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La tierra murió gritando

​Los gringos siguen usando sonares y las ballenas todavía los odian

Imagina una nave espacial flotando encima de algún lugar a 300 metros de altura, moviéndose a cinco kilómetros por hora y detonando explosiones cada diez segundos durante 24 horas al día sobre criaturas marinas que no ven bien y que dependen de su oído...

Fotografía por Eva O'Leary.

En marzo, 75 científicos de varias universidades y grupos ambientales escribieron una carta conjunta al presidente Barack Obama, en la que le pedían que impidiera los planes de exploraciones sísmicas de petróleo y gas en la costa este del país.

"Esta actividad representa una importante amenaza para la vida marina de la región", escribieron, y añadieron que este tipo de búsqueda de energías en la costa podría incrementar "la mortalidad y la morbilidad" entre la vida marina del área oceánica, incluyendo a una gran variedad de especies de ballenas en peligro de extinción.

Las pruebas sísmicas, también llamadas explosiones sónicas, fueron aprobadas el año pasado por el Departamento del Interior de los Estados Unidos y actualmente nueve compañías están en licitaciones para inspeccionar la costa Atlántica en 2017. El proceso de prospección incluye el uso de estallidos sónicos provenientes de pistolas de aire para determinar si hay depósitos de combustible bajo el suelo marino.

El profesor Christopher Clark, director del Programa de Investigación Bioacústica de la Universidad de Cornell y signatario de la carta, describió las pruebas sísmicas de otra manera. "Imagina una nave espacial flotando encima de algún lugar a 300 metros de altura", dijo a VICE. "Se mueve a cinco kilómetros por hora, en 40 kilómetros a la redonda. Cada diez segundos, durante 24 horas al día y cuatro semanas, detona una fuerte explosión. Ahora imagina lo mismo sobre la vida marina, sobre criaturas que no ven bien y que dependen de su oído". La comunidad científica cree que las pruebas también podrían interrumpir actividades esenciales para la alimentación y la reproducción.

Los portavoces del American Petroleum Institute, un importante grupo de lobbistas para la industria del gas y el petróleo, han dicho que es un mito que los estallidos sónicos sean dañinos para la vida marina, con lo que las agencias gubernamentales han estado acuerdo, pero eso se debe a que no se han hecho investigaciones para determinar el posible daño.

"(Su conclusión) es totalmente falsa y no tiene nada que ver con la ciencia", dijo Clark. "Necesitamos una valoración independiente y objetiva de cómo estas pruebas afectarán la vida marina. Una vez que salgamos y arruinemos todo, no habrá vuelta atrás".