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Guía de Festivales

Cómo pedirle a un músico hacerte una foto con él

No actúes como si fuese tu colega, ni tampoco seas el típico fan taradito.
Mac de Marco con un fan. Foto cortesía de Sergi Vilà, el fan.

Estás deambulando por un festival y de repente ves a lo lejos a Mac DeMarco o a Molly Nilsson y, alzando la mano, te diriges hacia ellos con una sonrisa demencial en la cara gritando “Ey, ey, photo, photo”. Es entonces cuando te acercas y pasas tu brazo derecho por detrás de su cuello como si fuerais “colegas”; es entonces cuando la copa que estás sujetando con ese mismo brazo derecho se derrama encima de Mac o de Molly; es entonces cuando, para compensar el accidente, les ofreces un trago que rechazan con una mirada de desprecio absoluto y es entonces cuando, finalmente, te haces una foto con ellos y justo después les empiezas a hablar de cualquier mierda porque una vez la foto está hecha esos músicos TE PERTENECEN.

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Está claro que cuando le pides a un músico si puedes hacerte una foto con él se crea una situación extraña en la que muchas veces tanto el músico como el fan sufren, por lo que hay que tener ciertos factores en cuenta para reducir estas incomodidades al máximo.

Hola, soy Pol Rodellar, experto en fotos a estrellas del rock, y hoy os voy a enseñar cómo debéis acercaros a un músico para pedirle que se haga una foto con vosotros sin que este sienta un enorme rechazo hacia vosotros; es más, si seguís mis consejos veréis incluso como sus ojos brillan de ilusión. Los músicos son gente sensible con traumas infantiles todavía muy candentes y por eso hay que gestionar esta petición con toda la cautela posible.

Al pedir una foto se genera ese espacio que existe entre el “artista” y el “fan” y aquí ya se crean unas dinámicas incómodas, poder y sumisión; pero también entretenimiento y producto. Está claro que el fan puede pasar cierta vergüenza o miedo causado por el respeto a tener que enfrentarse a esa persona cuya imagen ha sido proyectada y amplificada por procesos mediáticos pero muchas otras veces existe la idea de que este individuo es un muñeco al que todos tenemos derecho a mortificar y utilizar en beneficio de nuestro propio entretenimiento, es por eso que esta idea del títere les genera a los músicos un rechazo total. Nadie quiere ser un monstruo de feria al que le tiran cacahuetes y hacen fotos.

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Piensa que al músico le puede dar una extrema pereza tener que atender a estas necesidades cuando solo quiere bajar del escenario y encontrarse con esa persona con la que siempre queda para follar cuando toca en esta ciudad. Aun así tiene la obligación social de escuchar y ser simpático y echarse la foto porque si se niega el fan va a rajar de él en las redes sociales y se podría liar un viral que nadie desea —“es tan antipático y cretino que cuando le saludé solamente me dijo ‘hola’, el muy borde. OK, ‘señor ocupado’, ya veo que no tienes tiempo para alguien que ha pagado la entrada para verte en directo, pensaba que lo de socializar con fans y hacerse fotos con ellos era parte de tu puto trabajo #CarolinaDuranteCretinos”—.

Piensa que el músico solo quiere bajar del escenario y encontrarse con esa persona con la que siempre queda para follar cuando toca en esta ciudad

Los músicos también se encuentran con personas un poco ebrias que les tocan mucho, les tiran su cubata por encima sin querer y que parece que se estén cachondeando de ellos (convertir el respeto y la envidia en odio, un clásico español). También está esa gente muy rara, fans muy siniestros que no facilitan para nada las cosas —“te he visto 87 veces y siempre llevo la misma camiseta del grupo, la primera que sacasteis, supongo que me habrás visto alguna vez entre el público, yo te veo cada noche en ese enorme dibujo que tengo de tu cara colgado delante de la cama”—, por lo que el panorama es desolador y hay que afrontar el momento con delicadeza, pues nosotros somos “gente normal” pero esta gente —los músicos— pensarán que eres otro borracho o taradito.

