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Los hombres retorcidos

El crimen organizado es muy buen negocio

Unirte a una organización criminal es muy similar a entrar a trabajar a una firma de abogados o a cualquier institución grande.

El arresto en 2008 de Antonio Iovine, uno de los jefes de la Camorra que presuntamente dirigía el negocio altamente lucrativo de gestión de desechos para el clan Casalesi. Ilustración por Jacob Everett.

En el imaginario estadunidense, ser parte del crimen organizado significa vivir en mansiones de gran belleza, tener autos lujosos y estar rodeado de mujeres hermosas. Nada podría estar más alejado de la realidad. La vida de un mafioso es horrible, deprimente y casi monástica. La gente no se da cuenta de que los mafiosos, incluso los jefes, viven como ratas de alcantarilla. Se ven obligados a esconder la riqueza que han acumulado. Arriesgan su vida y la de su familia. Se vuelven fugitivos que habitan en refugios subterráneos diminutos de apenas unos metros cuadrados y muy pocas veces tienen la oportunidad de ver la luz del día y a sus seres queridos. Desde el primer momento que escogen ese camino, saben que sólo puede acabar de dos formas: en la cárcel o asesinados por sus enemigos.

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Me refiero específicamente a los mafiosos de hoy en día, a la generación actual de criminales italianos influyentes, adinerados y poderosos. Su vida se resume a dos objetivos: poder y dinero. Sin embargo, eso no significa que lo van a conseguir de inmediato.

Cuando te unes a la mafia, empiezas con un salario bajo. Si pertenecieras a la organización criminal de Calabria llamada 'Ndrangheta, tu puesto sería picciotto d'onore ("niño de honor"). Si pertenecieras la organización mafiosa de Nápoles llamada Camorra, serías guaglione ("niño"). Sin importar el nombre de tu puesto, de todas formas no ganarías mucho, aunque sí ganarías más que en cualquier otro empleo legal que pudieras conseguir en la región Sur de Italia. Al principio te pagan entre 35 mil y sesenta mil pesos al mes. Después, cuando asumes más responsabilidades (si es que sobrevives), tu salario aumenta hasta que ganas entre 95 mil y 180 mil pesos al mes. Si te esfuerzas y llegas a ser la mano derecha del jefe, puedes recibir un estipendio mensual de entre 450 mil y 550 mil pesos. Si alcanzas la posición de vicecapo, segundo al mando después del jefe, ganas cerca de 1.9 millones de pesos al mes. Y bueno, es imposible calcular cuánto ganan los jefes.

En general, las organizaciones criminales se componen de un gran numero de integrantes pero la mayoría de ellos no gana mucho dinero a pesar de que sus tareas son muy peligrosas. Sin embargo, los jefes de zona (aquellos que controlan un territorio fijo o "piazza") y los capos pueden llegar a ganas sumas muy significativas. Se cree que los miembros de La Santa, una sociedad secreta formada por los miembros de más alto rango de la 'Ndrangheta, ganaban cerca de 1.9 millones de pesos al mes. Los jefes de zona en el distrito de Scampia (la cuna del narcotráfico napolitano) reciben mensualmente entre 950 mil hasta 1.9 millones de pesos. Además del dinero, también hay otros beneficios como autos, propiedades y acciones de sus empresas legales.

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Cada clan tiene su propia forma de asegurar a sus empleados. Si tienes un hijo discapacitado, tu salario base aumenta. Si (o cuando) mueres, tu familia recibe dinero para tu funeral y una "pensión por muerte". Cuando muere algún miembro de un clan poderoso, la familia puede decidir si quiere recibir una sola suma del equivalente a 1.9 y 3.7 millones de pesos o un estipendio mensual para la viuda, la madre o la novia (en caso que tenga hijos) del difunto. También se otorga una pensión a la familia en caso de que el "empleado" sea encarcelado.

