FYI.

This story is over 5 years old.

La pura puntita

El problema son los bancos

Cartas a Wall Street.
N
por N+1

Traemos adelantos de los libros que te van a ensartar en las mesas de novedades.

Después de la crisis financiera desatada por los bancos en 2008 muchas de las personas que perdieron todo, echaron mano del único recurso que tienen los débiles: la escritura. Estas cartas muestran la esperanza de muchas personas por encontrar salidas al robo descarado de los bancos, y se muestra el apoyo y la conciencia que se empezó a crear entre los ciudadanos en torno a una crisis compartida. El problema son los bancos. Cartas a Wall Street es publicado por Editorial Sexto Piso, y pone sobre la mesa un valioso ejercicio realmente democrático que quizá en México deberíamos replicar, en unos cuantos asuntos que nos conciernen.

Publicidad

1. OBERTURA

No conseguí una modificación del préstamo hipotecario por haber puesto mal el número de teléfono en la solicitud

Destinatario: Charles H. Noski

Banco: Bank of America

Hola, Charles,

Me llamo Matt. No me conoces, pero soy cliente de Bank of America. Hace unos años, mi hipoteca Countrywide la compró Bank of America y llevamos juntos desde entonces. En estos momentos tengo pendiente de pago 150 000 dólares de mi casa y estoy pasando un bache laboral. Para no perder la vivienda, tengo dos empleos, pero llevo dos años intentado conseguir una modificación del préstamo, sin éxito. Ya lo he intentado en tres ocasiones.

No voy a dar todos los detalles, pero la última vez que pedí una modificación del préstamo hipotecario me la denegaron por haber puesto en la solicitud el número de teléfono fijo, en vez del móvil. Como nunca estoy en casa, porque trabajo 65 horas semanales, no oí los mensajes que me dejaron en el contestador. Por ese motivo, Bank of America se negó a concederme una modificación del préstamo.

Cuando llamo al banco, cada vez me dan una explicación diferente. Puedo pasarme varios minutos hablando del tema con el ejecutivo A, pero si llamo media hora después, se pone el ejecutivo B y me da una respuesta distinta sobre el mismo asunto. Es decir, la mano izquierda no sabe lo que está haciendo la derecha. Entre tanto, la deuda me va ahogando lentamente.

Entonces, descubrí que en 2009 Bank of America pagó cero dólares de impuestos; en 2010 fue igual, según tengo entendido. Pero el banco ha recibido 100 millones de dólares de rescate, procedentes de nuestros impuestos. ¿Y yo qué he sacado en claro? Nada. Si me lanzo a la calle a intentar ganar algo de dinero y no lo consigo, ¿por qué me va a pagar el gobierno mis deudas?

Publicidad

¿Entiendes lo que te estoy contando, Charles? No entiendo cómo una empresa que no contribuye con el dinero que le corresponde, porque evita pagar impuestos usando los coladeros legales inventados por sus perros falderos (¡tenemos el peor Congreso de todos los tiempos!) ha podido recibir un rescate.

Lo que yo pretendo es conseguir una modificación de mi préstamo hipotecario (porque me encanta mi casa y quiero conservarla), como tantos otros ciudadanos estadounidenses trabajadores, honrados y buenos, trabajando y pagando mis impuestos. El rescate te ha beneficiado, porque ha servido para pagarle el sueldo a los empleados de Bank of America, además de los sobresueldos correspondientes, pero a mí me dejan tirado porque he puesto el número de teléfono equivocado en la solicitud.

Quizá haya alguien en su banco que me pueda explicar esto, porque no lo entiendo, sencillamente. Les estaría muy agradecido si alguno de ustedes me dedica un par de minutos para aclararme el asunto.

