El Culto: Michael Vick

Los Estados Unidos cuentan historias de todo tipo. Aglomerar su masa sofocante de diferencias en narrativas que encajan en pausas comerciales es un deporte desesperante. Michael Vick, dejando de lado al Michael Vick que realmente creo que es, es material para una gran historia; del tipo que provoca palpitaciones en el productor encargado de hacer el tráiler. Recién salido del la universidad, y antes de la noticia dada a conocer en Newport Virginia —el tipo de lugar donde los niños conocen el sonido de un arma de fuego—, Vick reinventó la posición de mariscal de campo. Su manera de lanzar pases era buena, en ocasiones perfecta. Pero su manera de correr con el ovoide —estilo que los mariscales de campo antes de él utilizaban como un último recurso— tenía un nivel que obligó a los demás en su posición a hacer lo mismo, de lo contrario se verían limitados. Hasta este día, ostenta el récord de más yardas por tierra para un quarterback. Ágil, impulsivo, y atrayente.

Se consagró ante el público estadounidense. Apareció en la portada de Madden NFL de EA Sports, posó para marcas de tenis, y por coincidencia cultural, tuvo la suerte de jugar para Atlanta durante la época en la que Lil Jon (también residente de Atlanta) se la pasaba gritando frente a los micrófonos; en palabras de Lil Wayne, "Si Michael Vick no aparecía en tu vídeo, entonces no eran tan cool". Recuerdo disfrutar mucho cuando el rapero Scarface decía que la razón por la que la comunidad del hip-hop acogía tanto a Vick era porque, al igual que ellos, "Él podía convertir algo en nada". Supongo que por la emoción confundió las cosas, aunque Freud estaría encantado con esos comentarios.

Para celebrar a su nuevo superhéroe, los Falcons de Atlanta, equipo que seleccionó en primer lugar a Vick en el draft de 2001, lo convirtió en el jugador mejor pagado en la historia de la liga en 2004, con un contrato de 130 millones de dólares en 10 años, y con una cifra récord de 37 millones garantizados. Aprendí que los equipos de la NFL no están obligados a honrar el contrato en su totalidad —te lo digo en caso de que algún día amarres a un jugador con un precio muy alto y después tengas que cambiarlo porque sufrió una grave lesión durante un partido—. El tiempo promedio de una carrera en la NFL es de cuatro años; en 2015, Sports Illustrated concluyó que tres cuartas partes de jugadores terminan en bancarrota o sufren de presión financiera a sólo dos años de haberse retirado. Ya que existe un círculo de millones de dólares garantizados para los mariscales de campo (el 78 por ciento blancos) que dirigen a otros para hacer el trabajo sucio y quienes después son reemplazados perdiendo el menor dinero posible, uno tendría que concluir que los Estados Unidos no pierde tiempo creando narrativas simbólicas.

"Es un día genial para Michael, para los fans de los Falcons, y para toda la organización de Atlanta", dijo el presidente, Arthur Blank, cuando Vick firmó el contrato en 2004. "Ser el jugador mejor pagado significa nada para mí", declaró Vick. Agradecemos que lo haya aclarado. Años después haría las mismas declaraciones bajo circunstancias diferentes, intentando evitar más tiempo en prisión luego de que la policía de Virginia descubriera los cuerpos de un gran número de pitbulls que habían sido ahorcados, ahogados, electrocutados y recibido disparos en el bosque detrás de la propiedad de Vick.

Una vez que se descubriera el criadero de perros —lugar donde se llevaban a cabo peleas clandestinas—, los estadounidenses pudieron ver al miembro favorito de la familia llamada "entretenimiento". El paso siguiente: la caída libre. Todos conocemos la escena: helicópteros de canales de noticias sobrevuelan la propiedad, tipos con rostros serios vestidos de azul marino desfilan por las cámaras, y el presentador de noticias hace su mejor esfuerzo para dramatizar el suceso, " Michael Vick, el famoso mariscal de campo de los Falcons de Atlanta, quien hasta el momento…". La razón por la que gran parte de los estadounidenses son vistos como desquiciados ante los ojos del mundo es porque sus cabezas quedan hipnotizadas con este tipo de producción, como un gato que persigue un láser y después no puede soltarlo.