Nunca voy a olvidar la escena que presencié hace unos años en un juzgado en Nápoles. Era el juicio de un miembro de Camorra. Fui, como suelo hacerlo, a ver qué pasaba en el juicio. Cuando leyeron la sentencia, vi a uno de los acusados, de apenas 24 o 25 años de edad, cubrirse el rostro con las manos justo en el momento que escuchó que iba a pasar ocho años en prisión. Estaba dentro de una jaula diseñada para que los detenidos puedan participar en el juicio. Uno de los policías encargado de cuidarme trató de consolarlo al ver lo joven que era. "Vas a ver que si te portas bien, van a reducir la sentencia", dijo el policía.

"Además, apenas es el primer nivel. Aún puede cambiar la sentencia". (En Italia hay tres niveles en la corte y en los primero dos se permiten apelaciones).

El chico alzó la mirada y respondió: "¿Y ahora? ¿Quién le va a decir a mi esposa que sólo me dieron ocho años?" Resulta que estaba molesto porque, según las normas de a organización, si le daban una sentencia de diez años, su familia podría recibir el equivalente a unos sesenta mil pesos al mes. Pero como sólo le dieron ocho años, a lo mucho recibiría la mitad de esa cantidad.

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Como crecí en el territorio de Camorra, sé que los asesinatos no son bien remunerados. Las ejecuciones son encargos especiales independientes de las tareas diarias del crimen organizado. Los asesinos reciben entre 45 y sesenta mil pesos por encargo, entre otras prestaciones. Después de la ejecución, el asesino es trasladado a un lugar más seguro, lejos de la zona donde trabaja normalmente. Una vez, hace algunos años, un sicario asesinó a una mujer en Nápoles por una cantidad aproximada del equivalente a 37 mil pesos. El sicario torturó, asesinó y quemó a la mujer. Después lo enviaron a Eslovaquia para que las autoridades no pudieran localizarlo.

Unirte a una organización criminal es muy similar a entrar a trabajar a una firma de abogados o a cualquier institución grande. Empiezas ganando lo suficiente para vivir pero sabes que así son los requerimientos. Al principio, las tareas son rutinarias y a veces humillantes pero con el paso del tiempo ganas más prestigio, te vuelves más rico y también más importante. Los 36 mil pesos que gana un picciotto hoy podrían convertirse en millones si llega a ser jefe –un proceso que, con suerte, podría tomar sólo un par de años. Ser sicario es lógico cuando perteneces a la mafia ya que un asesinato hace crecer tu carrera. No puedes ser un jefe de la mafia si no posees talento militar y visión económica. Si sólo eres un soldado o un profesional de cuello blanco, nunca podrás llegar a ser jefe.

De vez en cuando, es posible que un clan se quede sin dinero, probablemente porque han estado bajo mucha presión mediática o policiaca. Para solucionar este problema, recurren a extorsionar más a los negocios. Por ejemplo, en Navidad, un clan puede obligar a duplicar el precio del panettone (pan navideño tradicional en Italia) para pagar los bonos de fin de año de los miembros encarcelados. En casos extremos, cuando el clan en serio no tiene nada, puede llegar a autorizar robos. Aunque es muy raro que la mafia italiana llegue a robar —al igual que la prostitución, el robo se considera "sucio", es decir, un crimen poco honorable—. (Por otra parte, la mafia está de acuerdo en recibir un porcentaje de las ganancias cuando las actividades mencionadas se llevan a cabo en su territorio).

La seguridad es la mejor oferta que hacen las organizaciones criminales como la mafia a sus miembros. Si haces un buen trabajo, obtienes recompensas. Si cometes un error, mueres o vas a la cárcel por mucho tiempo. Pero hasta en ese momento, siempre habrá alguien que cuide de tu familia y que pague a tus abogados. Hoy en día es muy difícil conseguir esos beneficios. ¿Cuántos empleados tienen la garantía de recibir una compensación si resultan heridos en su trabajo? ¿Cuántas personas trabajan de forma honesta por varios años en el mismo trabajo sin que les den un aumento decente? Este es el verdadero poder, y el encanto, de la mafia.

Roberto Saviano es escritor y periodista italiano. Es autor de Gomorra y Cero Cero Cero. La policía lo ha protegido por ocho años debido a que Camorra lo amenazó de muerte. La película Gomorra, basada en el libro, ganó el Gran Premio del Jurado en la edición 2008 del Festival de Cannes. La serie de televisión estrenada en 2014 se emitió en cincuenta países.

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