Cerca de 6.000 alumnos de una de las instituciones de investigación y educación superior más importantes de México están en el limbo.El terremoto del pasado 19 de septiembre que sacudió la capital mexicana, dejó sus instalaciones inhabilitadas y muchas aulas en ruinas. Ha pasado ya más de un mes y no hay autoridad que les diga cuándo y cómo van a retomar sus clases para no perder el semestre académico.
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Peor aún, la comunidad teme que pronto tengan que a volver a las instalaciones para tomar clases en aulas provisionales que se están levantando en los espacios al aire libre, cosa que podría entrañar un peligro.Las instalaciones gravemente dañadas pertenecen a la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en Tepepan, al sur de la ciudad.
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De las 84 unidades académicas del IPN, únicamente la ESCA y el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS) Milpa Alta, no han podido reanudar sus actividades normales. Las demás volvieron a clases el 25 de octubre pasado.A poco más de un mes de ocurrido el desastre, las instalaciones de Tepepan siguen semidestruidas, algunos alumnos están tomando clases en sedes alternas o vía internet y sus autoridades no han anunciado cuál será el futuro de la escuela.
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Javier Santiago es docente ahí y asegura que la directora, Silvia Galicia Villanueva, se ha negado a asistir a juntas para tratar asuntos relacionados con el problema. Han tenido que ser los trabajadores, así como alumnos, catedráticos y delegados de la Dirección General del IPN quienes han tenido que ponerse de acuerdo para de alguna forma poner orden en todo el caos.El peritaje oficial de las instalaciones no ha sido dado a conocer. Según Santiago, lo único que se ha hecho es una inspección visual de los edificios en peor estado (el A, B y C), así como del gimnasio y las canchas.
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La revisión corrió a cargo de personal del Patronato de Obras a Instalaciones (POI), que es un órgano del propio IPN, y que fue el responsable de la construcción de la ESCA.Por tanto, la comunidad de la Superior de Comercio y Administración pide que se hagan revisiones nuevas, por parte de instituciones o especialistas externos.
Catedráticos, empleados y alumnos han pedido a la directora, cuando han tenido la suerte de encontrársela, que haga algo al respecto, que les ofrezca información exacta de los daños y del futuro del semestre. También enviaron cartas a la Dirección General, aludiendo la situación.En ambos casos han recibido la misma respuesta. Tanto unos como otros se deslindan de responsabilidades y aseguran que la responsabilidad de responder por ello le corresponde al otro. Un ciclo sin fin. Esa es la razón de que hayan decidido organizarse por su cuenta.Julio César García Ramírez es representante de los estudiantes y, a pesar de que no hay clases en las instalaciones, alterna entre las ruinas y las juntas a que se convocan externamente para poder hacerse de un poco de información.
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Según dice, los maestros han tenido que buscar oficinas de colegas, así como espacios públicos para dictar clase; otros lo intentan virtualmente. La directora envió por correo electrónico a los docentes un documento en el que los conminaba a optar por esas alternativas, porque el semestre no iba a ser recalendarizado.
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Según dice, los maestros han tenido que buscar oficinas de colegas, así como espacios públicos para dictar clase; otros lo intentan virtualmente. La directora envió por correo electrónico a los docentes un documento en el que los conminaba a optar por esas alternativas, porque el semestre no iba a ser recalendarizado.
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Es decir, a pesar de no tener salones deben finalizar el ciclo en tiempo y forma. Nadie sabe cómo van a lograrlo.Uno de los únicos avances que han logrado, a pesar de la poca comunicación con las autoridades, es la instalación de 40 aulas provisionales en los espacios libres de la ESCA. Proceden de otra unidad del IPN, ubicada en Zacatenco, en donde sobraban.
Empezaron a armarlas y colocarlas desde la noche del pasado viernes 20 de octubre y hasta ahora son ocho completadas. No obstante, todos se preguntan si es seguro que se sitúen en una zona sin peritaje oficial, en donde varios edificios cercanos tienen graves daños estructurales.
La comunicación de este medio con la dirección de la ESCA Tepepan ha sido imposible. Aunque las llamadas al teléfono de la oficina de administración son tomadas, no hay posibilidad de hablar directamente con la directora para preguntar qué pasará con los cerca de 6.000 alumnos que intentan acabar el semestre de alguna forma.El maestro Javier Santiago dice que seguirán presionando, pero que dudan del resultado de sus esfuerzos. "Todos queremos acabar el semestre de la mejor forma, pero no vamos a hacerlo así. Necesitamos que nos den condiciones de seguridad. Eso no está a discusión."Sigue a Ollin Velasco en Twitter: @ollinvelascoSigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs