night Hidalgo, del fin de semana pasado, Johnson enfrentó a Dustin Poirier en las 155 libras, y el combate terminó con Johnson conectando a Poirier con un recto de derecha y un gancho de izquierda, luego conectó más golpes una vez que Poirier estaba en el suelo hasta que el réferi Dan Miragliotta le puso fin a la acción al minuto 1:35 del primer round, perdiendo la suela de su zapato en el proceso. Después de visitar a su esquina brevemente, Johnson caminó de regreso hacia Poirier, que aún se encontraba en la lona, con varias personas atendiéndolo, y le hizo gestos con los brazos como si fuera un mago o algo, luego pareció decirle "Fuck you". Regresó a su esquina y dijo, "Fuck him".

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Ser un cabrón con la gente que acabas de derrotar no lleva el mismo tabú que hablar sobre tus lesiones después de perder, pero no está lejos de eso. Para darle crédito a Johnson, después de la pelea abrazó a Poirier y se disculpó en la transmisión de Fox Sports. Después explicó por qué había perdido el temperamento.

"Conozco a Dustin desde hace tiempo y ya nos habíamos cruzado antes, así que sentí que me faltó al respeto con lo que dijo sobre mí ante la prensa y en las entrevistas", dijo Johnson. "Dijo que camino como si fuera alguien grande y que yo no era nada, entre otras cosas, y eso me molestó porque me he portado respetuoso siempre en mis entrevistas y todo. Eso demostró un punto y debió respetarme mas… Dije varias cosas después de noquearlo y me disculpé. Soy mejor que eso. Como dije, fue algo muy emocional. Dustin me cae buen y es un buen tipo. Estuve mal en decir lo que dije después, ahora me siento mal. Lo que dije quedó en el pasado, fue una buena actuación de mi parte u espero que podamos estar bien en el futuro".

Hay detalles que hacen dudar sobre la sinceridad de la disculpa de Johnson, pero la disculpa llega a la razón por la que se disculpó públicamente: estaba enfrentando a un rival del Sur de Florida y entró a la jaula después de semanas de provocaciones. Al obtener el lugar estelar en el evento, ser grosero con tu oponente significa que más personas terminarán viendo la pelea y así, el combate se vuelve una manera de descargar emociones, especialmente cuando acaba de manera tan enfática como Johnson vs. Poirier. Pero cuando termina en 95 segundos en lugar de 15 o 20 minutos, esas emociones no alcanzan a liberarse. Se quedan atrapadas y necesitan un lugar a donde ir. Convertirlas en provocaciones es de mal gusto, pero también es conveniente en ocasiones.

Y aunque es fácil ponerse santurrón al ver a los ganadores insultando a sus oponentes caídos, es difícil que esos sentimientos duren. Es debido a la naturaleza del mismo deporte: incluso una pelea entre dos oponentes que por lo general se comportan bien, termina con el ganador haciéndole cosas peores al oponente, peores que sólo dedicarle unas cuantas groserías. Sin embargo, la disculpa superficial de Johnson no borra el error que cometió. Pero de cualquier manera, para convertirse en la respuesta del 2016 a Tank Abbott, Johnson necesitará hacer peores cosas.