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¡Ti-GUE-RES, TI-GUE-RES!

Jesús Dueñas y cómo ser una estrella en Tigres sin haber costado millones

En uno de los planteles más caros del continente, donde no se escatima el gasto con tal de cumplir con el negocio de ganar campeonatos, Jesús Dueñas es de las pocas excepciones. Es un jugador formado y madurado en Tigres. Salido con el club desde abajo.

Cantó ese gol como nunca, corrió a la esquina y empujó a un policía en medio de la celebración, intentó señalar al cielo, seguramente para dedicarlo a sus padres, pero sobre él ya tenía los abrazos de sus compañeros. Fue el gol que condujo a la tanda de penales en la final del Apertura 2016 ante América. Sobre el tiempo, Jesús Dueñas no perdió de vista la jugada que inició en el medio campo, apareció en el área entre compañeros y rivales sin que alguno pudiera evitar el cabezazo al segundo palo de Moisés Muñoz tras el centro de Jürgen Damm. Tigres obtuvo el título en penales y ese es el gol más importante de su trayectoria como futbolista. Su función no es esa. Él no nació para hacer goles, aunque alguna vez reconoció que en sus primeros años, todavía lejos del nivel profesional, jugó como delantero. Eso quedó atrás cuando empezó a entrenar con Chivas, tenía menos de 14 años y su primera oportunidad estaba en la quinta división; pero la muerte de su padre lo obligó a volver a casa en Zamora, Michoacán para acompañar a su madre, quien había perdido a otros dos hijos anteriormente; la pena tardó en irse de su vida, un año después murió su hermano. Fueron tiempos difíciles en los que el sueño del futbol pasó a segundo plano, probó en Pachuca, más tarde en Jaguares, no se sentía listo para jugar a ese nivel y volvió a su lugar, encontró estabilidad en las filas de los Petroleros de Salamanca, el único equipo que le ofreció llevar a su familia para hacerle compañía. Jesús Ramírez fue su mentor en los tiempos de incertidumbre, esos que atraviesan todos los jóvenes en busca de un sitio en el futbol, recibió de él ánimo, instrucción, apoyo y la recomendación que fue determinante en su carrera, el motivo por el que llegó a Tigres B en 2008. Le costó separarse de su madre y el tiempo de espera por una oportunidad en el primer equipo siendo indiscutible en la Sub-20 lo hizo desesperar al punto de pedir su salida. El debut en la primera división llegó en septiembre del 2011, de la mano de Ricardo Ferretti, Tigres visitó al Atlante, Dueñas ingresó al 45' a cambio del defensa Lampros Kontogiannis. El equipo de Miguel Herrera, quien años después lo convocaría por primera vez a la Selección Mexicana, venció ese día pero el recuerdo permanece. En ese torneo solo participó en cuatro encuentros; el Apertura 2011 marcó el fin de la sequía de 29 años sin título que pesaba sobre Tigres y el inicio de su historia profesional. En un equipo con amplia variedad de contenciones, Dueñas debió destacar poco a poco para mandar a la banca al canterano Manuel Viniegra y en su momento a Gerardo Lugo, competir con Jesús Toledo, Carlos Salcido, en la nueva posición del mexicano asignada por "Tuca" y Francisco Torres. Ha resistido. Su buena lectura de juego, conducción y aporte a la ofensiva lo volvieron un jugador valioso en el planteamiento de "Tuca". Desde 2012, su participación ha sido constante y en los últimos tres torneos, imprescindible. Dueñas juega principalmente como contención con salida, con Guido Pizarro como pareja, pisando el área y hasta marcando en momentos importantes, pero ha demostrado ser plurifuncional cumpliendo con un buen desempeño como lateral por derecha o izquierda y volante por derecha. Aun así, ganar crédito frente a la afición le costó mucho, los insultos y el acoso llegó a su familia que
tuvo que ausentarse del estadio por un buen tiempo ante el riesgo de la excesiva presión. En diciembre, previo al quinto título en la historia de Tigres, el jugador plurifuncional llamó la atención del equipo que solo alinea mexicanos, Dueñas se sentía tan cerca del traspaso que confesó haber sido aficionado de Chivas en la infancia. Lo habían enamorado ya sin preguntarle primero a su club por la disponibilidad. "Nosotros no estamos en el negocio de vender jugadores, estamos en el negocio de ganar campeonatos", dijo el presidente de Tigres a principios de este año.

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En uno de los planteles más caros del continente, donde no se escatima el gasto con tal de cumplir con el negocio de ganar campeonatos, Jesús Dueñas es de las pocas excepciones. Es un jugador formado y madurado en Tigres. Salido con el club desde abajo.

La valía de Jesús Dueñas acababa de comprobarse en esa final que ganaron al borde del silbatazo, no suele anotar, pero lo ha hecho en fases finales: en el último Clásico marcó doblete, lo hizo también en la ocasión anterior en liguilla aunque el marcador se quedó corto para vencer a Rayados. La dupla que ha formado con Guido Pizarro causa temor, gana partidos y podría sumar el bicampeonato. Ha acostumbrado a su equipo a ser determinante sin los reflectores, su personalidad es discreta en lo que no concierne al juego, domina su función y recorre de un lado a otro manejando ambos perfiles. Dueñas está en la lista de Juan Carlos Osorio, los argumentos son suficientes para mantenerlo ahí. Queda claro que retenerlo con la camiseta de Tigres es parte del negocio de ganar campeonatos.