En los bosques de Virginia la realidad fue macabra. Más de 70 perros enjaulados, principalmente "pitbulls en distintas condiciones", una arena para pelear y, por último, un lugar para enterrar a aquellos que no eran "lo suficientemente buenos". Llegué a pensar —después de un tiempo dejé de hacerlo— que incluso en un escenario tan cruel, los perros no tenían por qué ser ahogados o colgados para deshacerte de ellos. ¿Se trata de un castigo, no? Antes de llegar a las consecuencias legales, las consecuencias de Vick con el pueblo estadounidense fueron inevitables; Las críticas de la televisión, los patrocinios esfumados, etc. En la corte cambió su declaración de no culpable a culpable por las peleas de perros y crueldad animal —"Fue, literalmente, como estar en un set de Hollywood", comentó un periodista el primer día del juicio—. En 2007, la Unión Americana fue testigo de la sentencia de Vick de 23 meses por peleas de perros y crueldad animal.

Si te gustan las historias estadounidenses, sabías que ahí no terminaría la trama. Sabías lo que vendría una vez que Vick saliera de prisión y se disculpara. ¿De qué otra forma podría hacerlo? Hasta podemos ver el set para la entrevista exclusiva. Para este punto, el caso se pone interesante. Después de su disculpa, a Vick se le permitió regresar a la NFL, bajo el lema de "rehabilitación", y también porque contaba con un ángel de la guarda, el mariscal de campo de Filadelfia, Donovan McNabb, quien lo contrató como suplente. Y también porque alguien de peso en la organización de los Eagles creyó que podría "hacerles la chamba" a un bajo costo. A finales de temporada, McNabb se lesionaría y Vick tendría una magnífica campaña que casi le otorga el Santo Grial de la industria del entrenamiento, mejor conocido como "La redención". Ninguna defensiva podía evitar el asedio de Vick. Sacó a Filadelfia de una desventaja de 31-12 ante los Giants para ganar el partido 38-31 en los últimos ocho minutos. Pero aún así no le alcanzó, algo sucedió con su mente. Serían eliminados en la primera ronda de la postemporada.

Francamente, nada de eso me interesa. Sigo sorprendido por lo que sucedió durante la entrevista de la disculpa.

¿Cómo sabes si está mal organizar peleas de perros? Por sentido común, ¿no? Si no pueden sentir empatía por un perro, que hará básicamente todo por ti con tal de que le permitas ser su amigo, entonces tal vez tú y la empatía tienen un problema. Las personas más grandes de su barrio echaban perros a pelear, y la policía no parecía muy consternada por ello. "Eso me hizo pensar que tal vez no era tan malo como parecía", declaró Vick. Ok, puede que califique como una justificación, pero comprar toda una propiedad, específicamente para peleas de perros y un matadero en la parte trasera, son palabras mayores.

En los primeros minutos de su disculpa, Vick me pareció completamente oprimido por la experiencia. Después me puse a pensar, "¿En qué momento se le cortará la voz? ¿Por qué sonríe? Se puede ver una ligera sonrisa en su rostro todo el tiempo. "¿Lloraste muchas noches? Nada mejor que un "Ajá" como respuesta acompañado de una ligera sospecha, y una sensación de que todo estaba ensayado, "Me preguntas su lloré y yo re respondo que sí. Yo gano".

Las personas como él lo tienen bien ensayado, y saben lo que la sociedad educada —como Estados Unidos quiere que sea— espera de ellos. Sospecho que Michael Vick —el verdadero Michael Vick— pensó que, si quería torturar a unos cuantos perros en su casa, era su asunto y de nadie más porque era una superestrella.

En Estados Unidos, las superestrellas no pueden ser así. Mi primera entrega para "El Culto" fue sobre Michael Jordan, quien continúa siendo un dios viviente principalmente porque, creo, su carrera encajó con una narrativa televisiva creíble. Lo cual es un logro bastante divino si lo piensas con detenimiento.

3) Necesidad de estimulación. 5) Astuto y manipulador. 7) Afecto superficial. 8) Insensibilidad y ausencia de empatía. 14) Impulsividad. Algunos puntos en la lista de Robert Hare sobre psicopatía (1980).

A pesar de ello, Michael Vick se ha esforzado para crear campañas en contra de la crueldad animal desde que salió de prisión. Su discusión sobre cómo mejoró jugando ajedrez en la cárcel es uno de los discursos más absorbentes que he escuchado de un atleta. La vida no sólo es blanco y negro.