Pasé una noche con el mejor club cazador de ratas en Nueva York

FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Pasé una noche con el mejor club cazador de ratas en Nueva York

No importa cuál sea la población actual, no cabe duda de que estos roedores son una amenaza significativa y han proliferado en áreas con población densa, que es donde menos son bienvenidas.

Fotos por Johnny Milano.

Matt Combs, egresado y asistente de investigación en la Universidad de Fordham, en Nueva York, está distribuyendo en el metro un panfleto con un resumen fácil de leer sobre la investigación que realizó acerca de la población de ratas de Manhattan. Me cuenta que la población de ratas en Manhattan es bastante grande pero que no hay suficientes estudios que lo demuestren. Existe una teoría que afirma que hay el mismo número de ratas que de habitantes en la ciudad de Nueva York (8.4 millones). También, según un estudio reciente basado en un análisis estadístico donde se reunieron datos de las llamadas al 311 para solicitar el servicio de captura y liberación de ratas, se cree que la población de ratas alcanza los dos millones.

Publicidad

Combs utiliza parte de esta información para determinar la densidad de la población y planear su muestreo como corresponde pero su principal interés se enfoca a otro aspecto. "El objetivo de nuestra investigación es entender cómo sobreviven las ratas en este ambiente, lo que les beneficia y lo que les perjudica, así como la forma en que se desplazan en esta matriz urbana llamada Manhattan", explica Combs.

Nueva York es un área de tal interés para realizar estudios sobre ratas que hasta tiene su pr​opia página en Wikipedia. Según Combs: "La ciudad es un nuevo ecosistema para la vida silvestre que posee un paisaje físico único y una presión de selección que depende del desarrollo y el estilo de vida de los humanos".

Los científicos de Fordham observan los patrones de la conectividad genética entre el ADN de las ratas seleccionadas en varias partes de la ciudad para tratar de desarrollar "mecanismos para entender los efectos de los factores físicos, como los túneles del metro y los parques, así como las variables en los paisajes inducidas por la sociedad, como el ingreso promedio y la densidad de la población humana".

Para lograrlo, Combs y su empresa pasaron la mayor parte del verano recolectando muestras de las trampas que colocaron a lo largo de toda la ciudad. Con el transcurso del tiempo, Combs descubrió un método de recolección que era, entre de otras cosas, mucho más eficiente.

Publicidad

Les presento R.A.T.S., o Ryders Alley Trencherfed Society, un nombre acuñado por Richard Reynolds, el organizador, un hombre que aún no conozco pero pronto lo haré gracias a Combs. Iremos al parque llamado Tompkins Square Park con un grupo de perros terrier propiedad de Reynolds y sus compañeros de R.A.T.S.

Richard Reynolds.

Al hablar sobre la población de las ratas, Raynolds prefiere responder de forma ambigua con un simple: "No sé" porque no le interesa en lo absoluto hablar sobre "estadísticas calculadas por tarados". Él es esa clase de hombres que discuten los temas con indiferencia y con una franqueza tan cómica que hasta parecen eruditos. Sabe que probablemente los resultados de la investigación basada en las llamadas al 311 no sean correctos debido a los factores socioeconómicos que afectan la frecuencia en que los habitantes llaman al 311 para solicitar asistencia por la plaga de ratones en el hogar.

El American Ken​nel Club le otorgó la autoridad para ser juez en los concursos de perros, participa en la asociación dedicada a la crianza y protección de sabuesos llamada Master of​ Foxhounds, tiene seis perros que cuentan con una certificación de caza de roedores emitida por la institución American Working Terrier As​sociation y además es socio mayoritario en una firma de consultoría e investigación financiera, es decir, es un detective privado que va tras los criminales de cuello blanco. Y en noches como ésta, es un sujeto al que le gusta salir a cazar ratas con perros.

Publicidad

Con esos antecedentes, no es rato que le interese un pasatiempo tan excéntrico. Es un criador de perros que ama salir de caza. A su edad, y considerando que vive en Nueva Jersey, es mucho más lógico sacar a sus perros terrier a cazar por la ciudad que montar un caballo y pasar todo el día persiguiendo sabuesos que persiguen zorros.

