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de tres dedos

De Tres Dedos: Maestro, es usted político, también ponga el ejemplo

Un juego de irregularidades donde el reglamento vale para nada y donde todos son complices de lo mismo.
Foto: Mexsport

En un mundo paralelo, él tendría que ser el primero en poner el ejemplo. Cuauhtémoc Blanco, un tipo letrado y consciente del papel que juega actualmente en la política, vistas las violaciones a cualquier clase de reglamento tendría que atreverse con todo el dolor de su corazón, a negarse a jugar en su partido de despedida.

Pero en este país del revés, ni el Alcalde de Cuernavaca es un tipo con un alto grado de educación y tampoco se atreverá a decir que no a su despedida pese a las evidentes violaciones al reglamento por parte del América. Diríamos que Blanco es el menos culpable de la historia, pero con el cargo que tiene, acaba siendo un complice en este tema de hacer lo que a cada quien le plazca.

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En México los reglamentos sirven para nada y para lo mismo. Perdón, sirven para chingar al menos poderoso y proteger al más influyente. Con el debido respeto, no es lo mismo Puebla, Veracruz o Santos Laguna que el América y el nivel de peso que Televisa tiene adentro de la Federación Mexicana de Futbol.

A las Águilas la planeación les falló. Un reconocimiento para uno de los más grandes ídolos del América que se cocinó al vapor y seguramente, con más de uno en contra. Cuando el OK se dio, el torneo ya había empezado, era el instante para mover influencias y hacer lo que se quería.

¿Cuántas veces se ha hablado de un adiós digno para Cuauhtémoc? ¿Cuántas veces se ha cuestionado que a Blanco se le dé el espacio ideal para vestir por última vez la playera del América? Muchas, enemil ocasiones. La directiva azulcrema pudo haber hecho esto desde antes y simplemento no quiso.

No es ideal para el aspecto deportivo poner a jugar a Cuauhtémoc cerca de 30 minutos, pero bueno, allá ellos si el rival no aprovecha la falta de ritmo del futbolista. Pero por encima de todo, no es el momento para que Blanco haga sus ojos a un lado de sus responsabilidades en una de las ciudades más golpeadas por la violencia en México.

Hace unas horas, Enrique Borja, uno de los máximos ídolos históricos del futbol mexicano defendía el adiós de Blanco con estas palabras:

Yo no sé si él pueda estar o no registrado, se están especulando una serie de cosas que están enturbiando un poquito una situación que debe ser natural, y se está hablando más de esto que del mismo homenaje lamentablemente, yo creo que debe ser tan claro como que Cuauhtémoc pueda jugar un partido como él hubiera querido

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En efecto, todos deberíamos tener derecho a tener un adiós digno, en cualquier aspecto de la vida, el tema será cuando a la vista de todos, pisas un reglamento que se ha ido escribiendo con el paso de los años, leyes que en algún momento Borja tuvo que dar a respetar cuando fue directivo de la Federación y de algún equipo que estuvo agremiado. Si somos nosotros, deportistas, ex deportistas, periodistas, aficionados o ciudadanos comunes y corrientes los que permitimos que pase esto, entonces nos importa poco que se sigan cometiendo atropellos en temas más importantes de nuestro día a día.

La decisión de permitir el registro de un futbolista luego que el torneo inició y con un número que ya había sido utilizado por otro futbolista es completamente equivocada y erróneo y sienta un pésimo precedente en nuestra liga. Un precedente que da la posibilidad al resto de los equipos para hacer lo que quieran en el momento que lo deseen sin pensar siquiera en recibir algún castigo mínimo.

Blanco tiene responsabilidades políticas con la gente que confió en él. Foto: Cuauhtémoc Blanco.org

Como pasa con el resto de agravios a la ley en este país, el caso Cuauhtémoc Blanco no será atacado por nadie. Habrá una ligera explicación sin derecho a réplica y poco a poco será archivado por parte de nuestros dirigentes. Cuauhtémoc Blanco jugará su partido, se preparaá a consciencia como él mismo definió, haciendo a un lado sus deberes y obligaciones los cuales la gente le confió en el momento de dar su voto y finalmente tendrá sus 30 minutos de despedida en un partido cualquiera de Liga mexicana bajo la justificación que se da por el centenario del club.

El resto, nos iremos a casa con el sinsabor de ver que aquí, el político hace lo que quiere, y que los reglamentos no funcionan, todos somos simples espectadores de los titeres que hablan a través de los que mandan.

Querido Cuauhtémoc, nunca fui fan del América, pero sí de la selección nacional. Te odié y te apludí como jugador, defendí tu juego, tu carácter y tus indisciplinas, tu genio y tu figura. Critiqué que ante tu poca educación y tu nula vocación política osaras siquiera, presentarte a un cargo de votación popular, y por supuesto que me preocupé cuando ganaste tu puesto. Hoy, maestro, tendrías que poner el ejemplo y comerte un adiós que no te querían dar y que te negaron anteriormente, por hacer lo correcto. Ser tú el que pone el ejemplo…