Donald Trump regresó a los Estados Unidos el día de ayer después de lograr, básicamente, nada —con excepción de los insultos en contra de Kim Jong-un, firmar su propia sentencia de muerte, y dejar fuera a su país de uno de los convenios más lucrativos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.Sin embargo, el acto diminuto de diplomacia que, digamos, pudo realizar tuvo que ver con tres basquetbolistas universitarios, incluyendo LiAngelo Ball, que fueron arrestados por robar artículos de una tienda en Beijing. ¿Creyeron que Trump desperdiciaría la oportunidad de robarse los reflectores ayudando a un compatriota-celebridad en problemas?El arresto de los jugadores coincidió con la visita de Trump a la capital china, y había rumores de que el presidente estadounidense intentaría interceder por ellos. Al parecer así fue, ya que los culpables fueron puestos en un avión de regreso a casa este lunes, a menos de una semana desde que fueran arrestados. Pero si creíste que sería la última vez que Trump hablaría del tema, claramente olvidaste de quién estamos hablando:
No sabemos con exactitud cómo es que Trump espera recibir los supuestos agradecimientos (nótese también el uso de la tercera persona para referirse a sí mismo). Esta es la actual realidad de los estadounidenses.¿Creen que los tres basquetbolistas de UCLA le den las gracias al presidente Trump? ¡Les esperaban 10 años de cárcel!