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FIGHTLAND

Jon Jones no quiere que la "energía" negativa de Big John le arruine la pelea

La tragedia de un artista, un exoficial de policía y un deporte peligroso.
Photo by Josh Hedges/Zuffa LLC

Jon Jones, excampeón peso semicompleto de UFC, le ha picado los ojos a sus oponentes desde hace años. Ya sea de manera intencional o no, estratégicamente o al no tener cuidado, como consecuencia se ha ganado una reputación de ser un peleador sucio, misma que ha opacado su reputación de ser un peleador brillante. Y aunque Jones nunca ha recibido una sanción por sus faltas, le ha llamado la atención a los réferis por eso, en especial a "Big" John McCarthy. Y eso, para Jones, se ha vuelto un gran problema.

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Y cuando Jones suba a la jaula en una semana para tratar de reclamar su cinturón y arrebatárselo a Daniel Cormier en UFC 200, McCarthy será el tercer hombre en la jaula con ellos. Cuando se anunció la semana pasada que McCarthy era el réferi asignado para la pelea, el campamento de Jones registró una objeción ante la Comisión Atlética del Estado de Nevada, pero no tuvo éxito. Luego ayer, en una conferencia de prensa, el mismo Jones dijo que si se salía con la suya, McCarthy sería reemplazado, aunque no declaró sus razones. Incluso después de un monólogo de dos minutos el disgusto que siente Jones por McCarthy siguió siendo críptico.

"Ha sido una mezcla de muchas cosas a lo largo de los años", dijo Jones. "Sólo la energía. No siento que tengamos la mejor energía. Es una acumulación de algunas de las cosas que sucedieron en alguna peleas y nuestras interacciones personales. No necesitas algo así en tu camino cuando estás enfrentando a un gran peleador como DC… preferiría a cualquier réferi excepto a él".

"Big" John durante los disturbios de LA.

Es difícil calificar de imprecisa la idea de la "energía", así que es probable que esa haya sido la razón de la NSAC para ignorar la petición de Jones para que le fuera asignado un nuevo réferi. Pero conociendo a Jones y a McCarthy como los conocemos —aunque sea de manera distante— no es difícil notar a lo que Jones se refiere, que un hombre como Jon McCarthy, el primer réferi de UFC, uno de los autores de las primeras reglas del MMA y exoficial del Departamento de Policía de Los Ángeles cuyo padre fue miembro del equipo SWAT y que trabajó durante los disturbios de Los Ángeles en 1992, el epítome de la ley y el orden en un deporte violento y caótico, le caería mal a un tipo como Jon Jones, el rey despreocupado del mundo de las peleas y prodigio del deporte para quien el MMA es una extensión de sí mismo y por tanto hace lo que le place, pero cuya "indiferencia" casual a las reglas que siguen los demás hombres se ha extendido a las afueras del octágono en múltiples ocasiones al mundo de las sentencias ocasionadas por incidentes vehiculares. Tan sólo recordemos la reacción de Jones cuando fue detenido hace algunos meses en Albuquerque, Nuevo México, cuando le dijo "mentiroso" y "cerdo" al oficial que lo detuvo, reacción que llevó al excampeón a recibir otra sentencia por violar su libertad condicional y por la que pasó una noche en la cárcel. Y es que Jones tiene un problema con la autoridad. Con razón está tan molesto de que le hayan asignado tal réferi. Un expolicía por si fuera poco, que podría arruinarle su oportunidad de redención en un día perfecto.

Cuando John McCarthy trabaje como réferi en la pelea de Jon Jones, le dirá a Jones que mantenga los puños cerrados y lo hará incluso antes de que Jones tenga la oportunidad de picarle los ojos a su oponente. Cuando Jones salga de su esquina en cuatro puntos como gato y alguien (digamos, Vitor Belfort) lance una patada a su cabeza, McCarthy los reprenderá por "andar jugando". Qué loca debe que ser esa intrusión desde antes de que ocurra la falta para volver loco a un tipo como Jones, tan creativo, impulsivo, y con la tendencia a romper las reglas cuando le conviene: ser un artista y que tus impulsos sobre la belleza y la invención sean opacados por mentes cuya única preocupación son las reglas y restricciones, cuando tienes la obligación como artista de ignorarlas cada que puedes. Ésta es la tragedia de Jon Jones: ser un artista en un mundo donde la única cosa que separa el deporte de la muerte son los réferis. Y el gran antagonista de la tragedia no es el oponente de Jones, Daniel Cormier, sino John McCarthy, la personificación de todo lo que desprecia el alma del artista de manera instintiva: las reglas, leyes, restricciones, límites, cadenas, el eterno"no, no, no".

"¿Eso es lo que te ganas por jugar?" ¡Sí! Soy Jon Jones y juego, improviso, busco, ya que mi alma me pide hacerlo. Y tu alma de policía me pide rectitud y obediencia.

Entonces, ¿Cómo podemos esperar que dos fuerzas opuestas tan grandes, dos energías antagónicas coexistan en un espacio tan pequeño como el octágono?