Además, cazar ratas es mucho menos burgués y más rudo que cazar zorros. Y así evita los lloriqueos de nosotros los humanos por nuestra empatía moralista. Aunque cazar ratas es un pasatiempo conocido, no es muy aceptado socialmente porque los humanos tienden a pensar que los zorros son superiores a las ratas, incluso aunque se supone que ningún zorro debe morir durante una sesión de caza de zorros.

Aunque las ratas son un blanco fácil. En especial para R.A.T.S. y su diversidad de perros criados específicamente para cazar lo que se conoce como "plagas". Reynolds dice que a veces deja que sus perros —como Catcher, el bedlington terrier que trajo esta noche— mastiquen ratas congeladas cuando aún son cachorros para que desarrollen un gusto especial por ese sabor. O si no, cuando compra cachorros, espera hasta que tengan dos años de edad y es entonces cuando empiezan a mostrar sus habilidades para esta tarea.

El Bedlington terrier es hábil tanto para rastrear las ratas hasta sus refugios subterráneos como para cazarlas. Los otros dos perros que nos acompañan esta noche son Paco, un guerrero que es muy bueno para perseguir las ratas que ya asustaron los terrier, un westy, un border terrier, y un perro salchicha.

Publicidad

Su comportamiento predador adorable y, de hecho, la matanza es tierna. En cuestión de horas, el grupo logró cazar seis ratas, cuatro de las cuales fueron capturadas por el westy (llamado Hunter acertadamente), una raza que te mata de ternura. Cuando atrapan a una rata, los perros juegan con ella como su fuera un par de calc​etines sucios por un rato hasta que la sueltan para que Combs la recoja (usando guantes), la mida, tome algunas muestras y la tire en un bote de basura cercano.

Mientras Combs pesaba dos ratas y les arrancaba la cola para hacer pruebas de ADN —que por cierto era el espécimen número doscientas que atrapaban—, hubo un momento en que Catcher recogió una rata del suelo y la puso frente a mis pies. El ojo de la rata colgaba como en las películas de terror, cuando está fuera pero sigue unido a la cabeza gracias a un tejido musculoso y se ve tan asqueroso que no puedes verlo por mucho tiempo.

Como era de esperarse, nuestro equipo era como un espectáculo para los transeúntes. Y el equipo de R.A.T.S. disfruta la atención tanto como sus perros. Siempre describen con orgullo su misión, en especial porque nadie se opone a lo que hacen. En vez de eso, preguntan cosas como: "¿Qué hacen con las ratas muertas?" o "¿No se enferman los perros?" o "¡Qué bueno que hacen esto!"

Y si a algún transeúnte le interesa unirse al juego, Reynolds dice que "todos son bienvenidos". Pero si el invitado o su perro no cazan bien, entonces no los volveremos a invitar. Lo único que perjudica a R.A.T.S. es la falta de organización que tienen los cazadores. Aunque usualmente se requiere una licencia para cualquier actividad de caza, técnicamente no están haciendo nada ilegal. Además, los policías siempre están dispuestos a guiar al grupo hacia la dirección correcta.

Publicidad

No importa cuál sea la población actual, no cabe duda de que las ratas son una amenaza significativa y han proliferado en áreas con población densa, que es donde menos son bienvenidas. Ésta es una de las razones por las que la investigación de Combs es tan interesante, porque es un vistazo a cómo las ratas logran sobrevivir e incrementar su población con velocidad a pesar de todos lo que hagan los humanos. Crecen tanto que cada que una persona ve una rata, asegura que es la más grande que ha ​visto​ en toda su vida.

Conforme avanza la noche, los miembros de R.A.T.S se dispersan y se dirigen a sus hogares. Al momento de la despedida, Reynolds y Bill Reyna, el entrenador de Paco, profesan su "gran respeto" por las ratas como si fueran dos personajes omniscientes de una novela de Faulkner.

Las actividades de R.A.T.S no afectan la vida de las ratas en la ciudad; el equipo no está tratando de eliminar a los roedores porque entonces no tendrían qué cazar. En vez de eso, lo que tratan de hacer con la investigación de Combs y las bases que están sentando para el deporte urbano de la caza con perros es ayudarnos a entender mejor cómo es que los genes de ambos animales intervienen en el funcionamiento de sistemas ecológicamente únicos.