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A veces ser extremadamente educado no ayudará, generará una distancia extrema entre tú y el artista pues les obligarás a ser también educados y esta gente lleva años sin pedir las cosas por favor. En el otro extremo está lo de acercarte como si fuera un amigo de toda la vida, has leído tantas entrevistas del músico y visto tantos vídeos de YouTube que ya crees, de algún modo, “que os conocéis”. Craso error. No solo no te conoce sino que tanta confianza le hará recular.

Un buen truco es inventarte alguna historia, generar algún vínculo emocional, como decirle que a tu madre le encantaba el grupo y que en el funeral pusisteis un tema de la banda o que tenéis un vínculo familiar muy lejano, que sois familia, hijos de la misma sangre. Esto siempre funciona, ya veréis entonces como los putos músicos empiezan a prestaros más atención. Por dentro lo estarán pasando muy mal, claro, pero te tratarán como un campeón.

Otro truco para romper el hielo es comentar algo sobre su último discos. IMPORTANTE, tiene que ser sobre el último disco porque no les mola nada que la peña les diga que su primer disco es el mejor, ese que hicieron hace siete años y que ya no representa el “sonido actual de la banda” y que grabaron con ese guitarra que ya no está en el grupo y que de hecho odian a muerte.

No hay nada más incómodo que ese silencio que se genera después de preguntarle al tipo si “¿podemos hacer otra foto que esta ha salido mal?”

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La celeridad es clave también. Una vez hechas las presentaciones formales y haber dicho todo eso de “muy buen directo” o “I love you last álbum, awesome, mindblowing” llega el momento de sacar la cámara y hacer la foto, pero todo esto muy rápido, para que no se estresen y les caiga el pelo. Ya sea un selfie o tengas a un amigo preparado con el móvil, ten siempre muy claro que tienes que disparar por lo menos tres veces, no hay nada más incómodo que ese silencio que se genera después de preguntarle al tipo si “¿podemos hacer otra foto que esta ha salido mal?”.

Un músico no repite nada, solo 20 canciones en el mismo orden cada noche durante dos años enteros. Además, pensad que tener que repetir una foto con ese gesto de manos o esa sonrisa de mierda tan característica que ponen los músicos cuando les hacen una foto evidenciaría que toda esta simpatía que muestra es falsa, un simple teatrillo que hacen con todo el mundo. Y bueno, haced un solo tipo de foto, no convirtáis ese momento en un photo call para que todos los amigos posen al lado del susodicho. Todos juntos a la vez.

El contacto físico también hay que tratarlo con delicadeza, no toquéis ni abracéis demasiado que ya sabéis cómo estamos últimamente, además, tocar a desconocidos siempre es desagradable, ¿no? Se sabe que un mayor contacto puede fingir una intimidad más profunda con el sujeto fotografiado pero no hace falta, todo el mundo que verá la foto ya sabrá que no sois realmente colegas.

Una vez tengas la foto, etiqueta al músico en Instagram. Aunque creas que nunca mirará tu foto porque los músicos nunca miran las notificaciones porque están siempre componiendo canciones, la verdad es que cuando llegan a casa después de una racha de conciertos lo único que hacen es mirar Instagram y buscarse a sí mismos para revivir esos momentos y autoengañarse de que todo esto de “la vida del rock” y de no tener un trabajo real ni una familia normal, vale la pena. No se acordarán de quién eres ni nada pero les animará un poco y les hará superar la idea de que siguen quedándose sin un duro después de pagar el alquiler.

Piensa que al final, el valor de estas fotos debe durar escasos segundos, lo que duren los comentarios en el grupo de WhatsApp en el que habéis rulado la foto —normalmente nadie comenta nada o alguien simplemente pone un “👍”—, por lo que tampoco te dejes la piel por una instantánea con esta peña. Meses más tarde te la encontrarás en la galería de fotos del móvil mientras buscas una foto de una pizzería a la que quieres volver y no recuerdas cómo se llamaba. Mira, ahí estás, con cara de capullo, abrazando a un músico que ahora te importa una mierda e incluso odias porque, de hecho, acaba de salir en la prensa que es un acosador. El documento ya no tiene sentido y lo eliminas. Tanto esfuerzo, tanto sufrimiento por ambas partes, para nada.

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