Atentamente,

Matt Seufert

Spring Valley. California - 91978

• • •

Por favor, dejen en paz a mi padre

Destinatario: Lloyd H. Dean

Banco: Wells Fargo

Querido Lloyd,

En mayo de 2007 me convertí en la primera persona de mi entorno familiar en conseguir un título universitario. Me he licenciado a los 38 años, con una deuda de más de 100 mil dólares en créditos universitarios contratados con entidades privadas. Mi padre, un jubilado de 74 años, había avalado con su firma la mayoría de estos créditos, pero, en septiembre de 2008, perdió su pensión de 70 mil dólares al producirse la crisis bancaria.

Publicidad

En septiembre de 2009, cuando llevaba sólo un año trabajando, me despidieron por los recortes. Durante la mayor parte de 2010 estuve sin trabajo. En 2011 se me acabaron los aplazamientos para la devolución de los créditos universitarios. Entonces, los bancos empezaron a perseguir a mi padre, cuya firma aparecía junto a la mía. Le han quitado la línea de crédito y le han anulado el préstamo hipotecario, aunque jamás se había retrasado en los pagos.

En junio de 2011 mi padre acudió a un abogado para intentar reducir las mensualidades a una cantidad acorde a sus ingresos. En octubre de 2011 se le comunicó que el abogado no había conseguido rebajar la cifra lo suficiente. Mi padre me escribió una carta explicándome que iba a tener que vender el seguro de vida y rehacer el testamento para proteger a mi hermana y mi madrastra.

La carta llegó el sábado pasado. El domingo mi padre tuvo un derrame cerebral. Ahora Wells Fargo le está agobiando con los pagos de otro crédito universitario.

Le ruego que, por favor, dejen de presionar a mi padre hasta que yo consiga un trabajo que me permita hacerme cargo de las mensualidades.

Siempre pensé que hacer una carrera era la única manera de triunfar en la vida. Ahora me arrepiento todos los días de mi vida.

Sinceramente,

Deena DeNaro

Durham. Carolina del Norte – 27701

• • •

El señor de la calefacción

Esta semana he tenido que llamar al caballero que se encarga del mantenimiento de mi calefacción. Tendrá unos setenta años, por lo que le cuesta caminar y, sobre todo, subir y bajar las escaleras. Al verle, le pregunté cuándo se iba a jubilar. «¡No me lo puedo permitir!», me dijo. Hace cuarenta años le vendieron un seguro por el que empezó a pagar 50 dólares al mes. Una cifra ridícula en Wall Street, pero él llevaba cuarenta años pagándola todos los meses, es decir, durante casi 500 meses. Al final, debido al excesivo riesgo sistemático y a la corrupción del sistema financiero, esta inversión le dio un total de 5 000 dólares. Es probable que no conozca todos los detalles del «Gran Casino» en el que se ha convertido nuestro sistema financiero, pero sabe lo suficiente como para diagnosticar el problema: «Son todos unos ladrones». El resto de nosotros también lo hemos ido descubriendo. Somos muchos millones y estamos en ello…

Publicidad

Joel Roache

Salisbury. Maryland – 21801

• • •

Adiós

Soy un cliente fiel de Bank of America desde 1982. Pero esta tarde he estado hablando durante un buen rato con una chica que era alumna de mi marido. Es una enfermera recién divorciada. Tiene contratada una hipoteca con Bank of America. Lleva once meses desesperada, intentando renegociarla.

Pero su departamento de préstamos le impide avanzar, porque se limitan a pedirle unos impresos que ya les ha entregado.

No les hemos dado los rescates bancarios para que los ejecutivos tengan sueldos y sobresueldos aún más desmesurados. Han producido la crisis por prestar dinero sin control y pensábamos que iban a usar el dinero del rescate para encarrilar el asunto de los préstamos, no para arruinar a más personas y crear más malestar.

Pienso cerrar mis dos cuentas con Bank of America y anular mis dos tarjetas Visa con Bank of America. Pero, discretamente. (Tengo presentes las detenciones de hoy en relación con Citibank y, a mis 72 años, no tengo ganas de pasarme la noche en la cárcel). Mi dinero lo meteré en una cooperativa de crédito.

Anteriormente:

Cómo ser mujer

Lee más adelantos en nuestra columna semanal La pura puntita.