Noah Purifoy, cofundador del Watts Towers Art Center, es conocido por su papel en la Rebelión Watts y por usar el arte como herramienta de cambio social. En 1989, a los 72 años, Purifoy se mudó a Los Ángeles para vivir en un trailer en Joshua Tree y empezó a hacer arte con la basura de otros. Para el año 2004, después de su muerte, Purifoy ya había dejado una ciudad distópica de más de 100 esculturas Neo-Dadá de gran escala, hechas únicamente de chatarra, entre los cactus y los árboles que dan el nombre a la región. Se trata del Museo de Arte y Escultura Ensamblada del Desierto de Noah Purifoy.
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Es un parque que encapsula y reinterpreta los objetos cotidianos y hábitos comunes de 15 años del estilo de vida americano. Los visitantes pueden recorrer el decaído museo Dadá, sin ninguna supervisión y sin pagar nada. Sólo hay una caja de donaciones desatendida.En vez de preservar su arte para darle un valor comercial, la obra de Purifoy anima a las personas, así como a las fuerzas del tiempo y la naturaleza, a participar en el proceso creativo. Claramente esta decisión está alineada con el enfoque punk y anticomercial de Purifoy frente al arte institucionalizado y el mundo del arte en general.Después de décadas de corrosión, el fotógrafo Aaron Purkey nos invita a un recorrido fotográfico por este inquietante cementerio de chatarra en medio del desierto Mojave.
Samba, la shitzu, en 'Adrian's Theatre' en el museo de Purifoy. Muchas de las obras de Purifoy reflejan temas sociopolíticos de racismo, aislamiento y disturbios sociales, incitados por los disturbios de Los Angeles Watts en 1965. Purifoy redefinió y amplió la idea de conciencia negra ––que nació en Nueva York durante la década de los 20 y 30 en Harlem––, un cambio cultural que resultó de la migración masiva de afroamericanos del sur al norte de los Estados Unidos. Foto: Aaron Purkey